Dickens y los tiempos difíciles

El primer ministro Benjamin Disraeli decía que no acostumbraba a leer novelas y que si alguna vez le venía en gana asomarse a la última novedad editorial, prefería escribir él mismo una novela. Fue un gran político en plena revolución industrial, conservador, que encontró la simpatía política y personal de la reina Victoria. No fue un gran literato a pesar de que sus libros, más bien mediocres, se vendieron en toda Europa.

Charles Dickens

Disraeli tenía un glamur superior al del liberal William Gladstone, con quien se disputó el poder en varias ocasiones. Los dos políticos, cultos e ilustrados, conservador y liberal, leían al gran escritor social del momento, Charles Dickens, que hablaba de las dos naciones, la de los ricos y la de los pobres, que vivían muy cerca pero que se ignoraban mutuamente.

He releído en diagonal Tiempos Difíciles de Dickens y he encontrado algún paralelismo con la situación que atraviesa la sociedad occidental de hoy. Ya no existen las chozas de campesinos con familias numerosas y hambrientas que subsistían con salarios insuficientes, con la solidaridad de otros campesinos y de la caridad de las organizaciones filantrópicas victorianas. La misma reina invitaría a Dickens al palacio de Buckingham para hablar de las dos naciones tan alejadas y anotó en su diario que la división de clases cesaría gradualmente.

El realismo de Dickens, zurcido de ironía y humor, de sentimentalismo patriótico, terminaba sus trágicos relatos con epílogos optimistas y felices. Es el buen final que pedía aquella sociedad basada en el altruismo y la beneficencia, pero también en el esfuerzo, el trabajo y la explotación de los más poderosos sobre los excluidos, tal como relata Dickens.

Una diferencia sustancial de aquella sociedad victoriana y la nuestra es que, por lo menos, entonces se hablaba de los problemas sociales a través de una literatura que vendía millones de ejemplares. El relato de lo que pasa hoy no es literario. La literatura ha sido sepultada por el peso de la televisión, de los tertulianos, de los mensajes breves, a veces bajo el amparo del anonimato, de un pensamiento frágil que se expresa en términos populistas. ¿Dónde está nuestro Dickens para explicar la nueva situación que separa cada día más a los excluidos de lo que queda de las clases medias y de los más ricos?

Quizás no exista el Dickens que con buena literatura y talento exponga la miseria de los tiempos difíciles que se están instalando, hasta ahora con silencio, pero que si seguimos así van a apoderarse de las calles de las grandes urbes en señal de protesta.

Hoy, somos bastantes los que pensamos que tenemos popularidad porque salimos a hablar en público con frecuencia. El problema es, a mi juicio, que hablamos, sin pretenderlo quizás, el lenguaje de los políticos que han conseguido nuestra complicidad.

Publicado en La Vanguardia el 29-9-2011

  15 comentarios por “Dickens y los tiempos difíciles

  1. Hoy nadie lee y mucho menos libros, asi nos va, un país de indocumentados y de ignorantes, no me extraña la situación.

  2. Sr. Foix. Es bueno que las personas normales y de bién meditemos sobre la situación de la sociedad actual y sus consecuencias.

    Pero lo verdaderamente bueno, útil y necesario sería que los muy ricos y los multimillonerios y muy privilegiados por medrar a costa del poder adquirieran conciencia de la gravedad de la situación de sus demás conciudadanos y del sufrimiento, necesidades, falta de ingresos, ect.

    Pero el problema es que la mayoría, salvo honrosas excepciones, viven ajenos y barriga contentisimos con su mundo y sus privilegios.

    Y por lo tanto no les interesa cambiar la situación. Como tampoco les interesa, lo más minimo el sufrimiento y necesidades de los demás conciudadanos.

    No son solamente los muy ricos, los millonarios y multimillonarios si no también todos los que detentan el poder dentro de cada gobierno de cada nación, a los que hay que dirigir la responsabilidades, por la inacción, durante años, para solucionar las graves crisis económicas, que conducen a la misería y necesidad de una mayor parte de la sociedad. A pesar de haber estar bién informados por los técnicos economístas de turno.

  3. 28 Setembre 2011

    PRIORITATS

    Quan un vaixell està en risc de naufragi s’estableixen unes prioritatsde salvament; Els avis, els nens, els incapacitats, les dones i els últims són els tripulants, finalment fins el darrer moment roman en el vaixell el Capità.
    Peró ara que les nostres economies fan aigues els primers de rebre retallades, són són els avis, els incapacitats, els pensionistes, metges hospitals i malalts, professors,catedràtics, escoles, Universitats…
    Pregunto: I si s’ajornessin (tot retallant ) els pagaments de les nómines dels parlamentaris, senadors,jutges,militars, alcaldes, regidors policia, mossos que passaria?
    Demagógia? De cap manera és senzillament perplexitat, penso que probablement no hi entenc res i que el com s’està retallant es el que cal fer per fer-ho amb justicia i correctament, oi?

    JOAN MARTORELL I BARBERÀ
    Carretera de Terrassa, 30
    08230 MATADEPERA
    Telf 937870535
    DNI39054045E

    l’he enviat a La Vanguardia…. penso que es una opinió des del carrer, res a veure amb «llenguatge dels polítics

  4. Sr.Foix: Charles Dickens entre los años 1837 y 1839 realiza por entregas su segunda novela, Oliver Twist, expresa con claridad en ella nuestra situación actual, (ingresos menos gastos sobra un penique, alegría; ingresos menos gastos, falta un penique, tragedia). Ahora no me pregunte Vd si estas novelas son o deberían ser de obligada lectura y comprensión en las escuelas de primaria… Una comprensión que no es más que el proceso de elaborar significados a través del aprendizaje de las ideas relevantes de un texto y de la relación que se establece con otras ideas previas.

    • La novela a la que hacía referencia es David Copperfield, de Dickens y la traducción creo que es así más o menos…
      Ingreso 20 libras; gastos 19 libras, 19 chelines y seis peniques = felicidad.
      Ingreso 20 libras; gastos 20 libras y seis peniques = miseria.

  5. Lo esencial lo sigue explicando la literatura.

    «noche que tanto haces
    implorar el amanecer
    noche por favor
    llega de una vez»

    BECKETT

    No hay tiempo.
    Ya no hay tiempo.
    Pero, ¿alguna vez hubo tiempo?

    La ilusión de la vida por delante,
    se conjuga con el verbo
    de la vida por detrás.

    Y todo transcurrir no es más que un punto,
    quizá un punto extensible
    o el revés de ese punto,
    porque el tiempo es puntual.
    Un punto que a veces se desliza levemente,
    como una gota de asombro de la luz
    o un inesperado corpúsculo de sombra,
    tan sólo para justificar algo parecido a un nivel
    en el barómetro casi fijo
    que mide la presión imposible de la vida.

    O tal vez simplemente
    la presión diagonal de lo imposible.

    Juarroz
    …..

    Explican bastante el mundo actual.

  6. «… van a apoderarse de las calles de las grandes urbes en senal de protesta.»
    Ya empezaron los Indignados, no ?

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