Instituciones públicas sin control

Las manifestaciones negacionisistas en muchas partes del mundo indican hasta qué punto hay ciudadanos que no cumplen las medidas adoiptadas por los gobiernos

Nunca habían existido tantos elementos para fomentar la unidad entre pueblos y naciones. La sociedad norteamericana que entró victoriosa en el siglo XXI muestra hoy unas divisiones internas profundas entre el mundo urbano y rural, entre republicanos y demócratas, entre pobres y ricos, que ponen en peligro la misma neutralidad del sistema electoral. Hay una realidad globalizadora inevitable que es contrarrestada por los movimientos desintegradores que asoman en las democracias liberales y en los países autoritarios.

Hay evidencias de que el coronavirus se ha extendido por todo el planeta, pero el negacionismo organiza manifestaciones sin mascarillas y sin guardar las medidas de precaución que son nece­sarias y prácticamente universales.

Unos centenares de alemanes intentaron asaltar el Reichstag en Berlín el pasado domingo para protestar contra las disposiciones del Gobierno Merkel para combatir la propagación de la pandemia. Lo hacen en nombre de la libertad individual, pero también negando que estemos ante un virus letal que se ha llevado por delante más de medio millón de vidas humanas en todo el mundo.

Pedro Sánchez volvió a pronunciar un largo discurso el lunes ante lo más distinguido del empresariado español. Sus intervenciones son excesivamente largas, con mucho contenido retórico y poca sustancia, voluntaristas, aunque estén cargadas de buenas intenciones. El presidente pidió un nuevo clima político marcado por la unidad, palabra que repitió varias veces. No hay unidad en el seno del propio Gobierno de coalición y tampoco la hay entre los partidos que le apoyaron en el debate de investidura.

Cuando más necesario es un pacto de Estado para afrontar las crisis sociales en lo que puede ser el invierno del descon­tento, más dificultad hay para encontrar puntos de encuentro sólidos entre socialistas y Podemos o entre el Gobierno y el resto de los partidos políticos. No hay que olvidar que vivimos todavía con los presupuestos de Cristóbal Montoro, totalmente des­fasados.

Hemos visto las situaciones políticas más inesperadas desde que el procés empezó a andar en la Diada del 2012. Hay dos enfoques radicalmente distintos en Catalunya entre los partidarios de la independencia y los que prefieren encontrar una solución pactada con España. Pero esta división es más fuerte todavía entre los partidos independentistas, que se pelean a tumba abierta, se atacan públicamente, rompen el carnet de filiación de lo que queda de la vieja Convergència, se subdividen y se presentan como los únicos que pueden llevar a los catalanes al oasis de la independencia. Qué falta de sentido común y qué patriotismo tan retrógrado y corto de miras. Hasta ahora se peleaban ERC y Convergència. Ahora es la vieja CDC la que es devorada por una nueva CDC, con todos los nombres superpuestos que se quiera.

La carencia más perjudicial para Catalunya es el precario funcionamiento de sus instituciones, empezando por el Govern, el Parlament y los entes públicos con mandatos caducados y sin nombrar a los cargos para cubrir las vacantes. La pandemia no lo puede justificar todo.

El ellos y nosotros se ha instalado en la política global y en la local. Si hay algo que pueda deducirse de las crisis económica y financiera del 2008 y la del coronavirus del 2020, es el debilitamiento de las institu­ciones desde el momento en que son par­tidistas.

En el periodo de entreguerras se extendió la idea en Alemania de que la política no servía a los intereses del pueblo y los ciudadanos entraron en todo tipo de clubs para expresar su frustración con los fracasos políticos. La sociedad civil es imprescindible para el buen funcionamiento de cualquier sociedad libre, pero es la política la que ha de tomar las riendas para resolver los problemas ciudadanos.

La política se hace desde las instituciones. Así lo entendían De Gaulle, Adenauer y todos los gobernantes que han dejado huella en los últimos setenta años en una Europa que ha vivido el periodo más largo de paz y prosperidad que se recuerda. Para destruir una sociedad, decía Jeane Kirkpatrick, embajadora de Reagan en la ONU, “es necesario primero des­legitimar sus instituciones ­básicas”.

Cuando los chalecos amarillos amargaron la presidencia Macron el año pasado llegaron a destruir una estatua de Marianne, el símbolo femenino de la República, lo que fue interpretado por muchos como un ultraje a lo que daba sentido a todo el realismo y la simbología de los valores republicanos.

No podemos vivir civilizadamente sin la política, pero un abuso en la gestión de las instituciones con derivas autoritarias o partidistas puede destruir la convivencia y alimentar movimientos populistas que no responden ante nadie y que imponen sus criterios en nombre de causas todo lo legítimas que se quieran pero que no representan los intereses compartidos por la gran mayoría de ciudadanos que están garantizados por el funcionamiento correcto de las instituciones públicas.

Publicado en La Vanguardia el 2 de septiembre de 2020

  6 comentarios por “Instituciones públicas sin control

  1. Sr. Foix y Compañeros/as del blog :

    Como siempre he leido y reeleido el art. de nuestro anfitrión Lluis Foix.

    Estoy totalmente de acuerdo con el talentudo criterio sumado, de todos. Empezando por el talentudo Lluis Foix y sumando todas las respuestas de los tambien talentudos compañero/as del blog.

    Mi respuesta sumada. La buena política es necesaria e inprescindible. Pero observo que el problema actual es … EL FACTOR HUMANO, de la política.

    Pues actualmente los politicos actuales, no han vivido en sus carnes, epocas de guerras, bombardeos, hambre, pobreza extrema, ect, ect.

