Política Exterior española

La política exterior española en el año 2010 ha tenido dos fases claramente diferenciadas. Desde el primero de enero al 30 de junio ocupó la presidencia rotatoria de la Unión Europea. El ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, entregó el testigo del de la presidencia al presidente Rodríguez Zapatero en una gala celebrada en el Palacio de Oriente de Madrid. El testigo de la presidencia no sólo va a pasar de mi país, al norte, a su país, al sur de nuestra Europa sino que pasa de una era de integración europea a la siguiente, dijo Bildt. El Tratado de Lisboa entraba en vigor por defecto porque el Tratado de la nueva Constitución Europea había sido rechazado en referéndums en Francia y en Holanda.

Se cumplía aquella vieja idea de que Europa ha avanzado con pasos adelante y pasos hacia atrás. Se cumplían 24 años desde que España, con el gobierno de Felipe González de 1986, se incorporaba a las instituciones económicas, políticas y financieras de las que había permanecido ausente durante siglos. A partir de ese momento España formaría parte de la Alianza Atlántica, establecería relaciones con Israel y entraría con pleno derecho en el club occidental. Aquel viaje de Felipe González a Washington en 1983 significaría el comienzo de una nueva era en las relaciones de España con el mundo.

Casi un cuarto de siglo después Europa y el mundo habían experimentado profundos cambios. Había terminado la guerra fría con la caída y desmembramiento de la Unión Soviética, los países que formaron parte de la órbita soviética decidieron libremente unirse a la Unión Europea hasta el punto que por primera vez en muchos siglos no se contemplaba ni siquiera la posibilidad de l horizonte de la guerra entre países democráticos europeos.

España inauguraba la presidencia europea en plena transformación de la Unión y en medio de una crisis política y económica sin precedentes. A la situación convulsa internacional se sumaba la confusión que dominaba la escena política europea que necesariamente tuvo importantes repercusiones en España. Los presidentes del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; y el de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, dieron el pistoletazo de salida a la Presidencia rotatoria española con el compromiso de centrar su trabajo en estos seis meses en la salida de la crisis económica y en la lucha contra el cambio climático.

Trinidad Jiménez

Visto en perspectiva, los objetivos de la presidencia rotatoria española tuvieron resultados muy mediocres por no decir mínimos. El papel de la presidencia rotatoria perdía peso por la entrada en vigor del Tratado de Lisboa en el que el presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, y la Alta Representante para Asuntos Exteriores, la baronesa Catherine Ashton tendrían el protagonismo principal a partir de entonces.

La política exterior española del gobierno Zapatero desde que presidió su primer gobierno en 2004 tuvo que superar la resistencia del presidente norteamericano, George W. Bush, que no concedió ni la posibilidad de una entrevista en Washington, Madrid o territorio neutral, con el nuevo presidente español. Las heridas que dejaron la decisión de Zapatero de retirar las tropas de Iraq el primer fin de semana de su mandato, fueron consideradas como una afrenta por Washington que había tejido unas relaciones especiales con su antecesor, José María Aznar, que había establecido una amistad política y personal con el presidente norteamericano.

Bush mantuvo su decisión de ignorar políticamente a Zapatero hasta las elecciones de 2008 que comportaron la victoria de Barack Obama que había rechazado la actitud belicista para imponer sus políticas en Oriente Medio. La doctrina de los ataques preventivos estaba vigente en Washington en el momento de la ceremonia de inauguración en enero de 2009.

Zapatero realizó tres visitas a Estados Unidos siendo presidente Obama. La más interesante desde el punto de vista de gestos y complicidades fue la tercera que realizó a Washington en el marco de la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Participó como invitado especial en la 58ª edición del National Prayer Breakfast. Era el primer presidente español que asistía como invitado especial al acto en el que previamente habían sido invitados personalidades como Tony Blair, la dirigente paquistaní Benazir Bhutto, el rey de Jordania, la madre Teresa de Calcuta y el cantante del grupo irlandés Bono. Son desayunos que se han celebrado ininterrumpidamente con todos los presidentes americanos desde que se inauguró en 1953.

