Al Qaeda se burla de la fuerza

Tres compatriotas siguen secuestrados por Al Qaeda en algún lugar del desierto de Mauritania. Transitar por aquellas tierras subsaharianas es un riesgo innecesario aunque sea con el noble objetivo de la ayuda humanitaria. Dos italianos y un francés han sido capturados después de que la expedición de cooperantes catalanes regresara a casa sin tres de sus colegas.
El día de Navidad se evitó una tragedia al neutralizar a un joven nigeriano que iba a suicidarse y matar a 278 pasajeros de un avión que iba a tomar tierra en el aeropuerto de Detroit. La Casa Blanca afirmó que el terrorista pertenecía a Al Qaeda.
Han transcurrido más de ocho años desde que Al Qaeda cometió la barbarie de los atentados en Nueva York y Washington. Para combatir esta secta del terror se han librado dos guerras que todavía están abiertas con la presencia de más de un cuarto de millón de soldados en Iraq y Afganistán. Son guerras que pueden considerarse perdidas por Estados Unidos y por los aliados de más de cuarenta países. No se ha detectado todavía el paradero del supuesto cerebro de este movimiento de violencia indiscriminada.
Osama Bin Laden está en paradero desconocido mientras los reclutados a su causa pueden encontrarse en cualquier punto de Occidente y también en el gran universo musulmán que va desde Mauritania a Indonesia. No conozco un diagnóstico aproximado sobre la procedencia, las causas y los centros de afiliación de los terroristas que pueden convivir con nosotros en Barcelona, Londres o Berlín.
Lo que sí se puede afirmar que el uso exclusivo de la fuerza no es la solución para combatir la inseguridad que nos atemoriza a todos. Se hacen pocas alusiones a que las víctimas del terrorismo de procedencia islámica son los propios musulmanes. El Centro para Combatir el Terrorismo de Washington ha contabilizado que entre 2004 y 2008 Al Qaeda se responsabilizó de 313 ataques terroristas que causaron la muerte a 3.010 personas.
En el estudio se incluyen los atentados de Madrid y Londres. Los occidentales muertos en estos ataques representan sólo el 13 por ciento.¿Por qué no se trabaja más para convencer a los gobiernos de países musulmanes que los más perjudicados por Al Qaeda son ellos mismos? La fuerza occidental no conseguirá mucho sin contar con el protagonismo de los estados en los que se incuba el odio a Occidente y a ellos mismos