Política sin tiempos muertos

 

Theresa May, nueva primera ministra británica, tras el referéndum del Brexit

Theresa May, nueva primera ministra británica, tras el referéndum del Brexit

La gestión de los tiempos forma parte principal de la política. Una idea ejecutada precipitadamente o con retraso puede ser un fiasco. La interinidad crea desconfianza y desconcierto. El modelo norteamericano de traspaso de poderes presidenciales está perfectamente pautado. Dura unos tres meses. Es el tiempo de traspasos y nombramientos.

En Gran Bretaña las cosas van más rápidas. Hace menos de dos semanas David Cameron era el seguro primer ministro que propuso el referéndum del Brexit a los británicos. Lo perdió y, de forma casi automática, anunció su dimisión en septiembre. Pero los acontecimientos se han precipitado y hoy por la tarde Theresa May, ministra del Interior, ocupará su lugar en Downing Street. No hay tiempos muertos.

El Brexit fue un terremoto político en Gran Bretaña y en Europa. Diez días de caos, dimisiones, incertidumbres y miedos se acabaron el lunes por la tarde cuando Cameron se adelantó para anunciar que no convenía una campaña larga para el liderazgo y que hoy por la tarde, después de anunciarlo en los Comunes, iría a palacio para comunicar a la reina su renuncia y que hoy por la noche Theresa May, si Isabel II lo decidía, que lo decidirá, sería la próxima primera ministra británica.

No hay por qué eternizar situaciones ni pasar por largos procesos de selección. May era la única candidata a sucederle y no hacía falta perder más tiempo. Cameron a casa y Theresa May al número diez. La política británica tiene unas grandes dosis de ingratitud y crueldad. No será el electorado el que cambie al primer ministro sino la mayoría de diputados que tienen facultad para ello.

Unas elecciones, y mucho más un referéndum, han de tener efectos inmediatos y nunca imprevistos. El camión de mudanzas recogerá los efectos personales de Cameron y la señora Theresa May podrá pasar, si quiere, la próxima noche en la residencia del primer ministro.

Cameron ha perdido y se va. No quiere ni puede negociar el Brexit. Theresa May será líder del partido, primera ministra y negociadora directa de la separación de la Unión Europea. Todo en menos de dos semanas de dramática tensión política. Todo acaba abruptamente y todo empieza en una nueva etapa que será expeditiva y llena de imprevistas convulsiones. Theresa May ha sido muy clara. El Brexit es el Brexit y “vamos a hacer que sea un éxito”. May no pretende renegociar los términos de los acuerdos con Bruselas, ni celebrar un segundo referéndum, ni volver a entrar en la UE por la puerta trasera. El país, dijo, votó para abandonar la Unión Europea y, como primera ministra, voy a conseguir abandonar la UE. May tuvo una actitud ambigua durante la campaña. Apoyó al primer ministro Cameron pero sin pasión y con cierta ambigüedad, contraria al libre paso de personas.

Theresa May tiene un aire thatcheriano en su rapidez de ejecución de decisiones. Es hija de un vicario anglicano y nieta de un militar. Va a bajar los impuestos pero ha amenazado a los evasores de capitales añadiendo que “no vamos a trabajar para unos pocos privilegiados sino para todos y cada uno de nosotros”. Su mensaje contiene un punto social que Cameron no exhibía. Una señora con carácter y con coraje. Alguien ha dicho que si había un Donald Trump en Boris Johnson, se puede detectar una Angela Merkel en Theresa May.

La líder británica tendrá que entenderse con Angela Merkel, que siempre estará sometida al dilema de preservar los intereses alemanes y, a la vez, defender los compromisos históricos con la Unión Europea que han mantenido todos los cancilleres alemanes desde Konrad Adenauer.

Theresa May tendrá prisa en sacar el mejor partido del Brexit. Pero la Europa liderada por Merkel no querrá ceder a las presiones británicas. May se puede ver forzada pronto a plantear unas elecciones anticipadas si las consecuencias del Brexit afectan a la estabilidad económica y financiera de Londres. Los escoceses le plantearán un segundo referéndum. Los supuestos beneficios de la separación se construyeron sobre un puñado de mentiras gordas que han sido reconocidas con una cierta mezquindad por los propios defensores del Brexit.

