Europa, asustada y resuelta

Josep Borrell, el alto representante de la UE, ha respondido con firmeza a la guerra iniciada por Vladimir Putin. Ha interpretado el sentir general de los 27 países miembros.

Vladimir Putin ha conseguido asustar a Europa que más pronto que tarde tendrá que responder con hechos proporcionados a la impresentable agresión de Rusia a Ucrania. No es una ocupación. Es una guerra que golpea a objetivos cercanos a la frontera con Polonia. El momento es grave. Y puede desactivarse con un alto el fuego inmediato.

Los periodistas que vivimos la guerra fría sabemos de las tensiones entre la Unión Soviética y Occidente. Siempre desembocaban en una tregua o en una cumbre en la que desde Jruschov a Gorbachov y desde Eisenhower a Ronald Reagan se amortiguaba la tensión provocada por el rearme nuclear mutuo.

Ahora no hay tregua ni tampoco la voluntad de una cumbre. Lo que hay es que Putin está bombardeando sin justificación a un país que está resistiendo heroicamente a un ataque desproporcionado. Podrá conquistar Ucrania pero no conseguirá ganarse a los ucranianos que no se someterán dócilmente al dominio del Kremlin.

La guerra será larga y dolorosa. Se ha roto el status quo militarmente y por lo que llega de Moscú, Putin no acepta otra alternativa que no sea la incorporación de Ucrania a Rusia o, cuando menos, su neutralidad. La respuesta de Occidente puede ser lenta y dubitativa. Hay miedo a desencadenar una tercera guerra mundial. Y hay armas nucleares por el medio que Putin ha insinuado que puede utilizar.

Estamos en guerra con Rusia porque Putin ha dicho que todos los que ayudan a Ucrania están en guerra contra Rusia. Se han impuesto sanciones muy severas para castigar a la economía rusa que tendrá que aceptar las restricciones que llegarán a la vida de las gentes.

Putin ha conseguido que la Unión Europea hable con una sola voz, incluso Boris Johnson está siguiendo las pautas marcadas por Estados Unidos. Ayer mismo, el canciller Scholz  y el presidente Macron hicieron llegar a Putin que accediera a un alto el fuego. Mientras tanto, 2.700.000 exiliados ucranianos han cruzado la frontera hacia los países vecinos que forman parte de la UE y de la OTAN.

Los hechos se aceleran. Desde Bruselas se habla con claridad y con firmeza. Todos los países se comprometen a aumentar sus presupuestos de defensa y Alemania, por primera vez desde 1945, envía armas a un país atacado.

El momento es muy complejo y hay quien se suma a las tesis del apaciguamiento, entregar Ucrania a Rusia y evitar una nueva guerra civil europea con dimensiones universales. Neutralidad de Ucrania, dicen, así como la tuvo Austria y la tienen Finlandia y Suecia.

Es la visión del conflicto desde la opulencia de una Europa que no quiere saber nada del esfuerzo para mantener su estilo de vida ni para preservar las libertades que tanto han costado. Para vivir en paz sin la amenaza de una Rusia que no se contentará con Ucrania sino que se plantará en las fronteras de la Unión reclamando una seguridad que el propio Putin están poniendo en grave riesgo.

Al reto de Josep Borrell en su memorable discurso plantando cara a Putin se ha respondido desde ciertos ámbitos mediáticos con chanzas sobre si ha recomendado bajar el consumo de energía reduciendo el consuno de gas. No se acepta, desde las tertulias y los columnarios, que hay que pasar un poco de frío, que vienen tiempos duros, quizás como los ucranianos que se exilian para salvar sus vidas.

Se habla todavía de la invasión rusa. Es una manera de encubrir una guerra en la que se bombardea población civil, se destruyen infraestructuras, se mata a inocentes y se desplaza a millones de personas, ancianos y niños, en temperaturas invernales.

A Putin lo van a parar desde las misteriosas paredes del Kremlin o bien habrá que hacerle frente si cruza las líneas rojas de la OTAN. Hay que evitarlo porque es una locura. Pero cada día que se prolonga la guerra sin un alto el fuego, el peligro de que la confrontación se produzca es cada vez mayor.

  3 comentarios por “Europa, asustada y resuelta

  1. EL SINISTRE BORRELL SENSE CREDIBILITAT DAVANT EL SINISTRE PUTIN

    1.- El sinistre espanyol Josep Borrell (alt representant de la UE, ¡mare de Déu, Senyor!) no te credibilitat democràtica davant el sinistre rus Vladímir Putin (president de la Federació Russa). Ni al revés. I és que solidaritzar-se amb els condemnats per terrorisme o impulsar una guerra contra una nació i la seva sobirania nacional es sinistre. (“Sinistre: que presagia una desgracia. Funest”. “Funest: que porta la mort, una grossa desgracia”. Diccionari de la lengua catalana).

    2.- De l’article “Europa, espantada i resolta”: “Vladimir Putin ha aconseguit espantar Europa que més aviat que tard haurà de respondre amb fets proporcionats a la impresentable agressió de Rússia a Ucraïna”. I també: “Al repte de Josep Borrell en el seu discurs memorable plantant cara a Putin s’ha respost des de certs àmbits mediàtics amb bromes sobre si ha recomanat baixar el consum d’energia reduint el consum de gas”.

    3.- ¿Quin present i quin futur defensa Borrell? Un present i un futur sinistres. Borrell recolza José Barrionuevo (ministre de l’Interior) i Rafael Vera (secretari d’estat de seguretat), condemnats pel terrorisme d’estat dels GAL (Grups Antiterroristes d’Alliberament). Borrell assegura (13/09/1998) que defensar els condemnats Barrionuevo i Vera forma part del seu projecte de futur. Textualment: “La solidaritat amb aquests companys va irrenunciablement unida al nostre projecte de futur”.

    4.- Josep Borrell té el suport de Pedro Sánchez, de Miquel Iceta, de Salvador Illa, de VOX… Però cal escoltar i cantar la veu ètica de l’independentista Lluís Llach: “No és això, companys, no és això / pel que varen morir tantes flors, / pel que vàrem plorar tants anhels. / Potser cal ser valents altre cop / I dir no, amics meus, no és això / No és això, no, companys, no és això”.

  2. En estos momentos de nada sirven esgrimir las causas de la guerra. En España y en Catalunya hay opiniones que achacan la responsabilidad a Occidente, y no perciben el enorme riesgo de una guerra nuclear.

    Mientras nos distraemos con el pasado, no nos centramos en el presente. Sabemos que si Rusia ataca a Polonia u otro país de la OTAN, se declarará la guerra. China también juega en esta situación para obtener beneficios. Europa ya no puede apaciguar a Rusia sin claudicar de sus principios, es cierto que los hemos traicionado por avaricia. Ahora redimirnos de la culpa implica dejar de vivir en nuestra comodidad.

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