
Europa se encuentra atrapada entre la hostilidad bélica de Putin y la indiferencia explícita de Trump. (Foto: Lukas Coch/AAP/dpa / Europa Press)
Le preguntaron a Georges Clemenceau, primer ministro de Francia al final de la Gran Guerra (1914-1918), qué diría la historia sobre el conflicto. No lo sé, respondió, pero lo que la historia no dirá es que Bélgica invadió Alemania.
Sostener que Ucrania empezó la guerra contra Rusia en febrero del 2022 lo puede proclamar Trump las veces que quiera. Pero la historia no le hará caso porque es mentira. Como tampoco es cierto que la justificación de Putin para invadir el país vecino era para “desnazificar Ucrania” cuando su presidente es judío.
Zelenski es un presidente democráticamente elegido en el 2019 con un 73% de los votos. Las circunstancias de la guerra han impedido unas elecciones, pero, ante la insistencia de Trump y de Putin, dijo el martes que estaba dispuesto a convocarlas. Nadie pretende prolongar la guerra más larga en Europa desde la que derrotó a Hitler en 1945.
Las complicidades entre Trump y Putin para acabar con la guerra de Ucrania serían aceptables si no estuvieran basadas en mentiras, una corriente muy generalizada en lo que el historiador neerlandés Johan Huizinga llamaba “esa indiferencia a la verdad que se observa en todas partes”.
Además de terminar la guerra en los términos planteados por Rusia, Trump y Putin tienen en común debilitar y despreciar la idea de una Europa fuerte que sale precisamente de las peleas mundiales que incubaron las dos guerras mundiales del siglo pasado. Un comentarista ruso ha manifestado que la guerra no era contra Ucrania, sino contra Europa.
En el documento de la Seguridad Nacional Estratégica prologado por Trump se reintroduce la doctrina Monroe, “América para los americanos” y se dibuja un giro estratégico alejándose de Europa como prioridad principal. Trump y Putin, partiendo de supuestos falsos sobre las causas de la guerra en Ucrania, coinciden en señalar a Europa como una potencia democrática insignificante.
¿Cómo puede reaccionar Europa si se corta el cordón umbilical estratégico con Estados Unidos? Priorizando las industrias estratégicas, preparándose defensiva y anímicamente para responder a los envites y creando la energía propia para ser fuertes económicamente. El contexto global ha cambiado y Europa no puede quedarse dormida.
Publicado en La Vanguardia el 11 de diciembre de 2025



