Un discurso nocivo

Santi Abascal, líder de Vox, montado a caballo.

El poeta Joan Margarit decía en una entrevista el pasado fin de semana que “si España no es peligrosa es gracias a Europa”. Las cosas habrían ido muy distintamente si no estuviéramos bajo el paraguas europeo, es decir, si nos hubiéramos entregado a nuestra histórica manera de resolver los conflictos y controversias internos.

Los resultados de las elecciones anda­luzas tienen una dimensión europea aunque sea para introducir el dato de que un partido de extrema derecha, xenófobo, antieuropeo y antiestablishment ha entrado en un Parlamento hispánico. El fe­nómeno no es una singularidad sino una corriente que se ha instalado en prácticamente todos los países continentales, desde Suecia a Italia pasando por Holanda y Alemania.

La extrema derecha existía pero se cobijaba bajo el manto del Partido Popular, donde convivía con las varias corrientes conservadoras que han integrado la derecha española fundada por Manuel Fraga. Una cosa es la corriente de fondo que fluye con discrecionalidad en todas las democracias occidentales y otra es la particularidad de cada país y sociedad concretas.

No es lo mismo la extrema derecha finlandesa, sueca o danesa, con presencia en los respectivos parlamentos y dando apoyo a gobiernos de distinto signo, que la francesa de Le Pen o la italiana de Salvini o la de Vox que acaba de entrar en el Parlamento andaluz.

Cada uno de estos movimientos tiene su propia raíz cultural y comparte un nacionalismo que consideran incompatible con la cesión de competencias a las institu­ciones europeas. ¿Qué es el Brexit sino un rechazo y un miedo a perder la singularidad británica?

El presidente de Austria anunció ayer que recortará la ayuda social a quien no hable alemán. El “América primero” de Donald Trump es un nacionalismo de Estado hasta las últimas consecuencias, un supremacismo que levanta fronteras físicas, culturales y políticas contra quienes vienen de fuera, dándose la paradoja de que si algo ha distinguido la historia de Estados Unidos ha sido su mezcla de razas, creencias y culturas que la han convertido en una gran nación.

En todo caso, se puede aplicar en muchas democracias liberales el “invierno del descontento”, la célebre frase de Shakes­peare en Ricardo III. Hay descontento porque hay desigualdad a pesar de que la creación de riqueza no había sido nunca tan grande. El miedo a ser devorado por multinacionales anónimas o por culturas hegemónicas explica en buena parte la crisis que vive, por ejemplo, un país tan rico y tan convencido de los valores republicanos como Francia.

Lo más inquietante de la entrada de Vox en el Parlamento andaluz no es si va a ser decisivo o no para formar gobierno en los próximos días y semanas. Lo que es más relevante es la introducción de un discurso que contamina el debate público y que se puede concretar en un rechazo al inmigrante, un antieuropeísmo sin complejos, la defensa de los toros y la caza, eliminación de las autonomías y sus televisiones y la revocación de medidas sociales que han beneficiado a muchos.

Guy Verhofstadt, el líder de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), grupo al que pertenece Ciudadanos, envió un tuit la noche del domingo congratulándose por el resultado del partido de Albert Rivera en Andalucía añadiendo que el “éxito de la extrema derecha, sin embargo, nos tendría que preocupar a todos. Estamos ante una batalla para preservar el alma europea que se librará en las elecciones del mes de mayo”.

Si el Partido Popular o Ciudadanos pactan con Vox para obtener la presidencia de Andalucía tendrán de incorporar, de alguna manera, el mensaje político de la nueva formación. El discurso contra Catalunya que ha contribuido a la victoria del partido de Santi Abascal puede cosechar votos pero es nocivo para resolver el conflicto más serio que tiene España en estos momentos.

La reacción de Pablo Iglesias incitando a salir a la calle cuando el escrutinio todavía no había terminado me parece una gran irresponsabilidad. A Vox no se la va a combatir con manifestaciones ni con griterío en las tertulias sino con propuestas serias para evitar la radicalización que se ha producido en Andalucía, en toda la sociedad española y también en Catalunya.

Transcurridas las elecciones andaluzas es aconsejable que todos los partidos que han perdido miles de votos y al­gunos escaños, desde las izquierdas hasta la derecha del Partido Popular, reflexionen por qué han retrocedido ante el avance espectacular de Ciudadanos y de Vox.

Están en juego la convivencia, las libertades y el marco constitucional que garantiza el sistema democrático.

Publicado en La Vanguardia el 5 de diciembre de 2018

  11 comentarios por “Un discurso nocivo

  1. Guy Verhofstadt, me parece el ma inteligente, Pablo me parece un irresponsable como Francisco Largo Caballero»Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos».

