Una era prodigiosa

La incapacidad de Sergio Ramos para contener a Leo Messi, con golpe en la cara incluido, ha puesto de relieve la pérdida de la hegemonía blanca

Ha sido una era prodigiosa para el Barça. Del victimismo endémico se ha pasado a la normalidad de ganar de forma natural, jugando bien, sin estridencias. El victimismo está ahora en el Madrid que ha visto cómo el Bernabéu es un foro habitual de las victorias del Barça. Me interesas resaltar una diferencia entre los dos colosos del fútbol hispánico. En el ámbito barcelonista las críticas son habituales, también cuando se gana. Cuando se pierde la piedad no existe para nadie. Todos los presidentes pueden dar fe de ello. El periodismo, por razones muy diversas y legítimas, no está entregado al club.

El Madrid, en cambio, cuenta con una fervorosa masa crítica de prensa, radio y televisión que se convierten en la fiel infantería de Florentino Pérez al que muy raramente le alcanzan los disparos de la discrepancia. Una cierta idea de identificar al Madrid con la España que manda, la que se cita en el palco del Bernabéu, la que no concibe que su equipo pueda ser un segundón.

El Barça de este siglo ha cambiado la historia con el hilo conductor de Messi que a pesar de los pisotones en la mano de Pepe o la bofetada de Sergio Ramos simboliza la superioridad actual sobre el Madrid. A Gerard Piqué no se le valora por lo que expresa sobre presos o sobre lo que quiera sino por haberse convertido en otra pieza clave que ha articulado una defensa sólida e inteligente. Pase lo que pase, nunca el Barça estuvo tan seguro de sí mismo. Estoy muy contento de que Sandro Rosell esté en libertad tras un incomprensible e injusto cautiverio preventivo.

Publicado en Mundo Deportivo el 6 de marzo de 2019

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