Desactivar el odio

Cordón policial en las inmediaciones de la mezquita de Finsbury Park después del atentado contra un musulmán

Cuando aparecen pintadas de odio contra minorías, colectivos humanos o personas que piensan o creen de forma diferente, se abre la puerta al disparate y se dan por buenos los prejuicios que laten en el seno de sociedades enteras. En una encuesta publicada por Le Figaro se daba cuenta que un 9% de franceses mostraban antipatía hacia los judíos pero no se resaltaba que el mismo sentimiento hacia los musulmanes era de un 19%.

Los atentados que han sacudido Bruselas, París, Londres, Manchester y Berlín en los últimos meses han sido ejecutados por terroristas vinculados con el Estado Islámico que se ha hecho responsable de sus crímenes con comunicados inmediatos. Estamos descubriendo que cuando se levanta el velo del multiculturalismo aparecen sociedades paralelas que el Estado de derecho no puede tolerar.

Para derrotar al terrorismo, decía Salman Rushdie en plena etapa persecutoria, el mundo islámico debe asimilar los principios seculares y humanistas en los que se basa la modernidad occidental. Respetando sus creencias y sus estilos de vida se ha conseguido un alto nivel de convivencia en una Europa en la que conviven hoy más de treinta millones de musulmanes. Ni todos son terroristas ni todos son fa­náticos.

Cuando el noruego Anders Behring Breivik perpetró una matanza de 77 personas en Oslo y en una isla cercana a la capital en el 2011, lo primero que corrió es que se trataba de un atentado de procedencia islámica. Al conocerse la identidad noruega del asesino se divulgó que se trataba de un noruego desquiciado que había enloquecido.

Uno de los terroristas en los puentes de Londres era un británico que se había radicalizado con las ideas que propaga el Estado Islámico. El autor del ataque que se produjo el lunes por la noche ante una mezquita en el Finsbury Park londinense era también un británico, Darren Osborne, de 44 años y padre de cuatro hijos, que vivía en los suburbios de la ciudad galesa de Cardiff. Utilizando un vehículo mató a un musulmán que salía de la mezquita al final del Ramadán al grito de “quiero matar musulmanes”. La multitud intentó lincharlo hasta que el imán que había predicado pidió que nadie le tocara y que fuera entregado a la policía. Es injusto juzgar a colectivos enteros por las acciones de unos cuantos.

No veo otra posibilidad de convivencia que el respeto y la integración de los sobrevenidos a nuestros principios cívicos y valores democráticos compartidos. No estamos ante una batalla de civilizaciones sino ante la batalla por la civilización democrática, laica, multiconfesional, donde la mujer sea jurídicamente y socialmente igual al hombre y donde la libertad de pensamiento hace posible el avance de la ciencia. Estas son las reglas de juego para todos y no puede haber discriminaciones por razones de creencias, culturas, etnias o procedencias.

Publicado en La Vanguardia el 22 de junio de 2017

  5 comentarios por “Desactivar el odio

  1. Enrenou a l’horabaixa,
    fustes velles al carrer.
    Gent menuda que tragina somnis,
    mobles,
    papers…
    Al terrat de la veïna
    l’aire es gronxa dolçament
    en un cel de serpentines
    veient com passa la gent
    La foguera de la plaça
    Alça un fum guspirejant.
    Encisera i descarada,
    Mentre crema va parlant
    Negra nit que l’aigua encantes
    I que el sol tens per amic.
    Fetillera de les plantes,
    Quants amors no hauràs cosit?

    Bona revetlla!!

  2. Sr. Foix : » Desactivar el odio » la indignación y la rabia que tiene el miserable desamparado, frente y contra de la sociedad humana, causante de las desigualdades económicas, sociales y de todos los derechos habidos y por haber, pero donde los privilegiados, viven rica y opulentamente, introducidos como topos dentro del sistema de cada estado ó nación.

    En nuestra sociedad humana global, aun existen seres humanos que disfrutan de un poder ilimitado ó una libertad ilimitada, debido a su riqueza ilimitada. Ejemplo : Dictadores, reyes del petroleo, jugadores de élite, dirigentes de grandes empresas nacionales ó multinacionales, directores de Bancos ó Bangsters, ect. ect.

    Conviviendo con millones y millones de seres humanos que trabajan de sol a sol ó más horas de la cuenta, cobrando sueldos miserables de esclavitud.

    Aun existe en el día de hoy, la verdadera esclavitud de hombres y mujeres, en algunas naciones del globo, donde el mundo occidental adquiere y se enriquece millonariamente, con elproducto de sus materias primas básicas.

    Tampoco olvidemos que aun existe la trata /comercio de blancas y su esclavitud sexual criminal y brutal.

    No me extraña el crecimiento del odio, de la rabia y del rencor contra la sociedad del bienestar y de la opulencia, por parte de los seres humanos de la sociedad del malestar, que saben que viven desamparados y sin esperanza de futuro para ellos.

    Para el/la buen/a entendedora…

  3. Completament d’acord Sr. Foix, és clar, això és la civilització, la resta és «barbarie».

    No estamos ante una batalla de civilizaciones sino ante la batalla por la civilización democrática, laica, multiconfesional, donde la mujer sea jurídicamente y socialmente igual al hombre y donde la libertad de pensamiento hace posible el avance de la ciencia…..

    La presió social és la condició imprescindible que precedeix a qualsevol mena de progres o evolució i que fa canviar les lleis per fer-les més justes.

    On seriem les dones sense la presió social…..potser encara no podriem votar….

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