
Es inútil insistir en que no hay manos inocentes en el arbitraje español. La introducción del VAR lo ha hecho más evidente. En tiempos pasados la responsabilidad caía sobre un único árbitro. Luego vinieron los ayudantes, los pinganillos, la televisión, las pantallas del VAR, el ojo lejano de un segundo juez que dialoga con…