Tras cuatro años en La Moncloa, el presidente Zapatero rehacía las relaciones personales con la presidencia de Estados Unidos, aunque, como es bien sabido, los intereses norteamericanos y españoles siguieron su curso al margen del inexistente trato entre los dos presidentes.

En la primera reunión informal extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebró en Bruselas el presidente Zapatero afirmó la necesidad de que la UE cuente con un gobierno económico. Al término de la reunión, Zapatero explicó que la cuestión del gobierno económico se habló de la armonización fiscal y de los métodos que la Unión Europea debe establecer para ser más exigentes con el cumplimiento de los objetivos de la Estrategia 2020. También se planteó la necesidad de abrir un debate sobre el futuro de las pensiones y hacer reuniones más frecuentes del Consejo para abordar temas económicos.

Lo cierto es que ni en la regulación del sistema financiero, ni la regulación de las materias primas y ni el cambio climático, se avanzó excesivamente. Fue durante la presidencia rotatoria española cuando la situación incontrolada de la economía de Grecia obligaba a los países de la zona euro a tomar decisiones drásticas que acabaron en el rescate de Grecia para salvar el euro.

La presidencia española pasaba a segundo término. El timón de la crisis lo llevaba ya Van Rompuy que invitó a Zapatero en calidad de presidente de turno y en la que participaron también Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo y el presidente del euro grupo, el luxemburgués Jean Claude Juncker.

Desde que estalló la crisis económica en el otoño de 2008 en Estados Unidos, los hechos han ido a una velocidad superior a la política. Aquella estrategia de la Europa 2020 que sustituía a la Estrategia de Lisboa del año 2000 pretendía hacer de la Unión Europea la economía más competitiva del mundo y alcanzar el pleno empleo el año pasado. La realidad fue muy distinta de la prevista. Es más ha sido mucho más adversa y dolorosa de lo que vaticinaban los augurios más negativos.

El presidente Sarkozy habló al comienzo de la crisis de la necesidad de refundar el capitalismo. Angela Merkel quiso imponer sus criterios para salvar su posición y salvar también el euro. Se vio una vez más aquella idea de Helmut Schmidt de que Francia necesita a Alemania para disfrazar su debilidad y Alemania necesita Francia para disfrazar su fuerza. Se acudió al rescate de Grecia, más tarde se haría lo propio con Irlanda y es casi imprescindible que en los próximos meses tenga que hacerse lo mismo con Portugal.

Europa no ha alcanzado la unión política ni tampoco puede decirse que tiene una política común de seguridad y diplomática. Eso no quiere decir que en Europa no se haga política. Es política lo que se hace y los que han interpretado la visita reciente de Merkel a Madrid como la gran contable europea me parece que se equivocaron. Lo que hace Merkel, lo que hacen todos los políticos europeos, es política.

No se regularon los servicios financieros, ni se ha formulado una política energética común, ni la necesaria estabilidad fiscal para evitar situaciones límite como las que ha sufrido Irlanda. En palabras del ministro Moratinos, España presidió la UE “en medio de una crisis brutal” que ha afectado a todos los ámbitos de la vida.

Miguel Ángel Moratinos

Se ha empezado parcialmente a cumplir el acuerdo para imponer un impuesto a los bancos y que se publiquen sus tests de solvencia. Europa está más a merced de lo que digan las autoridades financieras internacionales que lo que decidan las instituciones europeas. Durante la presidencia española se presentó el estudio preparado por el grupo de sabios dirigido por Felipe González para adoptar cambios y reformas que permitan a Europa competir en el mundo. Es un estudio interesante que ha quedado archivado en algún despacho de Europa y que el propio Felipe González ha dicho que las conclusiones del informe han tenido poca incidencia.

