La decisión política de Depardieu

Gérard Depardieu

Las tensiones entre gobernantes y gobernados se concentran con frecuencia en la recaudación de impuestos. La Carta Magna de Inglaterra es una cédula que el rey Juan sin Tierra de otorgó a los nobles ingleses el 15 de junio de 1215 en la que se comprometía a respetar los fueros e inmunidades de la nobleza y a no disponer la muerte ni la prisión de los nobles ni la confiscación de sus bienes, mientras aquellos no fuesen juzgados por sus iguales.

Entre sus cláusulas se habla del cobro de tasas siempre con el consentimiento del Consejo del Reino. El recabar recursos de los súbditos fue una de las pugnas constantes entre reyes y súbditos. La revoluciones que derivan de la francesa o de la americana siempre se tiene presente este punto para equilibrar las arcas del Estado y la distribución de la riqueza entre los ciudadanos.

Los impuestos son necesarios e imprescindibles para que una sociedad pueda administrar con fondos suficientes aquellos puntos que se refieren a los servicios públicos. En los últimos 70 años en Europa, la tendencia general ha sido la de aplicar una presión fiscal sobre los que más tienen para que la sociedad pudiera vivir de forma más equitativa.

Los cambios de gobierno se han producido con frecuencia no tanto por razones vagas e ideológicas sino cuánto hay que pagar al Estado para que administre los impuestos de forma inteligente y razonable.

El problema que plantea la globalización es que hay muchas empresas multinacionales, Google sería uno de los ejemplos más emblemáticos, que no se rigen por la fiscalidad de un país concreto sino que actúan al margen de las leyes nacionales.

Que los ricos deben pagar más que los pobres es evidente. El problema es cuánto más tienen que pagar y si lo que se pretende es crear una sociedad en la que el ser rico se convierta en una tara, una vergüenza o un delito. Personalmente, no me duele pagar los impuestos cada año si tengo un mínimo de seguridad de que van a ser bien administrados.

El presidente François Hollande prometió a los franceses que si era elegido gravaría un 75 por ciento a los ricos. Y de la misma manera que el gobierno de Francia ha puesto en marcha esta medida, algunos ricos han emigrado con sus fortunas a otras latitudes. El caso del actor Depardieu ha llegado al punto de renunciar a la nacionalidad francesa y pedir la ciudadanía de Bélgica que es donde pretende establecerse.

La decisión de Depardieu ha suscitado un gran debate en Francia demostrando una cierta esquizofrenia de los franceses respecto al dinero. Es lógico pedir más a los ricos para que contribuyan al equilibrio de la sociedad. Pero también es necesario que Francia propugne las reformas necesarias para que, por ejemplo, el gasto público sea el 55 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), un récord entre los países de la OCDE.

El impuesto del 75 por ciento a los ricos no se destinará a engrosar las arcas del Estado en beneficio de los ciudadanos sino a enjuagar los déficit y la deuda de Francia. Hay quien dice que este impuesto es para sancionar a los ricos por el mero hecho de serlo. El gesto de Depardieu, no precisamente el más rico de Francia, es un acto político que se revuelve contra el Estado que se atribuye la prerrogativa moral de dividir a los ciudadanos entre ricos y no ricos.

Puedo estar de acuerdo en el papel del Estado para equilibrar el poder adquisitivo de la sociedad. Pero no para castigar tan severamente a quienes han obtenido grandes beneficios con su trabajo.

Como en tantas otras cuestiones de la política es necesaria la prudencia y la racionalidad. Todos cuantos han intentado crear una sociedad igualitaria a lo largo de la historia han fracasado. Se puede y, a mi juicio se debe, promover una sociedad más justa y más equitativa, pero no igualitaria.

 

 

 

 

 

 

  16 comentarios por “La decisión política de Depardieu

  1. Las medidas fiscales, económicas, financieras, sociales han de ser globales, en caso contrario huyen capitales o no se puede aplicar tasa Tobin a un grupo de paises o todos o nadie y otros temas a considerar ……http://www.lavanguardia.com/lacontra/20121218/54356444328/la-contra-juan-rubio-ramirez.html#ixzz2FQdXIXuk

  2. Sr. Foix: Buen artículo. Me quedo con los 3 últimos parrafos. Desde luego el Estado actual, tal y como está establecido con todos los que medran a su costa, tiene una voracidad insaciable y ciega.

    Y con su voracidad impositiva, desconsiderada y ciega no es precisamente igualitario. Si no todo lo contrario.

    El Estado obrando así, esta destruyendo a los emprendedores, creadores de artículos, riqueza, puestos de trabajo, consumidores y cotizantes al Estado.

