
Trump aparece como un tigre de papel que no puede ejecutar sus drásticas amenazas; no es tomado en serio.
Los primeros cien días del segundo mandato de Trump en la Casa Blanca son una gota en el océano de la historia de un país que ha sido y es una gran potencia. La cuestión es si las erráticas decisiones adoptadas en estos cien días indican algo más que los caprichos de un personaje que, visto desde la distancia, toma decisiones erráticas y contraproducentes para sus propios intereses.
Los grandes imperios experimentan procesos inadvertidos en su auge y son lentos, eufóricos y creativos en su caída. Los de Persia, Roma, España, el británico, el austrohúngaro, el otomano y la Unión Soviética parecían inexpugnables pero resultaron vulnerables. Como indica el historiador Paul Kennedy en su clarificador libro El auge y caída de las grandes potencias , el declive y la caída no llega del exterior sino de la debilidad interna.
El problema no es la petulancia de Trump, que ha fortalecido a quienes pretendía anexionar, comprar o intimidar con aranceles punitivos. Mark Carney es primer ministro canadiense a pesar de que el Partido Liberal era la carta perdedora cuando Trump amenazó con la anexión. La presidenta mexicana es más fuerte que hace dos meses y Europa se toma más en serio la necesidad de estar más unida si el amigo americano rompe los vínculos atlánticos.
La guerra en Ucrania no se ha resuelto en 24 horas con un Putin tanto o más bélico para recuperar su imperio perdido y Trump tampoco ha podido detener a Netanyahu en su conquista y anexión de Gaza.
Estados Unidos ya no es percibido como la nación imprescindible. No porque no tenga la hegemonía económica, militar y política, sino porque el país y el dólar no generan la confianza que han inspirado en el mundo del último siglo. Trump no es tomado en serio y aparece como un tigre de papel que ya no tiene la capacidad suficiente para controlar militarmente el planeta. China le ha plantado cara y patrulla los mares asiáticos rivalizando con las poderosas flotas norteamericanas.
El declive, en todo caso, será lento y largo. La capacidad de autocorrección del sistema ha impedido hasta ahora derivas autoritarias salvando la democracia más sólida del mundo.
Publicado en La Vanguardia el primero de mayo de 2025
Yo veo por el real de la feria a Chus Montero por sevillanas y a su lado el Hereu cada dia mas apolineo y al Illa cada dia mas dicharachero y me quedo como mas tranquilo.
No les pasa a Vds. lo mismo?
Pero que autocorreccion? Que sistema Sr. Foix?
Un sistema que permite que un descerebrado haga bailar el planeta a su antojo?
Poder ja ens tenim que deixar de ser tan correctes i tan asenyats i acceptar que el sistema esta petat.
Y cuando por aqui veo en la mani del primero de mayo a la Yoli y a los de los sindicatos, todos pasados de moda y con las 37 horas y media como objetivo sumarisimo, concluyo que aixo esta fotut fotut.
Y mañana dos de mayo, con la lideresa de los madriles que tambien esta como un cencerro.
En fin.. i pel Vatica como ho tenen?
Diuen que el Cardenal Omella surt com a papable a las quinielas.
Diuen diuen…
Estaria prou be.
Diuen que el Senyor Cardenal llegeix amb molt d´interes els articles del nostre anfitrio.
Que el Esperit Sant els i ens ilumini a tots plegats.
Amen.
Corrijo:
Resulta paradójico que ese mundo creado desde que los aliados desembarcaron en Normandía hoy sea impugnado por esos mismos aliados (porque el Reino Unido va también a la zaga) cuando —llegaron— las consecuencias negativas, después de una larga Guerra Fría con los soviéticos, y —-estos mismos aliados—fueron incapaces de ofrecer un Nuevo Orden Mundial.
Un saludo,
Francesc
En la cultura popular las personalidades siempre han gozado de suma importancia por bellas virtudes o por ser nefastas. Pero la Historia nos dice detrás de ellas hay muchos que comparten sus decisiones y les apoyan, o cuanto menos no se oponen claramente o no tienen nada que ofrecer. Y siempre queda el Estado, las razones de Estado. No quiere decir esto que estos individuos no sean importantes ni es un descargo de responsabilidad, pero el camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones. Los Estados Unidos siempre han tenido sus intereses.
Donald Trump ha elegido un camino lleno de complicaciones para todos, también para los norteamericanos, pero muchos que le apoyan creen a pies puntillas que va en la dirección correcta. De ahí su política económica que colisiona con los intereses de los que estamos en la periferia y más allá, y por esa razón desde aquí es absurdo apoyarlo.
Resulta paradójico que ese mundo creado desde que los aliados desembarcaron en Normandía hoy sea impugnado por esos mismos aliados (porque el Reino Unido va también a la zaga) cuando las consecuencias negativas, después de una larga Guerra Fría con los soviéticos, fueron incapaces de ofrecer un Nuevo Orden Mundial.
En algún momento se perdió por el camino aquello que era sustancialmente positivo a ambas orillas del Atlántico, el American Way of Life y el Estado del Bienestar europeo, quizá como apunta en más de una ocasión, fue aquella crisis del petróleo de 1973, y la respuesta neoliberal que se puso en marcha desde Nixon a Ronald Reagan y Margaret Tatcher. El caso es que desde entonces, si agregamos las ideas de los postmodernistas, estamos desorientados.
La URSS se fue al infierno y China aprendió la lección.
Pero hay que convivir.
En cuanto a Ucrania, nadie, que tiene algo de poder y que saca beneficio de la guerra, quiere la paz, esa es la realidad. En cuanto a Palestina e Israel, Donald Trump apoya totalmente al Estado de Israel.
Encuentro que aún no se ha hecho una explicación aceptable por parte de los que no apoyan a Trump, y que podemos extender a todo este panorama de fuerzas de extrema derecha, del porque se ha llegado a esta situación. Hasta que no se haga este análisis y actuemos en consecuencia todo el campo será orégano.
Buenas tardes Sr. Foix,
Francesc