Leyes y policías climáticos

El campo agrícola no es un jardín dibujado por los funcionarios renacentistas urbanos. Es algo mucho más complejo que los que trabajan la tierra desde generaciones lo saben mejor que los funcionarios.

Una de las derivadas de la guerra de Ucrania ha sido la tensión producida en el sector agroalimentario global. La entrada de cereales ucranianos sin aranceles en Europa, para favorecer a un país invadido y atacado por Putin, ha desequilibrado el mercado. Si se añade la larga sequía, el aumento de los costes de producción y el estancamiento de los precios, el resultado es una crisis de envergadura que vaciará más el mundo rural.

Europa ha ayudado sustancialmente a la viabilidad del sector agroalimentario. Pero también ha sembrado de leyes y burocracia un sector que se siente hipercontrolado por las administraciones locales, nacionales y europeas.

Las reglas son imprescindibles en toda actividad humana. Pero no hasta el punto de ahogar la iniciativa y la experiencia de quienes han trabajado la tierra desde los tiempos más remotos. O se reduce la burocracia y los policías climáticos de las administraciones adoptan actitudes de acercamiento amable, ofreciendo soluciones y no amenazando con sanciones, o el desánimo llevará al abandono. Me dice un gran profesional de la agricultura, un hombre que tiene una relación casi mística con la tierra, que no entiende cómo alguien puede regular que desde octubre hasta marzo no se puede roturar el campo. Yo tampoco lo entiendo.

La presidenta Von der Leyen ha tomado nota de las quejas de los agricultores europeos y ha sugerido ralentizar las leyes medioambientales. La reciente victoria electoral del Movimiento Campesino Ciudadano en los Países Bajos puede indicar un cambio de tendencia. El presidente Macron ha pedido también una pausa regulatoria en materia ambiental.

La energía es la gran preocupación de los gobiernos al cerrarse el grifo de gas y petróleo de Rusia. Pero hay una energía prioritaria, elemental, que es la alimentaria. Todos desayunamos, almorzamos y cenamos. Hay muchos, por desgracia, a los que no les alcanza para nutrirse adecuadamente. Y cada vez son más.

El campo agrícola no es un jardín dibujado por los renacentistas urbanos o por los que tienen segundas residencias en la Cerdanya. Hay que compartir la iniciativa con los que han sostenido la tierra, la trabajan, la quieren y la hacen producir para el abastecimiento de la población. Mimar este sector es prioritario.

Publicado en La Vanguardia el 19 de mayo de 2023

  3 comentarios por “Leyes y policías climáticos

  1. El pages es un home sabi al seu tros, al seu hort.
    El primer any que es posar els dos horaris, d´estiu i de ivern, amb el gobierno de Adolfo Suarez l´hi preguntaren a un bon pages de Corbins si s´ adaptaríe als cambis.
    La contesta fou molt clara. COM SEMPRE ANIRÉ AMB EL SOL.

  2. La tierra para quien la trabaja!
    O sigui que passarem gana.
    Molt quemaco i molt pixapins i molta tonteria i ara ja baixan hasta els cabirols a trinxarho tot.
    Bon cap de setmana

Comentarios cerrados.