Dialogar también es escuchar

Las palabras multiuso suelen perder su significación primera. El diálogo, la tolerancia, la amistad o la comprensión quedan desfiguradas cuando se repiten sin ton ni son. En el principio de todo conflicto siempre encontramos la palabra que hiere, que desfigura la realidad o que se convierte en instrumento de propaganda.

Dialogar comporta mantener las ideas propias pero estando dispuesto, en principio, a dejarse convencer, si las tesis del otro resultaran lógicamente más fundadas y humanamente más auténticas. En todo caso, no se puede acudir al diálogo con la cerrazón de que el adversario está en el error. No sólo el error moral sino el error político, filosófico o el de los intereses. Para dialogar hay que ponerse en la posición del otro.

Hay cuestiones que no pueden someterse a diálogo. La dignidad de la persona es una de ellas. Una de las derivadas de la dignidad es el respeto que merecen todos aunque sus ideas nos puedan parecer inaceptables. A Europa, que tantas tragedias ha protagonizado a lo largo de los siglos, le compete el cometido de renovar la convicción en la dignidad de todos los individuos y de todos los pueblos. El racismo y la xenofobia son incompatibles con la idea de la Europa civilizada.

Una violencia infligida a un individuo no se convierte en algo justo sólo porque un llamado sentimiento colectivo la apruebe. Esta idea ha causado grandes catástrofes a la Humanidad. Si Europa ha aportado algo positivo a la civilización universal es la idea de libertad y de responsabilidad de las personas.

El antisemitismo en Alemania o la violencia contra los negros en el África del apartheid eran sentimientos de buena parte de las poblaciones de esas sociedades. Pero no eran justas ni aceptables.

Claudio Magris recuerda que a veces puede ser verdad lo que grita el doctor Stockmann en Un enemigo del pueblo de Ibsen: “la mayoría tiene la fuerza, pero no la razón”. Y es entonces cuando hace falta obedecer a las leyes no escritas de los dioses a las que obedece Antígona, aunque tal obediencia, o sea desobediencia, a las inicuas leyes del Estado, pueda tener consecuencias trágicas.

El día que se atropelle la dignidad de una persona se entra en el espacio de la barbarie.

  8 comentarios por “Dialogar también es escuchar

  1. Sr. Foix:
    Quan va començar la democràcia espanyola, eren capaços de seure al bar del Congrés dels Diputats el Sr. Manuel Fraga i el Sr. Julio Anguita, amb idees, passat, i projectes polítics molt dispars.
    Es reunien de vegades sols, altres amb altres diputats que els acompanyen, parlaven, pactaven, cedien, i les lleis sortien endavant.
    No veig molts dirigents actuals del PP capaços de fer aquest esforç de negociació i pacte per modificar lleis.
    Les últimes lleis Lomce, Avortament, Justícia,… són una piconadora que escombra.
    Per tant el diàleg i pacte és gairebé impossible en el tema català.

  2. un artículo maravilloso que se puede suscribir de la primera a la última línea.

  3. Totalmente de acuerdo con su artículo. Coincido con el Sr. Bartolomé en que no se quiere escuchar,y a mi me parece que se debe a que las posiciones son casi irreductibles. Ya nadie se puede volver atrás sin un coste político muy serio. Y cuando digo atrás me refiero a ceder en algo sustancial. Como catalanes no deberíamos caer en la idea de que nosotros no cometemos ningún error y que tenemos toda la razón al 100%, sin fisuras. En algo deberemos ceder, pero claro si por la otra parte se cede también en aquello que para la mayoría de los ciudadanos catalanes es irrenunciable. Pero, con el convencimiento que para España también hay algo irrenunciable; y estas posiciones requieren la modulación de esos «no» para convertirlos en un «si».

  4. Sr. Foix: » Dialogar también es escuchar «…» Para dialogar hay que ponerse en la posición del otro «…» La dignidad de la persona es una de ellas «…y también cíto del último parrafo…» …la mayoría tiene la fuerza, però no la razón »

    En resumen : Rajoy = 0 Suarez = 10

    Los que van de Bar y de Cenas = No atienden ni tampoco escuchan…las razones del hambre, de la desesperanza, la desesperación y angustia del paro, de los desahucios y del sin vivienda, ect.ect.

    Y esta afirmación no tiene que ver nada con los catalanes, porque se trata o se refiere a todos los ciudadanos españoles.

    Aunque algunos ( No todos, naturalmente ) de los que van de Bar y de Cenas fomenten el odio y la animadversión contra Cataluña y los catalanes, solo y exclusivamente para obtener más votos para ganar asi, las elecciones.

    Cuando en realidad todos somos seres humanos iguales y con los mismos derechos. Se nos llame españoles ó se nos llame catalanes.

    En resumen: Rajoy, debería escuchar y atender honestamente, las razones y el porque de las reivindicacions de Cataluña.

    Que no son otras que…» la justícia en la aplicación fiscal justa y equilibrada para todos. »

    Y la otra : El respeto a la dignidad, la mentalidad, la idiosincràsia y la lengua del pueblo catalán. »

    Empezando por el Parlamento español.

    Pues…ver la cita: » La mayoría tiene la fuerza, però no la razón. »

    Estas necesidades basicamente se aplican también a todos los españoles.

    • P.D. Pienso que » dialogar «, en este caso, es » negociar «.

      Y negociar es obtener alguna cosa a cambio de otra. También significa que todos salgamos satisfechos y beneficiados.

      Cediendo a cambio de obtener.

      Supongo que equivale a: +/-… x … -/+

      PSOE + PP = Fiscalidad desequilibrada + injusta

      La ciudadanía española/castellana + española/catalana = 0

      Al buen entendedor…

  5. Estos días se está llamando «diálogo» a cualquier cosa. Los diálogos, ni los de Platón, son buenos en si mismos. Medios, no fines. Ni siquiera justificables los unos por los otros. y muy dados a los circunloquios, las metáforas, sinédoques y paradojas. «Words, words, words..» said the Bard.
    Cuando alguien quiere irse, para convencerle que se quede no van a valer diálogos. Ni amenazas de un futuro peor,porque el que se va ya ha decidido que su futuro, el que sea, está en otra parte.
    Aparte de la fuerza, sólo algunas ofertas irresistibles, pero tangible y evidentes para todos, pueden hacer mella en una decisión. No las promesas, cuyo cumpliento siempre estará condicionado a comportamientos continuados de sumisión.
    El tiempo del diálogo ya se ha pasado. Aun queda, sin embargo, la negociación. Pero la negociación no busca más que reducir las pérdidas de la separación distribuyendo las cargas.
    Y es posible que incluso el tiempo de la negociación también se haya pasado…

  6. Per escoltar cal que algu et parli
    El concepte de PERSONA és invent cristià que ens fa a tots iguals

  7. Sr.Foix: el problema aumenta y se vuelve irresoluble cuando lo que se quiere escuchar es solamente lo que a uno le interesa oir…

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