Aquellas amapolas de Flandes

Amapolas de las praderas de Flandes en recuerdo del Armisticio de la Gran Guerra

Amapolas de las praderas de Flandes en recuerdo del Armisticio de la Gran Guerra

La guerra que rasgó la conciencia del hombre moderno se acabó en el armisticio firmado en Compiègne (Francia) el día once, del mes undécimo a las once horas de la mañana el año 1918. Los Aliados y Alemania proclamaban el fin de las hostilidades en el Frente Occidental. En Francia es todavía fiesta nacional y los veteranos se unen a los políticos en los pequeños monolitos de cada pueblo francés para recordar aquella horrible matanza, la primera guerra civil europea del siglo pasado.

Durante cuatro largos años, estadistas y militares, cometieron graves errores políticos y estratégicos mientras millones de soldados europeos caían en un festival macabro de barro y sangre. Fue la primera guerra de los pueblos, dirigidos por generales y gobiernos irresponsables. Motines, matanzas, genocidios como el de los armenios, la batalla del Marne, los Dardanelos y Gallipoli, los Balcanes, la Mesopotamia, el Verdun de triste y lacerante memoria, los cuatro imperios que cayeron, el alemán, el zarista, el otomano y el austro húngaro…

Fue la primera gran locura europea del siglo XX. Las víctimas británicas en el campo de batalla ascendieron a 886.342 muertos. Cada año, la Reina representa a todo el país colocando una corona roja en el cenotafio de Whitehall avanzando delante del primer ministro, los dirigentes de la oposición y todos los ex primeros ministros vivos. Desfiles de veteranos, bandas de música, minutos de silencio, heridos de guerra transportados en sillas de ruedas, amapolas rojas de papel en los ojales de los caballeros o en los vestidos de las señoras. Representan las flores que crecían en los maizales de Flandes en la Primera Guerra Mundial.

Un silencio sepulcral reina en el ambiente de muchas ciudades europeas para conmemorar las muertes en las dos guerras del siglo pasado. Ya no quedan testimonios directos de la Gran Guerra. Pero son muchos los que recuerdan la provocada por Hitler en 1939. Europa ha sido varias veces el testimonio de nuestro drama colectivo.

La Guerra Civil española, laboratorio bélico y político de lo que sería la II Guerra Mundial, no puede ser rememorada porque las heridas fratricidas de aquella contienda todavía no se han restañado. No podemos recordar a las víctimas de los dos bandos porque todavía andamos rehaciendo la historia, primero la de los vencedores contra los vencidos, luego la de los vencidos contra los vencedores, a la espera de que los historiadores empiecen a escribir “sobre” la Guerra Civil y el franquismo con el distanciamiento que se enmarque en aquel “paz, piedad, perdón” al que se refería Azaña cuando la guerra estaba ya perdida por los republicanos.

Un grupo de europeos lúcidos y generosos se levantaron en los años cincuenta para decir “basta” y reconstruir un continente en paz que se ha alcanzado con muchas dificultades con la Unión Europa que muestra una Europa de convivencia por primera vez en muchos siglos. Quienes estamos a favor de que perdure la Unión Europea no pensamos en términos económicos o políticos. Nos importa que Europa evite la guerra que ha sido su estado natural en su larga historia.

Helmut Kohl lo dijo en una conferencia pronunciada en Lovaina en sus últimos tiempos como canciller alemán: el objetivo de la unidad europea no es otro que evitar las guerras entre europeos en el siglo XXI. Es oportuno recordar aquel armisticio de hace 92 años. Cualquier descuido o cualquier error estratégico de bulto podría volver a enfrentarnos.

Publicado en La Vanguardia.es  el 14-11-2010

 

 

 

 

  9 comentarios por “Aquellas amapolas de Flandes

  1. Sr. Foix: Aquesta vegada no hi haurà guerra in-civil, pero si que es veritat, de que ja no podrem mai més despilfarrar el diner com varem fer ó millor dit varen fer molts panxacontents. Que ara ens ho fan pagar i ells s’estan enriquint millonariament encara mes.

    Penso que cada nova generació que goberna, per el mon de vista i a la societat també.

    Crec que no hi ha res pitjor, que gorvernar i donar lliçons i voler cambiar el mon, desde l’inexperiencia de la edat.

    Cada X any estem trovanse amb la mateixa cançó i casi el mateix sofriment. Segurament pel cambi generacional i mental dels joves gobernans inexperts i sense experiència viscuda.

  2. Perquè parla tant de guerra , el Sr. Foix…?? perquè…. ?? missatges subliminals per anar minant l’ inconcient col.lectiu, potser… ?

    Flac favor a Catalunya.

  3. Sr.Foix: las guerras civiles tardan mucho más en restañar sus heridas, nosotros no somos ninguna excepción, las guerras entre paises distintos provocan unión a pesar de las derrotas, las guerras internas, las civiles, provocan desunión…esperemos no repetir errores…y horrores…

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