La gran chapuza de los espías

Pegasus, el sistema de espionaje israelí, ha pinchado muchos teléfonos de políticos catalanes y españoles. Ha creado una crisis política.

Nunca había existido tanta información encriptada en manos de gobiernos y organizaciones privadas. A los que vimos tantas películas de Hollywood en la guerra fría se nos decía que los espías eran soviéticos, perversos y torpes que penetraban en la intimidad de amigos y enemigos para controlar sus vidas.

Stalin eliminó a miles de bolcheviques porque le estorbaban. Sin más. Anne Applebaum ha publicado un libro sobre las purgas masivas de dirigentes y de críticos al dictador que vivían en el extranjero. Ignatz Reiss fue asesinado en Lausana en 1937, Yevguén Konovalets en Amsterdam en 1938 y Lev Trotski acabó sus días en México en 1940 tras recibir cuatro golpes de piolet por el barcelonés Ramon Mercader, que actuaba por órdenes del Kremlin.

Lo que no sabíamos es que desde Estados Unidos se espió a miles de ciudadanos pensando equivocadamente que ponían en riesgo el sistema democrático occidental. Julian Assange y Edward Snowden reventaron las tripas del Departamento de Estado y de la CIA mediante las nuevas tecnologías e internet, exponiendo el espionaje a millones de norteamericanos y también a 35 jefes de gobiernos europeos y del resto del mundo.

Assange, australiano, está a punto de ser extraditado a Estados Unidos y Snowden vive en algún lugar de Rusia bajo la protección de Putin. Los dos son considerados traidores por haber revelado secretos oficiales de Washington. Pensábamos que los espías eran los rusos, pero ya hemos descubierto que son los nuestros los que más se han entrometido en nuestra intimidad. Rupert Murdoch y sus periodistas espiaron a miles de británicos y establecieron complicidades delictivas con la policía. Les salieron muy caras sus exclusivas periodís­ticas.

Los servicios de inteligencia no son trigo limpio en ninguna parte. Pero son imprescindibles para la seguridad nacional. Si actúan más allá de sus competencias en una democracia, han de rendir cuentas políticas y, si es el caso, también penales.

Viendo la crisis de los espías como consecuencia del caso Pegasus deduzco que estamos ante una gran chapuza al pretender escrutar y publicitar lo que los servicios de inteligencia nunca harán, que es transformar los secretos en noticias.

Publicado en La Vanguardia el 6 de mayo de 2022

  3 comentarios por “La gran chapuza de los espías

  1. Los servicios secretos se dedican a controlar los sectores que pueden poner en peligro un país, como todos deberíamos saber, yo lo entiendo así, y me parece normal que hayan espías que son gente que controla lo que hace o hacen personas sospechosas, eso es lo que me parece y lo veo bien, por la seguridad del país y de todos, que se hayan infiltrado cosas, no creo que sea por fallos en el espionaje sino por alguna infiltración de alguien con alguna finalidad concreta. Cualquier persona rebelde a la unidad de país es normal que sea espiada por los servicios secretos del país en cuestión, no veo dónde está lo antidemocrático, mal andaríamos si no tuviesen los países esos servicios secretos, seríamos entonces supervulnerables.

  2. The most basic principle of anyone who deals with sensitive and secret information, which is what spies do, is not to get caught. In the field of communications, cyber or other, it is essential that, in case they are intercepted, they are hidden, encrypted. The National Cryptological Center is dedicated to this by the state.
    They have been caught and, in addition, there have been difficulties in protecting the communications of several members of the Government, including their Premier.
    What remains to be seen is what they thought of doing with the information obtained. This is more worrisome.
    By the way, the fact that «the end justifies the means» is not in Machiavelli’s writings. It probably comes from Ovid’s poem collection «Heroins», which is much softer, in the line that in love and war, all’s fair. Watch out, then

  3. Si los secretos y actuaciones «al limite de la ley» evitan situaciones peores, como puede ser el terrorismo, golpes de estado a la democracia, autocracia, regimenes corruptos, dictaduras corruptas, utilización de bioingenieria para malos fines, etc…tenemos que dar gracias que existen.
    Si hay chapuzas si esta en peligro, la credibilidad de un pais, porque «esos secretos entre espionaje» no se compartira.

Comentarios cerrados.