La Unión para el Mediterráneo se puso también en marcha, con sede en Barcelona, durante la presidencia española. Quedan las 43 banderas a la entrada del palacio de Pedralbes pero en estos momentos no hay secretario general, dimitió durante las revueltas del norte de África y uno de los co-presidentes, Hosni Mubarak , se encuentra bajo arresto domiciliario en su propio país después de lo que ha ocurrido en Egipto. Nicolas Sarkozy es el otro co presidente.

Durante la presidencia rotatoria española se puso en marcha la nueva política exterior europea, dotada en principio de 5.000 diplomáticos y funcionarios que deben estar repartidos por todo el mundo. Al frente está la Alta Representante, Catherine Ashton, una sombra de la vitalidad, el conocimiento y el don de gentes de su antecesor Javier Solana, uno de los españoles más influyentes en el mundo a lo largo del siglo pasado.

Existe la tentación permanente de que los intereses de los estados se sobrepongan sobre los intereses comunitarios. El Tratado de Lisboa debía proteger esas constantes tentaciones. A través de una política económica y diplomática comunes. Se ha avanzado mucho. Europa siempre avanza aunque a veces parezca retroceder. En medio de estas convulsiones Estonia ha entrado oficialmente en la zona euro.

Europa debe preocuparse por encima de todo de ser un referente político y moral para todo el mundo. No es una incubadora de guerras como ha sido casi siempre, sino un espacio de convivencia, de paz y de progreso.

Europa ha aportado muchos problemas al mundo en la primera parte del siglo XX. Pero hay que proclamar que a partir de los años cincuenta empieza un proceso de unidad lenta pero continuada para llegar a donde estamos.

Ahora está en peligro la aportación más importante que Europa ha hecho al mundo en este último medio siglo. El estado social del bienestar está en peligro porque el crecimiento está en peligro y porque la inmigración ha superado cualquier expectativa de llegadas de sobre venidos en los últimos quince años.

La salvación del euro es importante. Pero lo es más la cohesión social en vista de la llegada de cientos de miles de personas de países pobres y des estructurados. En el norte de África, desde el Nilo hasta Mauritania viven 187 millones de personas con una juventud equivalente al envejecimiento de las sociedades europeas. Es una explosión demográfica de grandes dimensiones y que tendrá consecuencias imprevistas.

El segundo semestre de la política exterior española de en 2010 ha sido marcado por el cambio de gobierno y la sustitución de Miguel Ángel Moratinos por Trinidad Jiménez al frente de Exteriores. Sabemos poco si estamos ante una etapa continuista o bien si el nuevo equipo de Exteriores va a cambiar el rumbo de la política exterior española. Las elecciones generales están muy cerca para que se prueben experimentos.

El gobierno Zapatero se ha puesto al lado de los aliados en la s crisis de los países del norte de África y Oriente Medio. No le quedaba otra alternativa. Es irónico que un gobierno que empezó con el no a la guerra esté hoy participando en los bombardeos sobre Libia. Es lo que había que hacer. Pero no olvidemos que en junio de 2010, el Rey de España visitaba oficialmente Trípoli para entrevistarse bajo haimas con el coronel Gaddafi.

España debe prepararse para los cambios profundos que operan transversalmente en todas las sociedades modernas. Nadie tiene un criterio definido sobre cómo hay que salir de la crisis y cómo hay que enfocar el futuro. España debe tener unas buenas relaciones con Estados Unidos y los países emergentes. Pero la prioridad es ir del brazo de los socios europeos. Cualquier otra alternativa sería peligrosa y contraproducente.