    En mi opinión el Estado necesita que sus altos funcionarios y Cia. sean, de verdad, más eficaces en el seguimiento y control del fraude fiscal, que ejecutan a la perfección todos los corruptores y corruptos del crimen fiscal organizado.

    Valiendose de la ingeniería financiera especulativa sin ética ni humanidad.

    En fin menos subida de impuestos en general, menos recortes de salarios a los funcionarios, menos recortes a los empleados de las empresas y en cambio un control más eficaz del fraude fiscal y de la evasión de capitales a paraisos fiscales incontrolados a drede.

    Con este último control ya se podría solucionar el problema de gastos del Estado y aún sobraría remanente.

    Compañeros/as del blog: Buenas, interesantes y lógicas respuestas.
    Tomo buena nota por su interes y su realidad

  3. El problema es que hace el gobierno con lo que recauda, ¿mantener a demasiados políticos que viven a cuerpo de rey a base de ir a sentarse al congreso y apretar un boton de vez en cuando?¿pagamos una administración y a unos señores puestos a dedo, y que si suprimimos lo que hacen no se notaría nada?. Y es que ya la presión fiscal se sale de madre, esto terminará en rebelión, porque unos pocos que trabajan ahora no pueden mantener TODA la estructura de un gobierno.Si se han despedido muchos trabajadores en empresas productivas para poder hacer competitiva la economia , hay que despedir en la misma proporción políticos y enchufados varios.

    • La que le espera a Francia el año que viene. Y, sobre todo, la que le espera a Europa. A España todavía se la rescata. Pero como caiga Francia, el morrón va a ser para echarse a temblar. Y siguen con la jornada laboral de las 35 horas y un salario mínimo de casi 1200 euros. Y para capearlo, se sacan un impuesto del 75% para ingresos de más de un millón de euros anuales (que yo no los gano, pero que no me parece una cantidad tan desorbitada). Hay que ver las cuentas del Estado muy negras como para tomar medidas así. Y apelando al «patriotismo», es para troncharse, como los del noroeste de la Península. Cuando no queda ni un euro en la caja es el momento de llamar al espíritu nacional. Llegará un día en el que los acólitos se darán cuenta de que las banderas no se comen. «Vótame, no hay dinero para nada, me lo he gastado todo, pero no veas lo patriótico que soy».

  4. no encuentro ninguna lógica a un impuesto del 75%, por muy social que se autocalifique. estoy de acuerdo en que los ciudadanos han de contribuir con sus impuestos a financiar unos servicios públicos de calidad, eficientes, eficaces y adecuadamente dimensionados: sanidad, educación, dependencia, etc. también me parece bien que los impuestos sirvan como intrumento para redistribuir la riqueza. sé que escuece aflojar la pasta cuando toca pagar pero estoy convencido de que, a la larga, a nivel colectivo, es una ganancia. que pague más el que más tiene es otro concepto asumido por todos hoy en día. la pregunta, pues, es: ¿cuál sería la fiscalidad máxima razonable?

    en mi opinión, más de un 50% me parece un abuso que fomenta el fraude, la ingeniería fiscal y la deslocalización de capitales. ni el 1% de las sicav ni el 75% confiscatorio. tiene que haber un equilibrio, un término medio. yendo al extremo, me parecería hasta bien fijar un tipo único del 30% donde todo el mundo pagara, y el que no, simplemente a la cárcel. a la larga creo que es más eficiente pagar menos pero que todo el mundo lo haga que tener tipos máximos muy altos sobre el papel y que todo el mundo defraude, desde los grandes defraudadores hasta la pequeña economía sumergida, igual de dañina para el sistema. la recaudación efectiva sería mayor. pero es solo una idea desde mi absoluto desconocimiento de como funciona la macroeconomía.

    ah, e igual que se fiscaliza al ciudadano, se fiscaliza al estado!!!! nada de despilfarros, chanchullos, corruptelas, inversiones inútiles, etc, salvo pena, nuevamente, de cárcel.

  5. Hollande es otro iluminado, pero con pocas luces, no se si me explico.
    Estas medidas… las podemos llamar tambien populista Sr. Foix? no sirven de nada si se toman de manera unilateral sin el consenso, apoyo y copia por parte de los demas estados de la Union Europea.

    El Gerardo se va para Belgica, como tambien podia venir para españa previo montaje de una SICAV de estas tan guays que tenemos que cotizan al 1%.

    Al final agua de borrajas, pero con una sangria de salida de capitales espectacular. La Grandeur tambien va despistadilla.

    Lo mejor es nacer directamente suizo y adios muy buenas. Despues de la coñita de los mayas del 21 de este mes, me pido una reencarnacion a lo cantonal helvetico.

