
Las sesiones de control al gobierno siempre son ásperas y broncas. Los gritos y los insultos son frecuentes. Lo son en todos los parlamentos democráticos donde las respuestas rápidas, sarcásticas y demoledoras demuestran la habilidad dialéctica de los gobiernos y de la oposición. Luis Carandell escribió un magnífico libro en el que combina la observación…