  2. Y ahora todo esto nos extraña? Ha venido siendo impulsado desde hace demasiados años con mentiras, incompetencias, abusos de poder para beneficiarse con corrupción institucional, despilfarro a mansalva con fondos públicos hasta llevarnos a una deuda insostenible, que pagará hasta la niña de Rajoy
    Y mientras tanto los periodistas que hacías? Nada.
    Quizá porque los medios de comunicación están económicamente hundidos y en manos de las publicidades institucionales y de la banca a quién deben lo que no pueden pagar.

  3. Abascal abascal que malita serenata!
    Hay que terminar con la dictadura de lo politicamente correcto ha dicho el jinete en cuestion.
    Pues por ahi nos hemos perdido entre guayismo, buenismo y papanatismo ha resultado que ya no se distinguen las diferencias entre formaciones de izquierda a derecha. Y ahi han entrado en tromba.
    Mal asunto.
    Hay que empezar ya! el proceso «destituyente»

  4. Es evident que molts ciutadans d’ Andalucia estan descontents amb els politics que han governat fins ara.
    Hi ha un descontent general a tota Europa, la gent te por a perdre identitat, benestar, patrimoni. La crisi econòmica i social ha generat apego al poc que tenim, no ho volem perdre, tenim POR.
    Els sous han baixat, les pensions son insegures, l’habitatge es inaccesible, i els impostos no paren de pujar. Els Paisos cada cop mes endeutats…..
    La insatisfacció fa provar noves alternatives politiques.

  5. Sr. Foix : Cataluña no es independentista,sino todo lo contrario. Es precisamente la mas solidaria económicamente de España, por su carácter y mente negociadora, comercial, emprendedora, creadora de productos, riqueza, creadora de empleo, consumidores y cotizantes al Estado la mas interesada en contribuir a la verdadera unidad de España.

    Hace siglos ideó su unión con el Reino de Aragón y más tarde Aragón-Cataluña se unió con el Reino de Castilla que ya estaba unido al Reino de Leon y al Principado de Asturias.

    Cataluña es unionista, porque es negocianta, comercial, emprendedora y creadora de riqueza, ect. ect.

    Cataluña la hacen separatista los corruptos caines de todas las españas, con Cataluña incluida como parte de todas las Españas.

    Atacar Cataluña, para ganar las elecciones es cainista contra España entera, porque Cataluña es la nave Almirante y la mas representativa de la esencia de Abel en España y ante el mundo entero.

    • P.D. Pienso que el verdadero peligro que destruye la unidad de España es el Cainismo, la Corrupción , medrando introducidos dentro del poder institucional del propio Estado incluidas las Autonomías ( Pues juntas son el Estado español. ) y engañando a los compañeros de su propio partido político, abusando de los privilegios del status que el poder les otorga para robar directamente de la caja fiscal recaudatoria delpropio estado.

      Cain a llevando al Estado español entero con las Autonomías incluidas a la quiebra mas vergonzosa, habiendo dilapidado el presente de nuestra generación y el futuro de nuestros descendientes.

      Pues lo tendrá que pagar nuestra generación, la la 2ª y la 3ª generación durante toda su vida, con aumentos abusivos, exagerados y fuera de toda Ley de impuestos sumados y repetidos de todas clases.

      Este es el verdadero problema de España y no la Autonomía de Cataluña, que solo quiere divorciarse del Cain español y del Cain catalán.

      Cuando las elecciones el Cain español culpa y ataca al Abel catalán para ganar las elecciones. Pero el Cain catalán hace lo mismo, atacando al Cain Castellano, también para ganar las elecciones.

      Cain es el culpable de la desunión de España-Cataluña, por aquello de » A rio revuelto ganancia de pescadores. »

      Y el bobalicon y bonachon Abel cae en la trampa creada por Cain.
      Asi los corruptos Caines españoles, incluidos todos los Autonomicos se enriquecen millonariamente en euros, acaparando todo el poder que pueden.

      VERGONYA !!!…VERGONYA !!!…VARGONYA !!!…

  6. No participo del espanto que ha despertado la eclosión en las elecciones andaluzas de un partido u organización de extrema derecha, en su versión más cutre y carpetovetónica, que reivindica toda clase de atavismos ibéricos de la peor calaña. Estaban en el PP, y no precisamente ocultos, se acomodan en Ciudadanos y se nutren de la savia de la FAES. El reparto entre los tres partidos de la carcundia derechista sólo busca una hegemonía para el reparto pesebrista de cargos y nombramientos, y no más allá del «quítate tú, que me ponga yo». Con la bendición apostólica de la iglesia preconciliar (e irreconciliable), del monarca traficante y su camarilla y de los dineros de las empresas que sólo medran al abrigo del BOE, no es extraño que se hagan más visibles cada día.
    Que el tema «Cataluña» sea al que más se arriman, es por la denuncia de todos los elementos del andamiaje derechista que representa el movimiento independentista. Y eso que en CAT también gobiernan las derechas. Pero distintas.

    (Disculpas Sr. Foix por el ocasional abuso de adjetivos calificativos. Tengo que aprender…)

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