Para el día después

La Senyera, bandera oficial de Catalunya

En los años más duros de la guerra fría se contaba en Budapest un chiste en el que alguien preguntaba qué es lo peor del comunismo y la respuesta era “lo que viene después”. El futuro se inventa y el miedo no suele tenerse de las desdichas o preocupaciones del presente sino de las incertidumbres del futuro.

En sus crónicas sobre la falsificación de la historia, el ensayista historiográfico italiano Paolo Mieli recuerda cómo, a finales de 1943, cuando los alemanes intuyeron que podían ser derrotados, se difundió en Alemania una frase que era como un presentimiento: disfrutemos de la guerra porque la paz será terrible. Y lo fue no sólo en la Alemania derrotada sino en la Europa sembrada de ca­dáveres y destruida moral y materialmente.

Cada época tiene su propio discurso sobre el pasado, buscando aquella versión que mejor se pueda adaptar a las políticas del presente. Se habla más de la memoria histórica que de la verdad histórica, como le gustaba mencionar al activista cultural Albert Manent. La verdad histórica se ciñe a los errores y aciertos de todas las partes en todos los tiempos sin pretender repetir situaciones que son del todo diferentes.

Era el propio Manent, nacionalista militante y fiel pujolista, quien en los últimos meses de su vida, murió en el 2014, me hablaba de evitar las frustraciones que tantas veces habían sacudido a la sociedad y a la política catalanas. Hacer las cosas a su tiempo, dominar el calendario y prever las consecuencias de los actos es elemental en cualquier decisión de carácter público.

Estamos en plena agitación electoral, con un proceso judicial que afecta a la mitad del Govern anterior, con las habituales pugnas y navajazos para confeccionar tantas listas para el Congreso, Europa, los ayuntamientos y las comunidades donde se renuevan los parlamentos. Llegaremos al verano y el mapa político puede dar un vuelco o, en todo caso, será muy diferente.

Hay que prepararse para el día después tanto en Europa como en España y Catalu­nya. En el Parlamento Europeo, según las encuestas, van a aumentar las fuerzas extremas, más de derecha que de izquierda, que ya no quieren destruir la Unión sino cambiarla en cuestiones de principios que afectan a la dignidad de las personas y al respeto al que piensa diferente. La democracia ha de proteger a las minorías.

España y Catalunya, sea cual fuere el resultado de todas las elecciones hasta el 26 de mayo, tendrán que buscar un punto de encuentro que permita restablecer toda la confianza posible dentro de las discrepancias y desafecciones que están aquí para quedarse una muy larga temporada. Sean cuales fueren las sentencias del juicio, lo que ha ocurrido desde que Artur Mas se convirtió en independentista no ha sido positivo. ¿A quién le puede satisfacer el caos que vive Catalunya con un president que depende de Waterloo, con varios exconsellers en el banquillo de los ­acusados, más dos líderes sociales también encausados, unos cuantos políticos autoexiliados y un Parlament que está prácticamente inactivo? Pienso que a nadie, ni siquiera a los que han crecido exponencialmente en la política catalana como consecuencia de recoger cientos de miles de votos de antiindependentistas.

Los líderes del procés tendrán que aceptar que las cosas no han ido bien en Catalunya y que seguir con la confrontación con el Estado no lleva a ninguna parte. No se ha contado con el apoyo de Europa ni de las democracias occidentales, no se ha conseguido una mayoría social suficiente para dar el paso de la ruptura con España y, sobre todo, como se está demostrando en el juicio, no había un plan realista para poder llevarlo a cabo con un mínimo de garantías. El Estado tendrá que admitir también que no supo gestionar políticamente un conflicto que no podía acabar en los tribunales.

Rajoy no pensaba que los independentistas llegarían tan lejos y el soberanismo no calculó que el Estado reaccionaría con todos los instrumentos que tiene a su alcance para evitar una secesión unilateral. Personas con tanta experiencia jurídica como el exmiembro del Tribunal Constitucional Carles Viver Pi-Sunyer sabían que el célebre libro blanco por él impulsado no tenía nada que ver con la fórmula de la desconexión del franquismo, de la ley a la ley, que se pretendía impulsar en Catalunya. Se confiaba en que Europa se decantaría a favor de la independencia catalana pensando que la ruptura de la legalidad sería aceptada por la presión de las multitudinarias manifestaciones.

Lo primero que habría que hacer en el día después, en mi opinión, es restablecer las complicidades internas en Catalunya para que, por lo menos, las instituciones funcionaran con las reglas de juego compartidas. También hay que devolver al Parlament la función de ser el centro del debate nacional. Las crisis se discuten y se resuelven en el Parlamento, como se está demostrando estos días en Westminster. Ver, en definitiva, cuál es el lugar de Catalunya en Europa y en el mundo sabiendo que, hoy por hoy, la ruptura unilateral es imposible. Tomando prestado el título de La conjura de los irresponsables del libro de Jordi Amat hay que huir de los actos inútiles aunque puedan parecer heroicos.

