Tensiones extremistas en Gran Bretaña

Boris Johnson y Jeremy Corbyn representan dos visiones extremistas de Gran Bretaña, dividida por el Brexit

He seguido el último debate cara cara entre Boris Johnson y Jeremy Corbin. Lo ha ofrecido la BBC con formato de participación del público y de una moderación sobria del periodista. Dicen que son las elecciones más decisivas de la historia. Siempre se dice lo mismo. Pero se insiste en que esta vez va en serio. Lo cierto es que los dos candidatos representan el ala más radical de sus respectivos partidos.

Los electores lo tienen difícil. Tienen que escoger entre lo más radical de la derecha y lo más extremo de la izquierda. Gran Bretaña está dividida. No por cuestiones sociales sino identitarias. Se trata de establecer quién es más inglés o quién es más patriótico, que viene a ser lo mismo.

A no ser que se produzca una sorpresa todo indica que Boris Johnson ganará las elecciones del próximo jueves. Es el prototipo de los nuevos liderazgos en algunas de las democracias liberales. Su espejo es Donald Trump aunque en estos días de campaña intente separarse de la pobre imagen que el presidente norteamericano tiene entre los británicos. Pero miente igual que Trump. Es insensible a las críticas de sus adversarios. Nacionalista sin disimulo, supremacista, xenófobo práctico, mal educado.

Johnson es espectáculo. Lo fue cuando era corresponsal en Bruselas, cuando ocupó la alcaldía de Londres, cuando Theresa May le convirtió el ministro de Asuntos Exteriores y ahora que es primer ministro y candidato a revalidar el cargo. Su cultura es la de las elites que desprecian a quienes no han frecuentado los colegios y universidades de nivel. Puede recitar de memoria versos de la Ilíada pero es incapaz de transmitir su talento sin un poco disimulado sentido de superioridad.

El Estado no es el refugio de quienes no han conseguido abrirse camino en las reglas del mercado sino un edificio que es preciso adelgazar hasta dónde sea posible. La tentación de entregar la sanidad británica a fondos de inversión será grande si gana. Trump le ha sugerido que esta sería la solución a la deteriorada situación del Sistema Nacional de Salud que fue la primera piedra del estado del bienestar en Europa al terminar la guerra.

Johnson pactará un Brexit con Bruselas. Pero se irá. Escocia no parará hasta que le sea concedido un nuevo referéndum, el último fue en 2014, para que en la primera ocasión pueda escindirse de un Reino Unido que ha roto con Europa. El nacionalismo galés se hará fuerte y en Irlanda se pondrían las bases para la unificación de la isla que quedó dividida ahora hace un siglo tras una guerra civil y la separación de los seis de los nueve condados del Ulster.

Johnson es el primer ministro más impopular desde que se tiene recuerdo. Pero el laborista Jeremy Corbin es también el líder de la oposición más criticado que se recuerda. Corbyn pretende reescribir las reglas de la economía con criterios inspirados en el socialismo radical que los primeros tiempos del laborismo. Es un Michael Foot menos cultivado, más discutido, sin ningún entusiasmo por Europa.

La Gran Bretaña que saldrá cuando se abran las urnas el día 12 de diciembre será tan dividida y enfrentada consigo misma que en el día de hoy. La posibilidad de que los liberal demócratas ganen las elecciones es imposible. Pero si consiguen los escaños suficientes para inclinar la balanza hacia uno de los dos grandes partidos, una posición central que evitaría que la política británica quedara instalada en los extremos.

 

  4 comentarios por “Tensiones extremistas en Gran Bretaña

  1. Las urnas aun siguen siendo la solucion?
    Las urnas solucionan algo?
    No es el fin de la historia, claro que no, pero es el fin de un sistema? Creo que si.
    Alternativa? ni idea, de ahi el susto.

  2. A mi en el artículo no me queda claro porque Jeremy Corbyn es un extremista.

  3. Sr.Foix : Sigo en mis trece. Poco a poco vamos siendo gobernados por aquellos políticos, que han vivido en la sociedad del bienestar y la opulencia, pero que por su edad aun les falta la experiencia de los que vivieron el drama criminal de la 2ª guerra mundial y sus consecuencias dramáticas de sangre, sudor y lágrimas.

    Pero que debido a los que si la vivieron, supieron despues crear, inventar e influir en esa paz, de la que hemos disfrutado en Europa y casi en todo el mundo durante más de 70 años.

    Ahora en cambio, estamos en la fase de los años, donde nos gobernarán las mentes ejecutivas, bipolares infantiles, que con sus palabras y mentiras, embaucarán y seduciran a las masas, también de mente infantil, que les creeran,obedeceran y ejecutarán sus órdenes, todos los ciudadanos de mentalidad infantil, exactamente tal y como les mandaba e indicaba su Furer Hitler.

    Lo que digo ahora, parece un imposible, pero en caso de una 3ª guerra mundial, no sería tan descabellado que ocurriera así.

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