Zapatero, Rajoy y las encuestas

No sé si el proceso de paz con ETA está vigente, se ha interrumpido o simplemente no existe. Escuchando al presidente Zapatero parece que el gobierno sigue como si no hubiera pasado nada. ETA no hace muchas declaraciones. Simplemente pone bombas y observa cuál es la reacción que produce en la atribulada y confusa sociedad española.

Zapatero insiste en que seguirá trabajando «por el fin de la violencia, por ver la paz en España, y lo voy a hacer en paz: no voy a confrontar ni con Aznar ni con Rajoy, porque toda mi energía es para la democracia, para derrotar a la violencia y para que alcancemos la paz; es lo que merece el pueblo español, es lo que merece la democracia»

No puedo estar más de acuerdo con este discurso. Pero, ¿y la realidad?. Me han sorprendido las declaraciones de Josu Joan Imaz, el líder el PNV, diciendo que «buscar ahora el final dialogado es puro volountarismo».

Mientras Zapatero hace estas elegías a la paz, salpicadas de ironías a Mariano Rajoy y a Aznar, el líder del PNV afirma en una entrevista a El País que «alguien en ETA puede buscar una fractura de la sociedad española de la dimensión de la que quiso provocar en Euskadi en el año 2000».

Sigue Imaz: «nos puede pillar un atentado con los consensos mínimos rotos. Y éste no es el ambiente adecuado para hacer frente a una espiral de ETA».

No voy a hacer un elogio del tono y del fondo del discurso del PP sobre terrorismo desde que perdió las elecciones hace más de tres años. A Mariano Rajoy le ha faltado visión de Estado y ha confundido sus intereses electorales con lo que nos preocupa a todos que es, ni más ni menos, que el fin de la violencia política.

Lo más preocupante es que tanto Zapatero como Rajoy piensan que las encuestas les van a dar la razón. No importa que estemos ante un precipicio y nos despeñemos en la histórica tragedia de las dos Españas.

Practicamos la democracia sin tener en cuenta al otro, pensando que la política es unitaria, que no tiene nada que ver con la pluralidad de las personas y las sociedades.

Rajoy nos insiste en que la solución es golpear con la ley y aplicar el «palo y tiente tieso» a todo lo que se mueva alrededor del terrorismo.

Zapatero nos ofrece una visión kantiana, ideal, dialogada, como si ETA fuera una ONG.

Mientras tanto, jueces y periodistas hacemos de las nuestras, canalizando las acusaciones de unos contra otros alineándonos en las escuderías respectivas, como si el terrorismo fuera una cuestión de siniestralidad en el tráfico o de la inflación y el paro.

Algunas sentencias de los jueces hacen pensar que piensan más en política que en la justicia. Lamentable.

Me quedo con las reflexiones de Imaz: No hay condiciones objetivas para reanudar los contactos con ETA. Y mucho menos dar expectativas de que pueden existir en los próximos meses.

Por lo tanto, calma, tranquilidad, reflexión. Y si estuviéramos en un país normal habría que suponer que en una cuestión tan importante las instituciones del Estado, también losn partidos democráticos, dejaran de jugar, de mirar a las encuestas y dejar en paz al adversario político.

  6 comentarios por “Zapatero, Rajoy y las encuestas

  1. Hay jueces que están pensando más en la política que en otra cosa, en obtener cargos y jubilarse, es una forma de pensar, pero no es una forma de hacer funcionar bien la justicia.

    Roger Mateu/Girona.

  2. ///ENRIC///

    Es bastante peligroso dejar que las encuestas te marquen la linea de tu acción política, no hay programa , sólo hay improvisación y la percepción que no se controla el final de la acción política, lo veo muy peligroso, mucho.

  3. complicado ,la tranquilidad no es mediatica .

    he variado mi identidad ( ex breederss) una encuesta asi me lo recomendo

  4. Si los partidos políticos dejaran de jugar, de mirar las encuestas y de insultar al contrario,a qué se dedicarían, qué harían…?.

    J.Vilá.

  5. Sr.Foix: Guionistas y encuestadores son las dos profesiones con más futuro en la política, los políticos se pirran por las frases redondas y las encuestas bien cuadradas, aunque ellos después nos las lien picudas.

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