Publicado en Pel 6 de marzo de 2019
 

  10 comentarios por “Para el día después

  1. No soy independentista ni de esta hornada ni creo que de ninguna. Me gusta sumar y multiplicar. Restar y dividir no me pone.
    Si uno vive en Barcelona y esta medianamente al loro de lo que pasa, ni queriendo se puede zafar del juicio (y alrededores) del «pruses».
    Incluso puedo confesarles que me he visto en directo distintas partes del juicio en el TS.
    Aun y con toda la artilleria judicial y el aparato del estado no haran mella en el bloque secesionista y cual hidra multitesta el movimiento independentista seguira y seguira aunque vayan encarcelando a sus cabezas visibles.
    No nos conocen, no conocen a los catalanes independentistas pero tampoco nos conocen a los catalanes que no somos independentistas.
    LLegado este punto es cuando veo que no veo salida a tot plegat.
    Si, es la Conjura de los Irresponsables. Responsables, unos y otros, de este marasmo.

    • dogbert, por mi parte también soy idem, de todo, absolutamente de todo lo que nos dices, tan talentudo, concienzudo y real.

      » Si, es la Conjura de los irresponsables. Responsables, unos y otros, de este marasmo. »

      También pienso que todo empezó en 1714, cuando el Rey Felipe V, promulgó el decreto de nueva planta, suprimiendo a rajatabla los Fueros de toda la corona de Aragón.

      Alterando por la fuerza, del citado decreto, la verdadera unidad de España, creada, allá por el año 1495 ó antes, con el casamiento de los Reyes Católicos, Fernando de Aragón-Cataluña e Isabel de Castilla-Leon.

      Donde eran respetados, los fueros, las leyes y las costumbres de cada Reino, dentro de la unidad de España, hasta el año 1714 con el decreto de Nueva planta, impuesto por Felipe V.

      Imponiendo por la fuerza del poder, la lengua castellana, como la lengua oficial única de España. Que fué llamada español.

      Y el idioma catalán ó latin vulgar, ya usado en la Roma imperial, fué prohibido y menospreciado, su valor de lengua franca, usada en todo el Mediterraneo durante la edad media. Por ejemplo: La lengua de Rumanía contiene en su vocabulario mas de 2.000 palabras del catalán e incluso algunos Rumanos, dicen que son 4.000 palabras.

      En fin la unidad pacifica y querida de España, S.A. volvió a romperse el año 2010 con el cepillado del nuevo Estatut de Cataluña, después de todo el proceso de su tramitación, refrendo y aceptación por el Parlament de la Comunidad de Cataluña, del Parlamento de España y de la aceptación por el Senado Español.

      Pero todos estos legisladores, fueron, presuntamente anulados por la decisión votada por los 10 ó 12 miembros Juristas del Tribunal Constitucional en su interpretació y aplicación de las Leyes creadas en su día, por los porpios Legisladores citados. Pero sus ilustrisimas, inatvertidamente y sin culpa, alteraron por 2ª vez, la unidad de España de buena fe, sin proponerselo.

      Pues Cataluña y dentro del Reino de Aragón, se sintió fristrada y burlada por 2ª vez.

      En fin, dogbert ahí dejo lo que a mi me parece la realidad y la explicación del ¿ Porque ? de Cataluña dentro de la Corona de Aragón, durante 300 años. Y que conste que no soy ni catalanista, ni castellanista.

      Pues solo soy y me siento un ser humano, igual que los demás seres humanos. a

  2. Si el problema grave es de desconfiaza, los medios de Cat siguen con la confrontación, otros poniendo en duda la justica, otros la democracia…Pero al seguir los mismos politicos «del desatre» tanto de un lado como en el otro, al no existir regeneración, al no existir dimisiones…hay que votar a los mismos ? asi seguimos con los mismos esquemas ? con los mismos laberintos? Hasta que no se asuman responsabilidades politicas, poco avanzaremos.

  3. Sobre el juicio del pruces:
    Dijo Esquilo que la primera víctima de la guerra era la verdad. Por suerte no estamos en guerra pero la división de la sociedad, sobre todo en Catalunya, es tal y tan radical que cada bando cree que lo que afirman los «suyos» es bueno y cierto. Y malo y falso lo que dicen los «otros» . Intelectualmente es desesperante.

    • Tiene razón en lo que usted dice. La verdad se manipula según intereses, esa es la condición humana: la tendencia a leer, ver y creer lo que confirma nuestras ideas y emociones. Dudar es una tarea difícil, implica cuestionarse primero a uno mismo y después a los otros; pensar y ser escéptico, esto es difícil para nuestro cerebro pero es imprescindible para ser una persona con criterio propio.

  4. Muy recomendable la lectura del libro de Jordi Amat, de una lucidez rara avis hoy en día. Puede que ya no haya marcha atrás, el poder político está más en la calle que en el Parlament. El diálogo parece imposible, ya que es o yo gano y tú pierdes. Hay mucha desconfianza, y cómo se le dice a mucha gente: de lo dicho nada por ahora.

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