  6. EL 75% a un profesional es una burrada, el tío se ha creado una carrera internacional y le va bien no se le puede sangrar por mucho que gane. Al final la gente va a hacer cálculos , si hago tres películas gano más que si hago cinco. El problema de los Estados es la gestión y las estructuras desproporcionadas no tener diez actores millonarios. Por cierto, sigue con Carole Bouquet ? En ese caso retiro lo escrito y que lo metan en la cárcel a ver si los otros tenemos alguna posibilidad.

  7. Sr.Foix: Hubo una época en que si el estado tenía beneficios se consideraba reprochable e inadecuado, el estado debía tener pérdidas…eso era lo progresista…el problema no es sólo recaudar bien, el problema es saber administrar bien lo recaudado.. y ya sabemos que hay quienes piensan que los dineros públicos no son de nadie… el escritor Juan Pina nos dice que el llamado «Estado del bienestar» se ha convertido, en realidad, en el «bienestar del Estado». El Estado despilfarra millones en todo tipo de actividades que no le son propias, y contrata en nuestro nombre a millones de empleados que no nos hacen falta. Para ello nos exige pagarle en forma de impuestos un porcentaje enorme de la riqueza que producimos mediante nuestro trabajo o negocios…

    • El Estado actual resulta insostenible, no ha dejado de crecer y crecer y crecer hasta hacerse imposible de mantenerse.

      A una no le preocupan los impuestos de los ricos, ellos tienen mil formas de evadir impuestos, a una lo que le preocupa es que nos sigan sableando año tras año y cosiendo a impuestos a los que no somos ricos, con la excusa de que a los ricos ya les sacan todo lo que pueden, lo cual es una mentira como un templo de grande, mentira cochina.

    • En un mundo globalizado donde las personas y las fortunas se mueven de un país a otro como Pedro por su casa, solo queda una solución: hallar un equilibrio entre recaudar impuestos de las grandes fortunas y que no se te vayan a otro sitio. Con este caso lo que queda demostrado es que si presionas demasiado, en lugar de cobrar un poco, te quedas sin nada. Es el escenario en el que vivimos. Nos guste o no, tenemos que convivir con esta situación. Puede llegar un Hollande u otro similar, e ignorarla, pero eso no hará que cambie. Por otra parte, creo firmemente que hay que pagar impuestos. Esta sociedad en la que vivimos no es gratis, cuesta pasta, y todos, en la medida que podamos, tenemos que contribuir y no escaquearnos. Pero sinceramente, si yo tuviera que pagar el 75% de mis ingresos en impuestos también me iría.

    • Lo que resulta alucinante es que un Gobierno monte en cólera porque un ciudadano no permita que se apropie de casi todas sus ganancias. En vez de implicar a todo el mundo en el salvamento económico de un país, los politicos buscan chivos expiatorios que, aunque no resuelvan el problema, hagan creer a la gente que ellos son los culpables. Y eso no depende del color de los gobiernos sino de la mediocridad de los gobernantes. Y la mediocridad no tiene color, sólo huele mal.

  8. Que los ricos paguen impuestos es justo. Que paguen más, también. Pero si los ricos son sòlo el 1% de la población, con sus impuestos solos no va a llegar para todas las necesidades. O sea que impuestos los hemos de pagar todos. proporcionalmente a lo que tenemos, a lo que ganamos y a lo que gastamos. El gran problema no es pagar impuestos que, desde hace ya muchos siglos los hemos aceptados como tan irremediables como la muerte (!), sino poder saber y, si fuera posible, controlar, que hacen los poderes públicos con nuestro dinero.
    Si se gastan nuestro dinero en rescatar bancos podridos por los bankgsters, en inversiones inútiles o en francachelas más o menos institucionales, entonces es legítimo que nos vayamos con nuestros dineros (con la música) a otra parte
    Banqueros y politicos no van a cambiar hasta que sientan en sus cogotes el frio aliento de la muerte…
    hay que empezar a soplar fino.

    • Los ricos son solo un 1 % de la población, bien,¿ pero que pocentage de la riqueza mundial posee este 1%?

      • …pues el 80%, pero aunque paguen impuestos seguirá sin llegar para todo. Robin Hood tampoco lo pudo solucionar. Lo que hace falta es que TODOS paguen y, especialmente los especuladores (las transacciones financieras a corto) y las corporaciones que evaden.
        Pero, insisto, lo importante es controlar que se hace con el dinero de los impuestos, porque si continua volviendo a los bancos y al mercado especulador no habremos ganado nada.
        Lo importante es la devolución en servicios e inversiones publicas.

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