La frivolidad de los irresponsables

La sociedad ha aprendido a organizarse por sí misma y a esperar a las urnas para manifestar el descontento

Si dices que algo va bien en España, corres el riesgo de ser tildado de sanchista o de españolista, con el agravante de izquierdoso al servicio de una coalición de pura conveniencia para mantenerse en el poder. Si te atreves a matizar la situación en Catalunya, eres tratado despectivamente de independentista y cómplice en la destrucción de la unidad de España.

La política, ciertamente, no ofrece grandes satisfacciones al ciudadano que quiere tener un trabajo, pagar la hipoteca y tener acceso a una sanidad y educación gratuitas y de calidad. Si exceptuamos el paro como una lacra que azota a la sociedad española, especialmente a los jóvenes, las cosas funcionan relativamente a pesar de los debates, la retórica y el oportunismo de los políticos de aquí y de allá, de todos los colores e ideas heterogéneas.

La crisis que ha destapado la pandemia es común a todas las democracias neoliberales que arrastran problemas estructurales desde que las llamadas élites extractivas, ese concepto puesto en circulación hace unos años por los economistas Daron Acemoglu y James A. Robinson en su celebrado libro Por qué fracasan los países. Esas élites las constituyen aquellos grupos que se apartan de la consecución del bien general y dedican sus esfuerzos al propio bienestar y al grupo al que pertenecen.

La crisis española y catalana está en el distanciamiento cada vez más preocupante entre los pocos que cada vez tienen más y los muchos que cada día que pasa tienen menos. Corregir esta tendencia es, me parece, la tarea más importante de los políticos.

Harold Macmillan, primer ministro británico hace más de sesenta años, salió al paso de los ataques de la oposición y de la prensa con una ocurrencia memorable. Dijo: “You have never had it so good, nunca lo habíais tenido tan bien. Y enumeró una serie de cosas que funcionaban aunque fuera de forma rutinaria. Se acercaban las elecciones generales de 1959.

Es legítimo y necesario que haya discursos políticos, que se critique a los que están gobernando, que se exija el equilibrio de los tres poderes para que ninguno de ellos abuse de los otros dos. Una democracia con parlamentos callados, homogéneos, sin salidas de tono, sin pedir la dimisión de ministros y responsables, sin debates acalorados, con votaciones ajustadas y con sensación constante de crisis, no existe en ninguna parte. Un sistema democrático es el más idóneo para superar situaciones aparentemente sin salida.

Estuve ayer preparando una mesa redonda sobre cómo el llamado mundo de los séniors se ha adaptado a la digitalización. El avance ha sido espectacular hasta el punto de que el universo de los pensionistas, cada vez más numeroso, tiene voz propia y se expresa libremente al margen de los discursos y riñas retóricas en los parlamentos.

El mundo nos ha cambiado sin pedirnos permiso de tal manera que la comunicación es el arma indestructible para que nadie se pueda sentir excluido. He pasado unos días en Italia este mes de agosto y he comprobado lo que tantas veces había experimentado. Hay un tejido asociativo, social y económico que permite una rápida recuperación de la crisis. Es un país que funciona al margen de los acalorados debates políticos en el Parlamento y en los periódicos, radios y televisiones.

No se pueden ignorar, repito, las desigualdades económicas crecientes. Pero el levantamiento de los peajes, por ejemplo, ha sido una noticia positiva aunque a medio plazo acabemos pagando lo mismo por otros conductos.

El sistema de vacunación contra la pandemia ha sido un ejemplo de buen funcionamiento, así como la actitud y el esfuerzo del mundo sanitario desde el confinamiento de marzo del 2020. La barbaridad de la subida desorbitada del precio de la electricidad va a corregirse porque están en juego muchos votos.

La política hoy pasa por el cedazo de las redes sociales y de los que dirigen y poseen las grandes plataformas. Cuando los propietarios de Twitter, Facebook e Instagram cerraron las cuentas de Donald Trump el 6 de enero, el golpe de Estado que estaba en marcha en el Capitolio pudo detenerse a tiempo.

Las ideas y los debates que no conducen a resultados concretos para los ciudadanos pueden durar indefinidamente. Pero la sociedad ha aprendido a organizarse por sí misma, a separar el grano de la paja y a esperar a las urnas para dar respuesta a los políticos que actúan con la frivolidad de los irresponsables.

Publicado en La Vanguardia el 15 de septiembre de 2021
 

  5 comentarios por “La frivolidad de los irresponsables

  1. A proposito de irresponsables, hoy miercoles dia del espectador, hemos asistido a un espectaculo zafio, frivolo y superficial en el Palau de la Generalitat. Espectaculo que han dado los asistentes y los no asistentes aunque convocados.
    El guaperas total ha vuelto a coger a toda la tropa indepe (o eso dicen) con el paso cambiado y se vuelve a madrid aguantandose la risa.
    Res de res.

