Revisitar el siglo XX

Conferencia de Yalta 1945

Conferencia de Yalta. Febrero de 1945. Sentados de izquierda a derecha: Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Iósif Stalin.

Apenas hemos dejado atrás el siglo pasado, pero sus luchas y sus dogmas, sus ideales y sus temores ya están deslizándose en la oscuridad de la desmemoria. Son reflexiones de Tony Judt en uno de sus últimos libros, Sobre el olvidado siglo XX, uno de los periodos de más progreso de la historia de la humanidad y también un siglo marcado por la barbarie de la guerra y de las ideologías totalitarias.

Puede que no se estudien ni se conozcan los episodios más negros de nuestra historia colectiva reciente. Pero están ahí, silenciosos, a la espera de que la memoria los rescate para proyectarlos sobre el presente y evitar sus efectos devastadores. En nuestra prisa por dejar atrás el siglo XX, dice Judt, hemos olvidado el significado de la guerra, que ha sido una de las reali­dades más habituales a lo largo de nuestra historia.

El siglo pasado nos recuerda el uso de dos armas mortales que todavía hoy inquietan a las adormecidas conciencias europeas. El domingo unos soldados macedonios lanzaron gases lacrimógenos sobre un grupo de refugiados en la frontera con Grecia. No murió nadie. Pero el horror que produce el uso de estas armas recuerda en el imaginario europeo las matanzas de la Gran Guerra de 1914 a 1918. Los gases los utilizaron franceses, alemanes y británicos. Sólo un tres por ciento de las víctimas de la guerra murieron como consecuencia de las diversas clases de gases mortíferos. Pero el recuerdo perdura todavía hoy. Se fue a la guerra de Iraq en el 2003 por la infundada sospecha de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva.

Que se vuelvan a utilizar armas químicas en Europa para ahuyentar a los refugiados es una indecencia política que debería avergonzarnos a todos. Qué poco se preocupa nuestra inteligencia bienpensante del drama que sufren esas personas abandonadas en tierra de nadie y rodeadas de alambradas, vallas, fronteras y soldados que cumplen órdenes de sus gobiernos.

Las ideas equivocadas, escribió Camus, “siempre acaban en un baño de sangre, pero en todos los casos es la sangre de los demás y por esta razón algunos de nuestros pensadores se sienten libres para decir cualquier cosa”. Qué validez y actualidad tienen estas reflexiones del premio Nobel Camus.

Mirando por el retrovisor vemos también en las nubes del siglo pasado los miedos provocados por las bombas nucleares que fueron arrojadas por orden del presidente Truman sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. Los argumentos utilizados por Estados Unidos no se sostienen. Puede que las dos bombas arrojadas sobre poblaciones civiles evitaran la muerte de un millón de japoneses si se prolongaba la guerra en el Pacífico. Pero el lamentable bombardeo sirvió para que las bombas nucleares estén hoy en poder de una docena de países, entre los que se cuentan Pakistán, Corea del Norte, Israel, India, China, Rusia, Francia, Gran Bretaña…

Estados Unidos ganó el siglo XX en casi todos los frentes. Así lo asegura el historiador Eric Hobsbawm, un marxista hasta el final de sus días. Ganaron en el campo militar, político, financiero y cultural. La industria de Hollywood fue una manera de administrar su victoria.

Pero un imperio que ha dominado buena parte del mundo tiene manchas y lamparones que se detectan desde la perspectiva del tiempo. Barack Obama intenta corregir y disculparse de los abusos y errores cometidos por su país durante su hegemonía mundial. Obama ha restablecido las relaciones diplomáticas con Cuba abriendo un periodo de normalidad entre los dos países. En su viaje a Argentina quiso dejar constancia de que Washington no apostó por la causa de la libertad, sino que dio apoyo a varias dictaduras sudamericanas de los años ochenta y noventa.

En su próximo viaje a Japón está sopesando la posibilidad de rendir visita a Hiroshima, un gesto que sería interpretado como el reconocimiento de un bombardeo brutal e innecesario que se llevó por delante miles de vidas. William Faulkner dejó este epitafio que sirve para Estados Unidos y para el mundo entero: “El pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado”.

Es bueno que los grandes pidan perdón de sus equivocaciones para no repetirlas. Mark Twain le sugiere a Tom Sawyer que pregunte qué les pasa a las naciones grandes cuando se equivocan. Y la respuesta es nada.

Hemos entrado en una etapa de transparencia obligada porque la información está al alcance de todos. Es positivo revisitar el siglo pasado para quedarnos con los grandes avances en los campos del progreso, pero también para redescubrir los errores y los horrores que se cometieron en nombre de ideologías, dogmas y choques absurdos. La convivencia requiere comprensión y respeto al otro.

Publicado en La Vanguardia el 13 de abril de 2016

  5 comentarios por “Revisitar el siglo XX

  1. Sr. Foix: Imagino que la historia se repite, seguramente debido a que las nuevas generaciones, de dirigentes y aspirantes a gobernar, no han vivido en sus carnes y en su mente ó espiritu, las calamidades, el sufrimiento, la corrupción, la desesperación, el desamparo por el paro, el hambre, la sed, el sin vivienda ect.

    Observo que la tercera generación, ( o sea los nietos de los que vivieron la guerra directamente y luego tramitaron la paz) , vuelve otra vez a repetir los mismos errores, ambiciones, corrupciones y guerras como sus abuelos…y despues de millones de muertos y sufrimientos, otros de su misma generación, vuelven a pretender arreglarlo.

    Pienso, aunque a lo mejor me equivoco, que la corruptosis generalizada y abusiva es la que crea los desequilibrios económicos y humanos que acaban provocando las grandes guerras. Y que aparentemente la humanidad no tiene solución.

    Solo un ejemplo: Hay que crear puestos de trabajo, consumidores, cotizantes, ect, pero cada vez más substituimos a las personas por maquinas informatizadas, robots, ect. que por cierto no pagan Seguridad Social, no cotizan ni tampoco consumen.

    Algo falla en la planificación y creación de puestos de trabajo…ya que los grandes egoistas ludopatas del acaparamiento de la riqueza y el poder sin limites…apoyan la dicha substitución humana por maquinas y robots.

    A el buen entendedor…

    • Cualquier máquina que sustituya al trabajador debería estar grabada con un impuesto que equilibrase dicha sustitución Albert…

  2. Hay maravillosos reportajes gràficos q nos ilustran sobre aquellos horrores, sus causas y sus consecuencias . Yo los veo en TV2 y en el «Canal Historia». Deberían verse y comentarse en família.

  3. «Pensar es decir no. Reflexionar es negar aquello que creemos»

    «Nada es más peligroso que una idea cuando sólo se tiene una idea».

    «Uno debe predicar la vida, no la muerte; propagar la esperanza, no el miedo y cultivar la alegría, el tesoro más preciado del hombre. Ese es el gran secreto de la sabiduría»

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