Principio de una bella amistad

Una bella amistad entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy quedó dibujada en París tras la visita de la líder democristiana alemana y probable canciller después de las elecciones anticipadas previstas para el mes de septiembre en Alemania.

Angela Merkel se entrevistó con el presidente Chirac y con el primer ministro Villepin pero con quien compareció ante la prensa fue con el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, presidente del partido de Chirac y, a la vez, principal aspirante de la derecha francesa a las presidenciales de 2007, curiosamente, sin el entusiasmo por no decir la hostilidad del actual presidente.

Un nuevo eje franco alemán se perfila en el horizonte. Desde los tiempos de Helmut Schmidt y Giscard D’Estaign, de François Mitterrand y Helmut Kohl o incluso de Jacques Chirac y Gerhard Schröder, las relaciones en las dos orillas del Rhin, eran posibles y fructíferas a pesar de que la derecha alemana y la izquierda francesa, o al revés, gobernaran en París o en Bonn y Berlín.

Si estos dos personajes llegaran a presidir los gobiernos de sus respectivos países estaríamos ante una nueva etapa en el que el conservadurismo europeo marcaría los destinos de la Unión. Los dos son claramente liberales en lo económico y más realistas y pragmáticos en lo político. Los dos son contrarios a la entrada de Turquía en la UE, a lo máximo estarían dispuestos a una asociación especial y privilegiada con Ankara, los dos son partidarios de recomponer las relaciones con Estados Unidos y los dos son europeístas pero más interesados en defender los intereses nacionales que los europeos. Helmut Kohl ya dijo que él era el último canciller europeísta.

Es una nueva Europa la que emerge en esos dos políticos que representan una derecha moderna y pragmática y que pueden llevar a cabo las reformas estructurales que Chirac no ha querido acometer y que Schröder ha sido contestado por los suyos por intentarlas llevar a cabo.

Sarkozy y Merkel aportan una novedad interesante cuando proponen impulsar una ampliación del eje París-Berlín que ha sido la columna vertebral de la construcción europea. Los dos quieren incluir a Gran Bretaña, España, Italia y Polonia en el núcleo central de la Unión.La reanimación de la UE tras el no de Francia y Holanda a la Constitución europea no la pueden llevar a cabo ni Chirac ni Schröder. Los electores de Francia y Alemania tendrán que decidir si las ideas políticas que comparten Sarkozy y Merkel han de ser las que tomen el relevo.