  2. Es verdad que hay una mezcla de éxitos, errores, globos sonda, distracciones varias para el personal, es la politica teatro o política espectáculo. No es la politica tecnócrata de gestión eficiente. Quizás la culpa sea de los asesores que tienen? o bien son los asesores que les convienen quienes no rechinaran sus decisiones populistas? o las decisiones que benefician a las elites extractivas? O bien no hacen caso a los asesores?

    En el caso de la vacunación, llegar a un 70 % es un gran éxito, y los que quedan son personas poco solidarias o que tienen miedo, así que hace falta mas lectura de libros o más pedagogia.
    En todo caso el problema de fondo es que los politicos no tienen el poyo de la emprobrecida clase media, la pagana.
    En todo caso el problema es que no funciona como antes el ascensor social, via formación. Solo en los sectores donde les afecta una parte de la crisis en K…
    En todo caso esta claro que los asiáticos son mucho mejores en formación, en tecnologia, en universidades. Las pymes no pueden competir en esta hipercompetividad. Esta claro su tren avanza mas rápido, crean riqueza y prosperidad.

    Aqui creamos debates contra este o contra el otro….el último leído “ Si las nucleares no aceptan las nuevas condiciones, pues expropiar” dice Ada Colau….veremos si convence a Putin y su gas.

    En fin si los politicos no estudian geopolítica, geoeconomía, si no estudian diferentes escenarios, si no conocen bien la estructura económica del pais, ni conocen las soluciones de otros países, esto seguirá siendo una olla de grillos, dándose las culpas unos a otros.

  3. Sí realmente lo políticos tendrían que centrarse en los problemas de la gente, si mejoran estos problemas que usted Sr. Foix menciona, entonces mejorará el país. Pero creo que como tienen las necesidades más que cubiertas sus intereses se centran en otras cosas como: el poder, o incluso las quimeras de la independencia… digo quimeras en el caso de los políticos independentistas porque me parece que tocando con los pies en el suelo y económicamente hablando la independencia sería una ruina, ya nos ha dejado un «tastet» (un bocado) de ello y la culpa no creo que sea del Estado Español que nos va dando dinero…

    Unos políticos eficientes tendrían que estar más al servicio de la gente y ser más veraces, entre otras cosas y pongo dos ejemplos que me hacían pensar estos días:

    – Uno es el caso del chico que denunció falsamente las agresiones por ser homosexual en Madrid, al final dijo que se lo había dejado hacer, y cosa curiosa que ningún medio periodístico o televisivo se pregunte ¿quien le propuso hacérselo y quien se lo hizo? Esta pregunta es muy importante, porque todo apuntaba a una dirección y unos políticos pero si se lo ha dejado hacer puede que sea justo lo contrario de lo que se pensaba puede que sea por los que quieren acusar a ciertos partidos y esa pregunta nadie la hace… porque no les interesa, porque hay que desviar la atención, por tanto esto es una falta de veracidad, la policía lo debe saber, pero los medios están manipulados y al servicio de los intereses políticos. Creo que sería muy interesante saber quien se lo hizo.

    La segunda cosa es sobre la vacuna española, me parece muy triste que no se la apoye, que no se hable apenas de ella y que tengamos que utilizar vacunas de otros países supongo que por contratos que se firmaron o por algo económico… Pero ¿no se podría hacer algo más? Me gustaría más apoyo hacia ella, pero interesa más la economía y la política que la salud.

    Estas dos cosas son una muestra de como nuestros políticos van a sus intereses, buscando el poder y tapando lo que estorba 1er ejemplo y apoyando poco lo nuestro 2º ejemplo.

    Gracias por la oportunidad de expresarnos.

    Saludos a todos!

    • la pandemia es el evento catastrófico más importante del siglo. apoyar desde las instituciones el desarrollo de la vacuna con todos los medios humanos y económicos habidos y por haber tendría que haber sido el objetivo económico, social y humano número uno desde el principio. pero para eso hacer falta liderazgo y por desgracia tenemos unos políticos que son meros gestores funcionariales de presupuestos públicos, la mayor parte de las veces con el único objetivo de mantener redes clientelares que les garanticen la conservación del poder.

    • No solo aqui cometen En Canadá han quemado cómics de Tintín de Astérix y de Lucky Luke..en otros sitios tiran estatuas,que estaban alli hace 50 años…en otros ponen en duda las peliculas de Disney…asi que deberemos volver a escuchar a The Wall …

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