La Provenza, Mistral y Cézanne

Cuadro de Cézanne

Cuadro de Cézanne

Hay mercados que llevan siglos puestos, en el mismo rincón, la misma plaza, siempre acompañando a las civilizaciones que dejaron sus huellas culturales que han ido cambiando mientras las frutas, las verduras y las ropas sencillas ofrecen olores y colores eternos que perduran en este milenario valle del Ródano.

De Gaulle decía que para construir Francia han hecho falta muchos siglos y los siglos sólo se construyen con los siglos. El paso del tiempo por la Provenza ha dejado una luz que invade incluso las sombras de villas grandes y pueblos pequeños. Una luz clara y transparente.

El mercado de la plaza de Precheurs en Aix-en-Provence dicen que ya exhibía los colores que obsesionarían a Paul Cézanne, mucho antes de que los griegos y los romanos trabajaran la piedra con precisión artesanal. No es solamente el cromatismo vivo que se apodera de las naturalezas muertas y las figuras que transitan por las calles como si fueran piezas de cerámica robóticas, sino los olores penetrantes que despiden las paradas al aire libre y que el olfato capta con una potencia inevitable.

No sé si se come muy bien en esta Francia desanimada y en un cierto estado de depresión. Los indicadores para salir de la crisis no entusiasman ni siquiera al Gobierno. Pero sí que se advierte que estas gentes viejas, en el sentido cultural e histórico, saben comer con elegancia y muy buen gusto. Los quesos, tantas clases de quesos, invitan a la frenética y puntual actividad de los panaderos. El aroma matinal de las panaderías es único.

Estamos en la Francia más vieja, la más trabajada y transitada por el paso de las civilizaciones, la que es hoy todavía refugio de pintores, escritores y gentes que reposan en casas escondidas tras frondosos robles, encinas y variedades de árboles locales. La cigarra está de guardia y da la tabarra todo el verano, hasta que los vientos otoñales le den sepultura.

La Provenza es el camino de la cultura clásica hacia Centroeuropa con una tierra sembrada de grandes nombres que pesan demasiado para poderlos comprender en su totalidad. Arles, Aviñón, Nimes, Arlés, Aix-en-Provence y tantos pequeños pueblos han conservado rasgos singulares de su historia milenaria. Esas piedras labradas para la eternidad, cinceladas por manos de artistas, son como tumbas que ven pasar las generaciones.

Me he acercado a Maillane, el pequeño pueblo en el que nació y está enterrado Frédéric Mistral, premio Nobel de Literatura en 1904, junto al español José Echegaray. Fue el gran defensor del occitano, que calificó como la primera lengua literaria de la Europa civilizada. Se cumplen cien años de su muerte, ocurrida el 25 de marzo de 1914. Muchos poetas y escritores catalanes de la Renaixença le trataron.

En muchos pueblos de la Provenza se levanta un monumento a este poeta y escritor que la Francia de París no le da la importancia que merece. Como señaló Quim Monzó en su discurso en Frankfurt el año en que el catalán fue la lengua invitada, Mistral ha sido el único laureado con el Nobel de Literatura que no hablaba la lengua de un Estado.

Al entrar en el cementerio de Maillane hay una placa austera con un pasaje sentimental de su obra más conocida, Mirèio, que se refiere a la trascendencia y al más allá. Nada más. Un indicador nos lleva erráticamente ante una glorieta bajo la cual descansan sus restos. Ni un simple recordatorio de su figura literaria. Dos provenzales franceses preguntan si efectivamente es la tumba de Mistral. No puede ser otra. Se quedan sorprendidos tras haber recorrido más de 130 kilómetros. En una casa del pueblo consta que se aloja la Fundación Mistral. Está cerrada.

Mistral compartió tiempo y territorio con Alphonse Daudet y con Émile Zola que durante muchísimos años fue amigo íntimo de Paul Cézanne, probablemente, uno de los provenzales más célebres de todos los tiempos. Cézanne nació y murió en Aix-en-Provence, que le dedica todos los honores. Durante sus ausencias de esta tierra solía decir que «cuando uno ha nacido allá abajo, c’est foutu, nada te dice nada».

Por estos parajes vinieron Gauguin, Van Gogh y Picasso, instalado en el castillo de Vauvenargues al final de su vida. El gran pintor del siglo XX dijo que Cézanne «es el padre de todos nosotros».

Precisamente estos días se exhibe en Aix-en-Provence la exposición más celebrada en Francia este verano. El norteamericano Henry Pearlman reunió obras de Courbet, Manet, Degas, Cézanne, Gauguin, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Soutine, Modigliani en una colección espectacular del postimpresionismo que ha llegado a Francia por primera vez. Se aloja en el Museo Granet d’Aix. La montaña Saint-Victoire es reproducida 87 veces en acuarelas y lienzos por Cézanne. Fue tal la fijación del pintor con Saint-Victoire que el nombre de la montaña ha quedado definitivamente asociado a su genialidad.

Es la parte de Francia más vieja y más cauta, la que lo ha visto todo y ha permanecido invariable. La fuerza vital de Francia viene del norte, del Sena, pero esta zona que va desde el Garona al Ródano es la Francia más amable, más tranquila y más genuinamente mediterránea.

Publicado en La Vanguardia el 13 de agosto de 2014

  8 comentarios por “La Provenza, Mistral y Cézanne

  1. Sr. Foix : Con este magistral artículo, usted nos transmite y nos hace vivir poéticamente, los parajes ó paisajes y personajes de la Provenza, Mistral y Cesánne.

    Cambiant de tema i visitant Les Ramblas de Barcelona. Veiem que de mica en mica i poc a poc anem perdent i em anat perdent la essencia básica de Barcelona i la gracia de la nostre » Rambla de Barcelona «…Aixi com tambe bastants dels carres subjacents.

    Si us plau visiteula poc a poc, observeu les botigues i a la gent que les regeig. Com tambe observeu a tots els visitants.

    I m’entendreu.

    ( Perdoneu les mevas faltes d’ortografía del catalá )
    Pero es que soc de la época que ens el prohibien.

    Com deia el malaguanyat Ovidi Mullor : » Tu ja m’entens «

  2. Lo inteligente es ir de vacaciones y publicar en LV. Tenemos un anfitrion inteligente que ademas nos lustra e ilustra. Estoy haciendo un parentesis pequeñito aqui en BCN y casi que es para irse a la Provenza, pero va a ser que no, maxime puede ser Provenza-Pau Claris. Buen verano para todos.

    • En Provenza-Entenza hay un hotelito al que espero que vayan a veranear unos cuantos dentro de nada…Buen verano…o como se llame a este tiempo que tenemos este año…

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