La avalancha que viene

El multimillonario George Soros ayudó a Obama a ganar las elecciones de 2008. Ha dedicado millones de dólares para causas medioambientales, de sanidad y de educación. Al preguntársele si le preocupaba que los demócratas perdieran la mayoría de una o de las dos cámaras del Congreso ha dicho que sí. Me preocupa, dijo, porque los republicanos van a aplicar una política equivocada, “pero no estoy en condiciones de detenerlo porque no me puedo poner delante de una avalancha”.

George Soros

La corriente de fondo en Occidente está minando la causa de la izquierda que asiste incrédula al espectáculo de cómo Europa se va tiñendo de azul conservador y la esperanza de Obama puede sufrir un grave contratiempo en las legislativas del primer martes de noviembre.

Hoy mismo se ha producido un hecho insólito en Londres. La prensa conservadora y la liberal, desde el Guardian hasta el Daily Telegraph, pasando por la BBC y el Daily Mail, han firmado una carta dirigida al gobierno para que impida la compra del canal Sky News por parte de Rupert Murdoch que ya es propietario del Times y del Sun, el tabloide más vendido en Inglaterra que hizo campaña abierta a favor de David Cameron en las elecciones.

El Estado tenía que regular el Mercado tras la crisis global de 2008 y ahora resulta que es el Mercado el que sigue dictando al Estado cómo salir de la crisis. Aquella máxima europea, elaborada por cristianodemócratas y socialdemócratas al término de la Guerra, de que allí donde no llegue el Mercado deberá llegar el Estado, está en peligro.

En el ayuntamiento de Viena el partido de la extrema derecha salió como segunda fuerza política en las municipales del domingo. En Suecia, la extrema derecha, xenófoba, ha entrado en el parlamento con veinte diputados. El presidente Sarkozy ha roto la vieja tradición francesa de acogida y va expulsando gitanos de su territorio. Berlusconi ha convertido en ley la denuncia de los sin papeles para ser expulsados de Italia. El Partido Popular en Catalunya hurga en la inmigración para conseguir votos con un discurso que se puede calificar de racista.

Sospecho que es el miedo individual y colectivo que muestra su cara más fea e inhumana en tiempos de crisis. No se puede detener una avalancha, afirma Soros. Pero sí que se puede decir que por esta vía vamos hacia el populismo que es la antesala del autoritarismo. El poder politico tiene que tener sus contrapesos en el poder judicial y en el legislativo. El poder mediático es el que vigila los abusos del proceso. Pero si todos son del mismo color, los equilibrios saltan por los aires.

El filósofo búlgaro afincado en Paris, Tzvetan Todorov, hacía unas interesantes reflexiones en el dominical del País el domingo. Decía que hoy la amenaza son los extranjeros, los inmigrantes. Si son musulmanes todavía más porque no son ni europeos ni cristianos. Lo grave, afirma, es que la derecha tradicional, para cortar el paso a la extrema derecha, copia sus programas. Vaticina que este miedo a los inmigrantes, al otro, a los bárbaros, sera nuestro gran primer conflicto en el siglo XXI.

Publicado en La Vanguardia.es el 11 de octubre de 2010

  5 comentarios por “La avalancha que viene

  1. Sr. Foix: Es curioso que sean los mismos que les hicieron venir a estos trabajadores extranjeros, con el único objetivo de tener mano de obra a menos de la mitad, sean ahora, que hay esta crisis económica provocada por ellos mismos, que hace que ya no obtengan beneficios, los que les hechan fuera, alegando peligros imaginarios.

    Cuando les iba bién los hicieron venir por millones. Ahora que ya no pueden hacer beneficios hechan pestes de ellos. Y los presentan como un peligro. Cuando antes los presentaban como un beneficio y una necesidad para la sociedad. ¡ Nos manipulan la mente !

  2. Sr.Foix: El miedo es un gran negocio, gracias al cual estamos predispuestos a aceptar cosas que en condiciones normales ni se nos ocurririan plantearnos, dicho negocio trata de conseguir que nos planteemos como peligrosamente posible y probable algo que tiene muchos visos de no poder ocurrir más que en las mentes calenturientas de quienes promueven ese negocio del miedo.
    A Obama eso si, por desgracia, le veo más perdido que a Carracuca, aquel personaje cómico de la zarzuela «La rosa del azafrán» de Jacinto Guerrero…

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