Gigantes vulnerables

Hemos construido un mundo de perfección tecnológica que no suple el espacio vital de los valores y las actitudes. El dia del apagón muchos se aburrieron porque no tenían móvil.

Lo más relevante no es si Pedro Sánchez no supo comunicar lo que ocurría con el gran apagón del lunes que dejó a oscuras en pleno día a toda España, Portugal y algunos puntos del sur de Francia. Para decir que no sabía por qué las tinieblas perturbaron en cinco segundos la vida ordinaria de las gentes, podía haber enviado a uno o varios ministros para certificar el desconocimiento de la causa del susto que vivimos por un fenómeno inesperado y desconocido.

En cinco segundos desaparecieron 15 gigavatios de la red eléctrica, el 60% que cubría la demanda, lo que provocó un desequilibrio imposible de ajustar y, por tanto, se produjo la desconexión del sistema. Un experto me señala que fue una falta de generación de energía y no los ciberataques, las incursiones malévolas de Putin o la locura de un astuto hacker.

Sospecho que fueron los molinos y las placas fotovoltaicas, que no fueron capaces de generar la suficiente energía un día en el que cinco de los grupos nucleares se encontraban desconectados. La política de destrucción de embalses, centrales térmicas y plantas nucleares nos aboca a la precariedad tecnológica. Ya sé que decir esto no es políticamente correcto, pero sería bueno conocer el debate que se libra en Francia, Alemania, Reino Unido y en la misma Italia.

Pensar que toda la energía tiene que ser renovable es una quimera. Posiblemente, no lleguemos a saber de forma inmediata las causas de un incidente de magnitudes inesperadas. Pero todo saldrá a la luz a través de comisiones de investigación, de la prensa, de la radio y de una opinión pública que no quiere vivir pendiente de una estrategia energética fabricada en laboratorios académicos al margen del sentir y los intereses ciudadanos.

El gran apagón del lunes es una nueva prueba sobre la fragilidad de un primer mundo hipertecnificado, que ha enviado todas sus señas, identidades, fotografías y relatos a la nube que lo guarda todo y lo administra discrecionalmente con intereses desconocidos. En un solo día pasamos de hablar y convivir a todas horas con el móvil a preocuparnos para hablar con los familiares y amigos más próximos con los que no podíamos contactar. Los más adictos a la vida digital se aburrieron en la larga tarde y noche en la que el móvil había perdido su funcionalidad.

Mientras, cientos de miles de trabajadores querían volver pronto a casa, muchos salieron a la búsqueda de una linterna, algunas velas, una bicicleta y, por encima de todo, una radio analógica con las pilas correspondientes para saber exactamente qué estaba ocurriendo. Qué gran servicio el de la radio transmitiendo en directo el sentir ciudadano.

Un conocido que vive en Abrera pedaleó dos horas y media con una bicicleta alquilada hasta llegar a su casa y encontrar a los suyos, con los que no se había podido comunicar desde que la luz cayó de repente a las 12.30. Las vivencias expresadas en directo por la radio hablaban de largas caminatas, de horas de angustiosa espera en un tren detenido en medio de ninguna parte, de muchas personas pasando la noche tumbados en el suelo de las estaciones de Sants o de Atocha.

La radio analógica, con baterías semioxidadas, compradas en el bazar de la esquina, fue la gran compañera del viaje existencial de un lunes en el que, a falta de explicaciones solventes sobre lo que estaba ocurriendo, se puso a andar o a esperar para conectar con los suyos y decirles dónde se encontraban y que estaba bien.

Hemos hecho del móvil y de todo lo que cuelga de internet un compañero útil e imprescindible. Pero solo es un magnífico instrumento de comunicación, un amplio­ pasillo por el que canalizamos emociones, impresiones e informaciones verídicas o falsas. En una fatídica tarde de abril, muchos comprobamos nuevamente que hemos construido un mundo que roza la perfección tecnológica, pero que no suple el espacio vital de los valores y las actitudes a los que acabamos, cada uno a su manera, volviendo. El mundo de los gigantes digitales multimillonarios no es infalible. También falla.

Publicado en La Vanguardia el 30 de abril de 2025
 

  8 comentarios por “Gigantes vulnerables

  1. Buenas tardes Sr. Foix,

    Pues precisamente la teoría más extendida sobre el problema es justo la contraria: un aumento de producción en la solar y la eólica que fue incapaz de gestionarse por una red que no estaba preparada. Se añade además que la desconexión nuclear pudo agravar el problema por no ejercer de «estabilizador» en la tensión de la red. La puesta en marcha de la hidráulica y la generación de ciclo combinado de gas, que requiere seis horas, hizo que el servicio estuviera fuera durante largas horas.

    La desconexión con Francia, que se mantuvo primero al margen para no formar parte del problema creándonos a nosotros más problemas, y luego fue parte de la solución al ponerse de nuevo en marcha, hizo que el servicio estuviera fuera durante largas horas.

    Las radios, sí las radios, siempre la radio. Y el comportamiento afortunadamente fue ejemplar.

    Saludos cordiales,

    • Es cierto que todo eso pudo y probablemente fue la causa. Pero la causa de la causa es la causa del mal causado.
      O más claramente es toda de las empresas eléctricas.
      Ganan miles de millones (el año pasado más de 25.000MEUR) y encima mercadean miserablemente en ese juego maligno de la subasta del precio de la electricidad. Empresas privatizadas de un sector que tiene los precios regulados porque se considera «estratégico».
      Son unos sinvergüenzas, apoyados por políticos que utilizan las puertas giratorias de sus consejos de administración (Felipe Gonzales, Braulio Medel, Angel Acebes, JosuJon Imaz, José Montilla) para forrarse el riñón cuando dejan la política.
      Los meteria muy a gusto en un ascensor del Metro unas horitas de nada, sin poder mear…

  2. La radio del automovil em procurar escoltar mes de una emisora que donabe informació cada 1/2 hora.

  3. Mas nucleares «de bolsillo» con cobertura regional, menos interconexion, menos molinillos y menos tonteria.

    Somhi que ja esta be de broma.
    Visca la radio i el de Abrera que segueixi amb la bici que fara salud.

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