Pero Merkel tiene elecciones dentro de un año y sus aliados social­emócratas empezarán a distanciarse de la coalición.

May será muy rígida con los refugiados e inmigrantes y Merkel intentará ser fiel a sus compromisos con los sobrevenidos. Si la UE no mantiene la cohesión y defiende los logros alcanzados en su ya larga historia, las consecuencias del Brexit podrían ser devastadoras.

Gran Bretaña ha decidido abandonar la Unión y las instituciones de Bruselas no van a ponérselo fácil. Es el futuro de Europa el que está en juego. No la Europa en la que Gran Bretaña no ha creído nunca sino la Europa que ha decidido derribar fronteras y evitar las guerras atávicas que han castigado el continente siglo tras siglo. Gran Bretaña vuelve a buscar su papel en el mundo después de haber perdido un imperio. Puede desestabilizar a Europa, pero también puede quedar arrinconada.

Publicado en La Vanguardia el 13 de julio de 2016

  7 comentarios por “Política sin tiempos muertos

  1. No olvideis de respirar…..
    Estamos inmersos en la generación nespresso! Rapido inmediato y bueno! Un mundo unipersonal, egoista y cada vez mas racista. Nada me sorprende ya! No hay tiempo para la reflexión. Ni tansiquiera hay tiempo para escribir en lapiz y comprobar las faltas de ortografia…. «España ba vien» y «europa tanvien…. «me quedo con mi cataluña querida! Que con un poco de suerte nos ignoraran porque todo el mundo esta pendiente de su culo! Felicidades por el articulo. Felicidades por el buen trabajo!

  2. Los británicos están acostumbrados a transformar un desastre (si se puede calificar de desastre el Brexit) en un éxito. Son pragmáticos y no pierden el tiempo pensando en lo que no se puede deshacer para adaptarse a la nueva situación y sacar el mejor provecho posible.
    Yo creo que saldrán bien parados, mejor de lo que la prensa mundial ha profetizado.
    La bolsa está recuperando las pérdidas y una moneda devaluada facilitará las exportaciones. Si bajan los tipos, se da fin a la austeridad y se liman un poco las desigualdades, el país puede entrar en un periodo de prosperidad antes que la mayor parte de los países de la UE totalmente enfangados en políticas que no funcionan.

    Una última reflexión: es curioso que después de la guerra mundial, en tiempos difíciles, los “Tories” siempre ponen a una mujer al mando del timón. Y esta vez no se lo han pensado dos veces.

  3. ¿En Gran Bretaña tiene prestigio ser político o es como aquí que está por los suelo ? Las tres P es casi imposible que te digan la verdad pero si les pagas te dicen lo que quieres oír.

  4. Que en Gran Bretaña los relevos de Gobiernos se hagan con rapidez y pulcritud, uno ya se lo espera, porque son ingleses. Pero es que la misma lección de rapidez dio la denostada Grecia a raíz de las últimas elecciones generales, cuando, literalmente al día siguiente de haberse celebrado éstas, el Sr. Tsipras, sin ni siquiera tener mayoría absoluta, juró el cargo de Primer Ministro, por cierto ante las máximas autoridades de la Iglesia Ortodoxa Griega, sin que nadie se rasgase las vestiduras, a pesar de ser el representante de la extrema izquierda.

  5. Excelente artículo. Aquí podríamos tomar nota: Sánchez debería haber dimitido, Rivera también, hasta Pablo Iglesias. El Ministro de Interior hace semanas, el presidente Ragoy buscar un sustituto o una sustituta. El President Puigdemont haberse sometido a la moción de confianza hace semanas. Que contraste!

  6. Sr.Foix: en Downing Street el relevo es tan rápido que seguro que a Theresa May le va a tocar hacer la cama de la que se acaba de levantar Cameron…May quiere que el Brexit sea un Bréxito y creo que lo conseguirá, basicamente debido a que Gran Bretaña nunca ha estado mentalmente dentro de la UE, siempre ha ido por libre…desde hace siglos…

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