Muchas revueltas y cambios de régimen comportan inevitables modificaciones de fronteras. El mapa de Oriente Medio será distinto como consecuencia de la caída de El Asad en Siria. El primer ministro Netanyahu calificó el fin del régimen de Damasco como un día histórico. Y dijo más: “Los altos del Golán serán parte de Israel eternamente”.
La lucha por la tierra ha dominado la historia de Israel y la de todos los pueblos que han vivido en el vasto Oriente Medio, una expresión acuñada por Winston Churchill en El Cairo siendo secretario de Colonias británico en 1921, al repartirse los territorios que habían sido otomanos antes de la Gran Guerra. Las fotografías de Churchill con Gertrude Bell jugando con un compás sobre la arena y decidiendo las fronteras de Iraq son bien conocidas.
Las divisiones territoriales tras la Gran Guerra en la conferencia de París de 1919 fueron tan arbitrarias como frágiles. En un mundo envuelto en certezas eternas no hay nada tan inestable como las fronteras. Se cambiaron sustancialmente hace ahora más de un siglo y se han alterado cada vez que las guerras han azotado la región.
El nacimiento del Estado de Israel (1948) creó nuevas fronteras, y en todas las guerras con árabes y palestinos los límites se han alterado. Ha habido razones políticas, militares, religiosas y étnicas. Moshe Dayan se subió a lo alto del templo de Jerusalén en junio de 1967 e izó la bandera de David diciendo que nunca más volvería a arriarse. Hoy no está en lo alto de la cúpula dorada de la explanada de las Mezquitas. Ni las banderas ni las fronteras son eternas.
Tanta historia acumulada y tan poca geografía. Este es el drama que persigue a todos los pueblos que conviven malamente con la idea de que Jerusalén es su única e indivisible capital.
Publicado en La Vanguardia el 12 de diciembre de 2024
Se reunen todos los «carton piedra» autonomicos y acuerdan volverse a reunir en enero. Punto.
Alvarez el del foulard permanente va a Suiza a en nombre del psssoe a calmar a Puigdemont.
No es raro que se acerque el momento Lopez Rodo como escribe hoy Boira en LV
Gareth Gore en su libro Opus dedica un largo capitulo a la carta Trump.
El notario se enfada con Isidre.
No anem be.
No hace tanto en Europa después de la Segunda Guerra Mundial los vencedores impusieron un cambio de fronteras bastante significativo. Si retrocedemos más en el tiempo lo mismo sucedió al finalizar la Gran Guerra. Por no hablar de que los cambios el siglo anterior, y el anterior, etc. Las fronteras de un Estado son definidas por la historia pero eso no significa que deban ser definidas por un grupo étnico, lingüístico, o religioso. Muchas veces son definidas por un acuerdo que se ha impuesto después de un conflicto armado.
Cómo sabe el Sr. Foix tengo debilidad por unas tierras que si no me equivoco son de las que más han cambiado de manos a lo largo de la historia europea. Me refiero a la Alsacia, que pasó de pertenecer al Sacro Imperio Romano Germánico a Francia, luego al Imperio alemán, luego a Francia, luego al Tercer Reich, y finalmente de vuelta a Francia. Se da la feliz circunstancia de que lo llevan bien, sin traumas, porque son ‘ricos’ en todo, y creo que este continúo cambio no les ha hecho perder su identidad y me atrevería a decir que son prácticamente independientes. No es de extrañar por esto que Estrasburgo sea la capital de Europa. Es la tan cacareada unión en la diversidad sin dejar de tener una entidad propia. Pero me temo que la excepción alsaciana es eso una excepción que confirma la regla de que todo cambio de fronteras después de un conflicto armado es traumático, y en el caso de no encajarse bien, tiene la potencialidad de un nuevo conflicto para el futuro.
En el excelente artículo del Sr. Foix sólo añadiría que los señores Sykes y Picot, que fueron los que dibujaron las líneas de Oriente Medio, un par de funcionarios sin más importancia que recibieron órdenes de arriba, traicionaron las promesas que Thomas Edward Lawrence hizo a los jefes árabes de crear un gran Estado árabe en la región después de que estos colaboraran en el combate contra el Imperio otomano. Para más pesar esas nuevas fronteras que delimitaban esos nuevos Estados quedaron en manos del Reino Unido y Francia con dominio directo o como área de influencia. Tenía un profesor que me decía después de la Gran Guerra se terminaron los Imperios y yo le decía: ¡Claro en Europa! Hay que ver la película Siroco con Humphrey Bogart para ver hasta donde son capaces los que quieren echar a los invasores para obtener su autodeterminación. Palestina quedó bajo el mandato de los británicos hasta que fue de nuevo colonizado a la vieja usanza por occidentales. Y esto es el padre nuestro de los árabes, una frontera mental, el pecado original de su existencia, que ya no tiene solución posible porque no podemos retroceder en el tiempo. Para los islamistas “todo es o debe ser la tierra del islam”, porque lo marca su historia. Estos son los que hemos apoyado. Hemos retrocedido hasta la Edad Media, la edad dorada del Islam. De ahí que insista una vez más en que se perdió una buena oportunidad con los panarabistas, porque a diferencia de estos nuevos compañeros de viaje usaban los mismos códigos que nosotros. Pero nada de esto es excusa para que se elija entre la estabilidad y el mejor camino para los árabes y los israelíes o se decida una vez más sacar el sable.
Un cordial saludo
Tiene usted razón. Pienso que necesitaríamos que algo cambiará en nuestro cerebro para dejar de pelearnos y colaborar para vivir mejor y en paz.
Saludos