Huelga y confusión

La huelga general del día 29 paralizará el país si el transporte público se interrumpe, si las escuelas y las universidades deciden sumarse al paro, si los hospitales operan bajo mínimos y si las radios y televisiones emiten programas enlatados.

José Luís Rodríguez Zapatero

Ya hemos pasado por estas experiencias en diciembre de 1988 contra Felipe González y en junio de 2002 contra José María Aznar. En todos los casos, los sindicatos han defendido los derechos de los trabajadores.

La novedad esta vez es que la huelga va precedida por un debate sobre la cantidad de liberados sindicales y muy especialmente por una crisis económica mucho más dramática que todas las anteriores.

No es una huelga que vaya directamente contra el gobierno pero el hecho es que en las dos grandes concentraciones para preparar la huelga, el grito coreado por miles de sindicalistas era “Zapatero, dimisión”.

Desde el comienzo de la transición se ha pedido una ley de huelga. No la ha habido ni posiblemente la habrá. Pero sería muy democrático que quien quiera ir a trabajar el día 29, lo pudiera hacer sin arriesgar su seguridad personal.

Los servicios mínimos no respetarán ni siquiera los vuelos internacionales que tendrían que quedar paralizados ese día. La ocurrencia de un sindicalista andaluz de que los abuelos no cuidaran a los nietos ese día, no merece ni siquiera un comentario por tratarse de una estupidez.

El gobierno intentará garantizar los servicios mínimos pero serán los sindicatos los que los establezcan.

La primera gran huelga general del siglo pasado se registró en Inglaterra en 1926 siendo Winston Churchill ministro de Economía del gobierno Baldwin que fue director de la British Gazette, un periódico del gobierno para mitigar los efectos de la huelga que se prolongó diez días.

El mismo Churchill repartía ejemplares por la calle en defensa del gobierno conservador que impuso una rebaja de los sueldos y no mejoró las condiciones laborales de los mineros.

El balance no fue positivo para ninguna de las dos partes en conflicto. El país entraba en la crisis que estallaría tres años después en todo el mundo industrializado.

No sé si la reforma se revocará. Me temo que no porque Zapatero no ha tenido más remedio que aplicar las recetas impuestas por los organismos internacionales y por la propia Unión Europea.

Lo peor para Zapatero es que los que le plantan cara para paralizar el país son los suyos, los que quería proteger por encima de todo, los que serían los últimos en recibir los impactos de la crisis.

Pienso que el sindicalismo tal como está organizado está anclado en las estructuras del pasado. Claro que las huelgas son legítimas y que alguien tiene que defender los derechos de los más débiles. Pero me temo que esta vez no conseguirán su objetivo porque las circunstancias superan a los mismos sindicatos.

Lo más doloroso que le debe pasar por la cabeza a Zapatero es ver cómo los que te meten en el foso de las serpientes son los tuyos, y al cabo de poco ya no sabes si aquellos son los tuyos o incluso no sabes siquiera si tu eres de los nuestros o te has convertido en uno de ellos.

Confusión. Zapatero es prisionero de su cambio de discurso que, paradójicamente, era el único que podía proponer si quería seguir gobernando.

Publicado en La Vanguardia.es el 20 de setiembre de 2010

  9 comentarios por “Huelga y confusión

  1. Sr Foix: Lo que más me fastidiará seran las declaraciones del día después diciendo que la huelga ha sido un éxito.Sé que no podré acceder a mi puesto de trabajo por que los piquetes nos lo impedirán.Respeto el derecho a la huelga pero exijo,también, mi derecho a no hacerla.Un saludo

  2. Sr. Foix, be. Vaig a meditar. Com sempre amb els seus articles. I la resposta de BartoloméC tambe es bona.

    En mi opinion pienso que por muy legal que sea la huelga, ahora no es el momento. Y más habiendo 4.500.000 de personas en el paro. Si acaso la huelga la debían haber hecho hace 3 años. Cuando aún estabamos en el falso espejismo del progreso económico. Y ya se veía venir la catástrofe económica.

    A propósito, siempre me he preguntado ¡ Si puede hacer huelga la persona encargada de alimentar a los animales. Tales como vacas, cerdos, gallinas, ovejas, caballos, ect.ect. ö si pueden hacer huelga los medicos/as, enfermeros/as de urgencias. Ó los cuerpos de seguridad del estado, ect. ect. Bomberos, ect.

    De paso aprovecho para afirmar que, los políticos no están preparados y no es lo suyo el crear puestos de trabajo y riqueza.

    Los unicos que pueden hacerlo son los empresarios. Pequeños y medianos. Pero ¿ Quien se acuerda de ellos, jamas ?

    • Albert, me había olvidado de la huelga, pero es que esperar a tener cinco millones de parados para hacer una huelga descalifica a cualquier sindicato.

      • BartoloméC, estoy de acuerdo. Hacer la huelga ahora, en este momento de la economía tanto privada, empresarial y del estado, no tiene sentido. Es más bién un egoismo.

  3. Sr.Foix: Decía Séneca que al que quiera correr en un laberinto su propia velocidad le causará confusión, nuestro presidente Rodriguez Zapatero se ha puesto a correr dentro de un laberinto que ni él mismo sabe cómo se ha metido en él, pero el problema es que ha metido en dicho laberinto a todo un partido, muchos de cuyos militantes se están planteando seriamente si vale la pena seguir coriendo detrás de alguien que no sabe dónde va.

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