Trump y Kim, dos erráticos en la cumbre

Lo más importante de la cumbre de Singapur es el diálogo abierto entre Estados Unidos y Corea del Norte.

Donald Trump y Jim Jong-un han roto más de sesenta años de hostilidades políticas y diplomáticas entre Estados Unidos y Corea del Norte. Se han reunido en una cumbre en Singapur, el país más seguro del mundo, que ha pagado los gastos del encuentro y ha ofrecido un gran espectáculo de colorido televisivo y gestos inéditos entre dos personajes impredecibles.
El comunicado de la cumbre es bastante inocuo. El presidente norcoreano se compromete a trabajar hacia la desnuclearización completa de la Península Coreana y el intercambio de prisioneros de guerra y desaparecidos en acción de combate desde el armisticio de las dos Coreas y la partición de la península. Trump ha anunciado en rueda de prensa que interrumpirá las maniobras militares conjuntas con Corea del Sur como prueba de que las hostilidades han terminado.

La conducta errática de los dos mandatarios no permite hacer predicciones. En la mesa de reunión sólo había intérpretes. Ni diplomáticos ni ministros. Fue un encuentro en el que el mayor tirano en ejercicio era objeto de chanzas del presidente más poderoso de la tierra. Transcurrirá mucho tiempo para saber si este encuentro ha sido algo más que una exhibición televisiva cara a sus propios países y también cara el mundo.

Se han reunido. Es una gran noticia ver al presidente Kim pasearse de noche por Singapur rodeado de sus guardias de asalto de seguridad. También era inimaginable hasta ahora que dos personajes que representan a países con valores tan contrapuestos pudieran reunirse y hablar cara a cara.

He cubierto muchas cumbres de presidentes americanos con los líderes del Kremlin. Reagan y Gorbachev protagonizaron dos reuniones en Ginebra y en Reikiavik. Las de Nixon y Breznev proyectaban la rivalidad de dos potencias antagónicas y en guerra fría permanente. La diplomacia del Kremlin y de la Casa Blanca trabajaban minuciosamente el antes y el después de aquellas cumbres en las que acudían cientos de altos funcionarios de los dos países.

La de Singapur entre Trump y Kim se ha parecido bastante a un encuentro de saloon, mano a mano, sin otra arma que la percepción de la fuerza o la debilidad del otro. Trump advirtió que en los primeros segundos sabría si se podía entender con Kim.

El presidente norteamericano llegaba de la cumbre de Canadá después de haber firmado un documento junto con el resto de miembros del G-7 y en el avión empezó a jugar con el twitter hasta el punto de borrar su firma del documento que había suscrito unas horas antes. Aprovechó en la racha tuitera desde el aire a poner a caldo a Justin Trudeau, anfitrión de la cumbre del G-7, al que lo envió a los infiernos. Beatriz Navarro, corresponsal de La Vanguardia en Washington, resumía en un titular lo que parece ser la tendencia de la política exterior de Trump: “Paz con el enemigo, guerra con el amigo”.

Más de una hora duró la rueda de prensa de Trump al terminar la cumbre. Hacía meses que no ofrecía un encuentro con los medios. Dijo que se habían discutido los derechos humanos en Corea del Norte pero no precisó nada. Tampoco si la desnuclearización se va a producir en un tiempo determinado ni si se permitirá la entrada de inspectores internacionales para comprobar si la desnuclearización avanza o no.

Las democracias occidentales no pueden estar muy tranquilas sobre el fondo y las formas de esta diplomacia de sheriff que practica Donald Trump. Las relaciones atlánticas pasan por tiempos muy difíciles en el campo militar y también en las relaciones comerciales. Trump es un cohete que va por libre y que gobierna un país sin saber siquiera su historia. Es un triunfador, no acepta disputas con los suyos, actúa como un empresario que piensa que todo lo puede comprar con dinero y, en este caso, como quien la fuerza de Estados Unidos le permitieran saltarse la opinión y los intereses de sus aliados.

Tiempo habrá para ir valorando las consecuencias de lo que ha ocurrido estos dos días en Singapur, aparte del inopinado encuentro entre Trump y Kim.

  4 comentarios por “Trump y Kim, dos erráticos en la cumbre

  1. Paso mayo y el Sr. Foix no nos hablo del cincuentenario de mayo del 68
    Paso mayo y su dia numero cinco, doscientos aniversario del nacimiento de Karl Marx. Nuestro anfitrion chiton.
    Son temas menores (?)
    Vean el sumario de los 26 articulos de mayo. Temas (todos) mayores ?

  2. Corea del Norte tiene un regimen parecido al comunismo que el sheriff del planeta ha prometido proteger.
    A partir de ahi el panorama no es demencial, es, lo iguiente.

    • A mister Trump, lo que le interesa es construir hoteles en la costa de Corea 🙂

  3. Sr. Foix : No se porque pero cada vez mas, e incluso desde el principio de su mandato como Presidente, … las pautas de conducta de Trump, me recuerdan a la manera, las pautas de conducta y las decisiones individuales y propias de Hitler.

    Da la sensación de que él cree que, solo él mismo, está en posesión de la verdad y de la razón.

    En fin, ya se verá, mejor que me equivoque.

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