Conferencia pronunciada en la Facultad de Derecho de Barcelona, 31 de marzo de 2011, en el curso organizado por el Centro de Estudios Internacionales

  19 comentarios por “Política Exterior española

  1. La politica exterior española esta nominalmente en manos de Trini Jimenez, una señora que siempre me tiene con el ay en el cuerpo por si le peta un boton o la sisa de sus apretadas chaquetas. La poltica exterior española no difiere mucho de la interior, siempre a punto de petar tal cual el ojal de la titular que viene de ser ministra de sanidad y de perder unas primarias. La politica exterior española tambien esta en manos de perdederores iletrados, parasitos de carrera, colocados a voleo.
    Dicho todo ello, esta claro que la Trini y el ZP para enterarse pelin de la cosa, deberian leer y aprenderse de memoria el texto de la conferencia del Sr. Foix, que para variar es apabullantemente brillante y documentada.
    Conferencia que para satisfaccion de nuestro anfitrion, pronuncio en la Facultad en donde se licencio en Derecho ya hace algunas primaveras.

  2. Amic Lluis: PAU i BÉ. El felicito per la seva interessant Conferència. Que per molts anys pugui seguir il.luminant amb el seu pensament clar i sincer a la gent del nostre pais. Felicitats també pel seu aniversari. Que el Senyor el beneeixi i el guardi. Bon i sant diumenge. Josep

  3. Bueno el campeón ya ha dicho que no será candidato, hoy estamos mejor que ayer. Vaya tío.

    • Hace tres meses que los que estan en el ajo ya lo sabian, solo esperaba el dia para anunciarlo. Ahora tocara un año inestable, mejor seria adelantar las elecciones.

      • Hoy hablaba del tema, el candidato del PSOE es clave para evitar una mayoría absoluta de PP. La opción de votar al PSOE con la nariz tapada no la descarto. Es triste.

    • Francis, dice el presidente Zapatero que el PSOE tiene «cerebro femenino» y que «este plan lo tengo diseñado desde hace tiempo y va a salir bien»…me veo haciendo la mili de nuevo.

      • Barcelona. (EFE).- La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha considerado hoy que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado hoy, «otra vez, una lección de generosidad, coherencia y democracia, que va a ser muy útil para todos», al anunciar que no optará a la reelección.

  4. Sr. Foix: Bona conferencia. Defineix molt be la realitat.

    Vivimos en una economía de consumo. Pero como ahora no podemos gastar tampoco podemos consumir. Por lo tanto frenazo a la producción. Y por lo tanto pérdida de puestos de trabajo y al mismo tiempo perdida de consumidores.

    Acabará solucionándose de lo cual no hay duda. Pero necesitamos tiempo de años. Y espiritu de sacrificio. Pues hemos vivido más alla de nuestras posibilidades. Ahora nos toca volver a los principios.

  5. Como bien dice «Europa debe preocuparse por encima de todo de ser un referente político y moral para todo el mundo»

    Dejo un parrafo de X.Marcet:

    En lo político, los partidos que aspiren a la centralidad deben incrementar su capacidad pedagógica (es complicado admitir y explicar porqué somos más pobres de lo que ellos mismos pregonaban) y alejar la tentación demagógica (todo es posible, una cosa y la contraria).
    Hay que exigir responsabilidad a los que gobiernan y los que lideran la oposición.
    Parece claro que la lógica gobierno – oposición pesa más que las inercias ideológicas.

    –> En Europa, mantener el estado social es imposible sin un cambio de paradigma que permita competir con Estados Unidos y con Asia. Europa debe uniformar todavía más sus políticas si quiere continuar siendo un espacio de bienestar, porqué las diatribas locales no ayudan nunca a superar los corporativismos.

    Hay gente que asume que la salida de la crisis también depende de su esfuerzo y de sus decisiones. Hay gente que simplemente piensa que todo depende de los demás, del gobierno, de su empresa, de su jefe. La proporción de gente que asume una realidad adversa y se implica personalmente en la salida de la crisis es lo que hará más o menos competitivo un país, una empresa o una administración.

  6. ¿Y si nos expulsan de Europa? si yo fuera Alemania obligaría a España a renunciar a su soberanía para continuar en Europa, a lo curatela por pródigo.

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