
El estilo del Barça no es una foto fija grabada en el imaginario colectivo. Cada entrenador impone sus criterios. Hansi Flick tiene el suyo.
Ganar jugando bien es el sueño de cualquier entrenador. Da la impresión de que Hansi Flick es inmune a las adversidades. Se acomoda a la baja temporal de Lamine Yamal, se muestra impertérrito por tener el apoyo de menos de 6.000 aficionados en el estadio miniatura Johan Cruyff, resiste los rayos y truenos de una tormenta colosal y dispone de su plantilla como si jugara una partida de ajedrez. Mueve peones, torres, caballos, alfiles, damas y reyes en función de las circunstancias.
Ha dicho que el talento gana partidos pero la disciplina consigue campeonatos y quien no lucha por el equipo no puede ganar con el equipo.
El estilo del Barça no es una foto fija grabada en el imaginario colectivo. Todo técnico, desde Helenio Herrera hasta Xavi pasando por Cruyff, Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova, Luis Enrique, Valverde y Flick, han ganado títulos con estilos y entornos diferentes. También con presidentes muy distintos.
El barcelonismo está feliz porque tiene confianza en la manera en que Flick administra los egos de los pequeños y grandes genios de que dispone. Las rotaciones dan magníficas oportunidades a Fermín, Olmo, Ferran Torres y han exhibido a un Rashford en Europa con dos goles espectaculares contra el Newcastle. Lewandowski atesora calidad y experiencia pero ya no es imprescindible. Pedri, Joan Garcia, De Jong, Koundé, Eric y Raphinha son, por ahora, pilares fijos.
Las individualidades marcan la diferencia pero el activo que está construyendo Flick es lo más parecido a una coral que puede interpretar todo tipo de piezas. La temporada es muy joven pero hasta hoy el alemán ha sabido esquivar los imponderables internos y externos.
Publicado en Mundo Deportivo el 23 de septiembre de 2025



