Los relatos de Mourinho y Guardiola

El relato es imprescindible para cualquier actividad ambiciosa. La política y las finanzas tienen un relato. El deporte también. Y el fútbol vive con dificultades sin un relato que dé forma a las ambiciones o frustraciones de un equipo. Hay el relato de mantenerse en la categoría. El relato que te sepulta a la categoría inferior. Y está, por fin, el relato de los campeones, de de los que no aceptan otra opción que ganar títulos.

Mourinho celebrando un gol en Valencia

Pero el relato de los primeros es muy diversificado. El modelo Mourinho es el relato descarnado, sin pulir, de brocha gorda. No es un relato propio, sino que se construye en contra del otro. Este fin de semana fue contra el Valencia, del que dijo que tenía que sentirse halagado con la celebración provocativa e impúdica del entrenador blanco.

Estamos ante un relato cambiante, rutilante, efímero y de quita y pon. No convence. No me sorprende que incluso en Valencia el público coreara el nombre de Messi cuando Cristiano se movía por el césped. Lo mismo ocurrió en Bosnia. Es, en definitiva, el relato prepotente de Mourinho, que es igualmente ejercitado por Florentino y buena parte del plantel madridista.

Al otro lado, está el relato de la perfección rebuscada de Guardiola, que está a punto de ser declarado líder moral del país aunque sólo sea por sugerir que nos levantemos todos más temprano. Guardiola no insulta, no se burla, respeta al adversario y cada partido lo considera como el más decisivo de la temporada. El vestuario se siente protegido y estimulado. Y cuando alguien se erige en un gallo particular es invitado a abandonar el corral aunque medie un enfrentamiento con palabras gruesas. Ibra y Eto’o lo saben. De poco le va a servir al sueco haber escrito sus desgarradoras discrepancias con Pep. Tiene todo el derecho, pero es inútil. El relato de Ibra es primario, bronco. Sin literatura.

Publicado en El Mundo Deportivo el 22-11-2011

  2 comentarios por “Los relatos de Mourinho y Guardiola

  1. Ja ho diu Jesús, també Sant Francesc i fins i tot la meva mare: NO estigueu malhumorats. Digueu les coses amb SENY. No us baralleu. No diguis al darrera del teu germà, allò que amb caritat no t’atreviries a dir.li a la cara . Aquest és el detall: DIR-HO AMB CARITAT, AMB DELICADESA, AMB ELEGÀNCIA….Una bona lliçó per a tots. Amic Lluis. Bona festa de Santa Ceclia.Visca la música i els músics. Una franciscana abraçada Josep

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