    Observemos que los 70 años, de paz que vivió Europa y el mundo, fueron iniciados a partir de terminar la 2ª guerra mundial y de producirse unos 60 millones de muertes, … cuando unos personajes, que habían vivido durante la guerra, todas las calamidades, criminalidades e injusticias, …acordaron todos juntos, definir beneficios y perjuicios mutuos, de trabajar unidos por la paz, la convivencia y la concordia.

    Esto en lo mundial

    En España fué idem. Aunque primero hubo de haber guerra incivil, encarcelamientos y fusilamientos. Y presuntamente acciones terroristas mutuas varias …¿…………….?

    Pero solo despues de todo ello, … por fin el acuerdo de la transcisión española, hacia la Democracia parlamentaria y sus mas de 40 años de paz y convivencia.

    Todo roto, por las nuevas generaciones de políticos en el mundo actual, que no tienen experiencia ni han vivido en sus carnes, las criminalidades y experiencias que vivió la anterior generación.

    El mundo actual es un ejemplo. Vease Estados Unidos, por ejemplo:
    Ó los no acuerdos y no dialogos contructivos de España y en España, incluida Cataluña.

    Presuntamente …España, antes muerta que sencilla. Ó Cataluña, antes muerta que sencilla.

    Ó aquello de : » Pita,pita, …como no te aprtes tu. »

    Lo dicho,… la experiencia nos enseña que : Primero tiene que haber : Sangre, sudor y lágrimas. » …. para llegar mas tarde a un acuerdo verdadero de concordia y paz

  2. Lluís, desde hace mucho hay una guerra entre globalistas y neo-conservadores. La izquierda ni está ni se la espera.

  3. Sr.Foix: por desgracia, solemos conocer los abusos del poder… una vez que ya no tienen remedio…

  4. Es la realidad hace ya mucho tiempo que le damos la vuelta al mismo tema, que tiene que pasar mas grave para que se trabaje a todos los niveles de forma conjunta , sin frentismos, buscando el bien común. Se sigue perdiendo la confianza en los politicos , en las instituciones publicas, tanto regionales, como estatales como supranacionales.

  5. RUPTURA MONÀRQUICA I PATRIOTISME CATALÀ

    1. CORONA DESPRESTIGIADA. Aquest article de 5.015 espais sobre unitat i divisions en l’àmbit polític no fa cap referència a la principal ruptura que es la monàrquica. Felipe, Letizia, Eleonor i Sofia viuen com a reis a la Zarzuela. El pare / sogre / avi Juan Carlos està fugat als Emirats Àrabs Units, estat no democràtic i on no es respecten els drets humans. La mare de Felipe i esposa (?) de Juan Carlos i les seves filles son la imatge d’una família trencada i malavinguda. Tan desprestigiada està la Corona que el CIS no s’atreveix a fer una enquesta sobre monarquia o república, Però enquestes d’institucions privades indiquen que es legítim i raonable pensar que hi ha una ruptura entre la Corona i, per exemple, Catalunya. El règim tremola perquè la monarquia es “la forma política de l’estat espanyol” segons l’article 1.3 de la Constitució.

    2. SOBIRANISME UNITARI. I Catalunya? Avui no es pot parlar de Catalunya sense afirmar que el sobiranisme català és tan legítim com el sobiranisme espanyol; sense fer referència a la constant repressió política, judicial i policial; sense tenir en compte que, malgrat les dificultats, els exiliats i presos polítics catalans signen amb unitat l’article “El despropòsit de Javier Zaragoza” en que amb sòlids arguments acusen al fiscal de no defensar els drets fonamentals. El text és democràtic, sobiranista, unitari, valent, assenyat, patriòtic en el sentit més noble d’aquesta paraula.

    3. PATRIOTISME SEGONS EL PAPA. Segur que l’exiliat Carles Puigdemont, el pres Oriol Junqueras i els seus companys perseguits, creients o agnòstics, comparteixen el patriotisme (en aquest cas, el patriotisme català) que tan be explica al Papa Francesc en un discurs del 6 d’abril 2019. Francesc: “No podem fer una cultura de diàleg si no tenim identitat, perquè el diàleg seria com l’aigua que desapareix. Jo amb la meva identitat dialogo amb tu que tens la teva identitat, i tots dos avancem. Però és important ser conscient de la meva identitat i saber qui soc i que soc diferent dels altres. Hi ha persones que no saben quin és la seva identitat i viuen a la moda; no tenen llum interior: viuen de focs artificials que duren cinc minuts i després acaben. Coneix la teva identitat. Això és molt important (…) No som bolets, nascuts sols. Som persones nascudes en la família, en un poble, i moltes vegades aquesta cultura líquida ens fa oblidar la pertinença a un poble. Una crítica que faria és la manca de patriotisme. El patriotisme no és només cantar l’himne nacional o retre homenatge a la bandera. El patriotisme és la pertinença a una terra, a una història, a una cultura … i això és identitat. Identitat vol dir pertinença. No pots tenir identitat sense pertànyer. Si vull saber qui soc, em pregunto: ¿A qui pertanyo?”.

    • La identitat, què es la identitat? No crec que es pugui respondre fàcilment, quantes identitats n’hi ha a Catalunya? I a Espanya? Quina identitat és la més importante: la patria, la religió, l’ humanisme, la ideología, l’ espècie humana? O simplement l’ absència d’ identitat. No ho sé, el problema és saber si ens coneixem a nosaltres mateixos. Gairebé totes les patries i estats_nacions acaben involucrades en conflictes i guerres.

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