La historia y la ficción

William Shakespeare

William Shakespeare

La paradoja se puede definir como una expresión o pensamiento que comporta una contradicción parcial o total. La han utilizado pensadores, historiadores, políticos y periodistas de todos los tiempos. Aristóteles llegó a proponer una célebre paradoja al insinuar que la ficción es más verdadera que la historia. Raro en Aristóteles.

La literatura y el cine han enviado mensajes que han sido percibidos como verídicos y auténticos. Se han escrito miles de artículos sobre la guerra civil española, el tema que más libros, escritos y ensayos ha promovido en los últimos setenta años. Pero la idea que me ha quedado más fija es la de tres novelistas. Me refiero a Joan Sales en su Incerta glòria, a Arturo Barea en La Forja de un rebelde y los varios relatos periodísticos de Manuel Chaves Nogales, que era un desconocido hasta hace pocos años.

Tuve ocasión de leer muchas horas en el extranjero cuando el oficio de corresponsal permitía disponer de largos espacios de tiempo muertos. Un invierno me enfrasqué en leer los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós en aquella célebre edición de tapas rojas de Aguilar. Me quedé con una cierta idea de la calamitosa historia del siglo XIX en España hasta que entró en barrena con la huida forzada de Isabel II en 1868 y la pérdida de las colonias veinte años después.

Shakespeare ha sido, en palabras de Harold Bloom, el más vasto de los intelectos hasta el punto de que podía superar a cualquier filósofo. Sus dramas y tragedias son historias que en buena medida han determinado el sentido de la vida de los ingleses y la interpretación de su propio pasado.

Sus reyes y figuras de ficción parece que han sido reales. Cuando se acerca a Roma y escribe Julio César proyecta un personaje que es tanto o más verídico que el que expuso Plutarco en sus Vidas paralelas situándolo frente a Alejandro Magno.

No hay historia escrita que iguale la veracidad de Guerra y paz de Tolstói. No he leído ninguna biografía del general Kutuzov, pero me basta con el personaje que surge de las páginas de Tolstói enfrentándolo a Napoleón y luchando en Borodino para alejar la Grande Armée de territorio ruso. La Obertura 1812 de Chaikovski levanta el ánimo de cualquier ruso que guarde en su imaginario la derrota del emperador francés que llegó a Moscú y fue echado por el frío y por el silencio.

Los escoceses habrán leído mucha historia de su legendario país. Pero la película Braveheart, una obra de ficción que se acerca a la realidad, todavía es un punto principal de referencia. La serie sobre John Adams es imprescindible para conocer el ambiente en el que se movió el segundo presidente de Estados Unidos. Alguien dijo que la historia es lo que se quiere recordar y no lo que ocurrió de verdad. Me gustaría saber cómo será la ficción sobre la historia de nuestros días dentro de dos generaciones.

Publicado en La Vanguardia el 21 de noviembre de 2013

  7 comentarios por “La historia y la ficción

  1. S’han escrit rius de tinta sobre la frase Aristotèlica amb la que el Sr. Foix inicia el seu escrit. Aristòtil considera la Poètica mes universal que la Historia, doncs aquesta ultima es cenyiria a les accions concretes, mentre que la primera, al incloir la ficció, abastaria un camp molt mes ampli dintre del que cohabitarien aquestes accions concretes amb les accions possibles.
    En aquest cas, sempre parlant de la visió Aristotèlica, la historia seria un subconjunt dintre d’aquest conjunt mes ampli. La propietat de mes Universal es veuria recolzada també perquè la part possible es projectaria cap al futur d’una forma hipotètica que podria convertir-se en verdadera o no.
    De fet el Sr. Foix acaba dient que li agradaria saber com serà la ficció de la historia dels nostres dies dintre de dos generacions, a mi també perquè saber-ho significaria que tots dos hem viscut cinquanta anys mes dels que ara tenim. Altre cosa es que podem fer ara mateix tota la historia ficció de com seran els dies que viuran les persones dintre de dues generacions.

  2. Los que hablamos catalan, al igual que los que hablan castellano, gallego ó basco estamos orgullosos de hablar nuestra lengua.

    En nuestra Sociedad y en nuestra mente existe una historia de ficción legendaría, fantástica y hermosa. En la queremos creer.

    En la realidad, las famoses luchas y conquistas territoriales efectuadas por los catalano-aragoneses, las realizaron en la pràctica y en la realidad los Almogávares, que eran ni más ni menos que ciudadanos de antepasados germanos. De los 300.000 godos que se habían establecido en Cataluña, en la época de la caida, final ó de la extinción del Imperio Romano del Mediterraneo occidental.

    Tampoco olvidemos la participación en el comercio de esclavos de nuestra Sociedad y en todos sus niveles dirigentes ó más influyentes. Que se hicieron multimillonarios panzacontentos, frescales y tolerantes con dicho comercio.

  3. Estimado Sr. Foix:

    Como siempre, ha tocado Vd. un tema clave para los que nos dedicamos a la Historia; pues, como bien se ha dicho, la historia es lo que se quiere recordar y no lo que ocurrió de verdad.
    Ciertamente, la historia es una construcción, cuya veracidad depende del rigor y la ideología del investigador-historiador. Las películas históricas son una interpretación de la historia que, como también comenta, dentro de dos generaciones será distinta. Y veremos con otros ojos «Braveheart» de Mel Gibson, y tantas otros filmes que evocan y reconstituyen el pasado.
    Pero pienso que esas ficciones hacen un servicio a los espectadores, que se asoman a la historia a través de las imágenes que les ofrece el cine.
    «El mayordomo» de Lee Daniels es el más reciente ejemplo. Me gustaría conocer sus comentarios y valoración crítica sobre esta película, ya que Vd. ha vivido y trabajado como corresponsal en USA durante bastantes años de los que evoca este biopic.
    Agradecido por su labor, que va más allá del Periodismo, le saluda
    cordialmente

    J. M. Caparrós Lera
    Catedrático de Historia Contemporánea y Cine
    Universidad de Barcelona

  4. Per saber com será la ficció/realitat d’aqui a dues generacions, potser només cal observar atentament els nostres nens i nenes……a casa, a l’ escola, al carrer……

    Els que tinc a prop – que en són molts – la gran majoria -però no tots – serán bones persones primer, i tindràn un Estat Propi Català i independent i lliure, per voluntat propia, la qual cosa no vol dir forçosament, – tot i que seria desitjable – que serà un Estat millor i més just. Ojalà !!…

    Cau pel seu propi pes

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