El estilo impuesto por Hansi Flick todavía no tiene adjetivo. No es cruyffismo ni guardiolismo. Es como una escuela que fabrica jugadores de calidad en serie. Entran y salen, corren y no sueltan el balón, enredan al adversario allí donde es más difícil. En el área de gol y en el centro dominado por un infatigable Pedri. Nadie es imprescindible pero todos son necesarios. Es un estilo que exhibe fútbol de posesión y de ataque, fresco y fluido, luchador cuando va perdiendo por dos a cero o cuando vence por goleada.
El Atlético-Barça fue un encuentro de alta calidad y pasión. El ímpetu del argentino Julián Álvarez parecía haber sentenciado. Remontar un 2-0 en el Metropolitano era improbable en el minuto 72. Flick activó el modo recambios dejando fijos a Lamine, Lewandowski y Raphinha encarados hacia Oblak y llamando a Ferran, Eric, Gerard Martín, Araujo y Gavi, que contribuyeron a una operación coral que acabó en goleada.
Queda mucho trecho para ganar los tres títulos en juego. Dos partidos de Copa, cinco de Champions y diez de Liga. El talento y el buen ambiente en el equipo pueden superar todos los imponderables. Nos aproximamos a la última milla en las tres competiciones. El Barça de Flick practica un fútbol competitivo y ambiciona a todo. No se queja. Ancelotti tiene las mismas oportunidades para conquistar el primer triplete. Pero su entorno mediático está entretenido en hablar del prejuicio de los árbitros hacia el Madrid y de la fatiga de jugar encuentros sin descansar 72 horas.
La confrontación entre Florentino y Tebas la verbaliza el entrenador que, de pasada, elude referirse al discreto juego de los grandes ases de que dispone pero que no ofrecen la superioridad que se les suponía cuando se ficharon con toda la trompetería del madridismo sociológico.
Publicado en Mundo Deportivo el 18 de marzo de 2025
Trompeterias haylas por todas partes Sr. Foix. O es que no som mes que un Club?
Lo del Metropolitano lo califica Vd. de «operacion coral». No esta mal, como Ray Conniff orquesta y coros.