La película The Artist como metáfora

En 1927 se estrenó la primera película con secuencias sonoras sincronizadas. El Jazz Singer era un musical americano que se estrenó en Nueva York y enterraba solemnemente el cine mudo. El cambio de formatos no fue inmediato y el gran público siguió un cierto tiempo con el hábito de asistir a las salas de cine gesticulado. Hasta el punto que Charlie Chaplin, ya en 1931 y en plena depresión mundial, dijo que sólo daba seis meses de vida al cine sonoro.

Escena de The Artist

El gran Chaplin se equivocó como se equivocan cuantos han dado la espalda al progreso a lo largo de los siglos. La película The Artist muestra magistralmente cómo el mejor artista de cine mudo del momento es arrollado por el fenómeno de los talkies, los que hablan, y de la gloria más alta cae a la miseria más humillante.

El cine empezaba a caminar por los grandes impactos comerciales hasta crear una de las industrias más influyentes y rentables de Estados Unidos que se asentaría en Hollywood donde todavía hoy se producen las grandes obras cinematográficas que llegan a todos los rincones del planeta con una influencia social, política y económica muy notables.

La película tiene un gran interés en sí misma. Recrea el incipiente mundo del cine pero, sobre todo, exhibe el ambiente previo a la crisis de 1929 y las consecuencias que tuvo en la ruina de grandes fortunas como es el caso del actor Jean Dujardin que tuvo que subastar hasta sus pertenencias más íntimas y personales para poder comer y beber.

Mientras pasaban las secuencias en silencio, con una música nostálgica y evocadora, se me ocurrieron algunas semejanzas entre aquel mundo que era destrozado por la crisis y la depresión y el que ahora vemos sacudido con una inestabilidad económica y política globales no menos potente. Las crisis destruyen lo viejo y aportan vías para construir un futuro distinto con la incertidumbre que todo cambio comporta. Caían viejos y reconocidos mitos y nacían otros.

Igual que hoy. La crisis que estalló en 2008 ha venido con instrumentos adecuados para superarla. Me refiero a las nuevas tecnologías, a la revolución digital, a la socialización de la comunicación y del conocimiento, a las exigencias de los ciudadanos globales para que haya más transparencia y más decencia en las cuestiones que afectan al interés público.

No sabría decir si la crisis ha creado la revolución tecnológica o al revés. Qué más da. Ver The Artist con la perspectiva del tiempo es una interesante metáfora de cómo las viejas formas de trabajar, comunicarse, informarse y saber han sido superadas por otras más sofisticadas y útiles. Esta revolución, en sí misma, es neutra y cada uno sabrá hacer el uso que más le interese. La diferencia entre los años treinta y ahora es que hoy el cambio viaja a una velocidad incontrolable.

Publicado en La Vanguardia el 1-2-2012

  8 comentarios por “La película The Artist como metáfora

  1. Es obvio que cuando ves la peli piensas en las famosas nuevas técnicas, que no tecnología, pero este discurso es anterior a la crisis-crisis. Lo que ha demostrado precisamente la C., llamemósla como se merece, con mayúsculas, sin nombre y con un punto final, es que precisamente que no sirve nada de lo anterior, por otra parte, como debe ser.

  2. Sr.Foix: Ya hablamos en su día que criticar a Putin nos traeria problemas, como no puede mandarnos a Siberia nos ha enviado una ola de frio siberiano…

  3. Las crisis sólo adquieren un sentido descifrable a posteriori. Con los años, con los decenios, con los siglos incluso, se producen los análisis históricos a cuya luz y perspectiva cobran sentido las crisis. Intentar entrever los porqués y las claves de las crisis a tiempo real es tarea vana. Se me dirá, quizá, que alguna vez personajes excepcionales, genios tal vez, han sido capaces de anticiparse a su tiempo y predecir el sentido de una crisis. Soy escéptico al respecto; si alguna vez a sucedido algo parecido, lo atribuyo más a la casualidad que al genio.

  4. Francamente, me ha gustado su valoración crítico-histórica de THE ARTIST, pues evoca el cambio que supuso el cine sonoro para el Séptimo Arte silente, además de retratar toda una época de crisis económica y de evolución tecnológica, análoga a la actual.
    Sí, Charlie Chaplin se equivocó en su defensa del cine mudo; pero supo rectificar en 1940, realizando sonora THE GREAT DICTATOR, película promonitoria y reflejo de otra crisis política internacional.
    Gracias por sus documentados y agudos artículos, Sr. Foix.
    Le saluda muy cordialmente

    J. M. Caparrós Lera
    Catedrático de Historia Contemporánea y Cine (UB)

  5. Sr. Foix: Repito lo que siempre digo.

    ¡ Mucha informática, mucho internet con su velocidad de transmisión instantanea de un lugar a otro del globo, y de toda clase de datos, imagenes, films, documentos, ordenes y también muchos robots que lo hacen casi todo, pero el pan aún hay que sudarlo !

    ¡ No ha cambiado tanto la lucha por la supervivencia del ser humano !

    Lo

    • P.D. Ha ocurrido que se ha colgado mientras escribía.

      Prosigo y acabo.

      Lo que si ocurre es que los grandes gangs organizados de la ingeniería financiera se sirven de Internet para alterar continuamente la cotización de las bolsas de todo el mundo globalmente a su favor.

      Y hasta el momento todo les ha favorecido debido a una época de espejismo de falso progreso que hemos vivido.

      Pero aún quien duerme la siesta del panzacontentismo y no tiene prisa en provocar un cambio drástico, severo y espartano de nuestras costumbres y malos habitos.

      Porque ahora, repito: Estamos en época de recoger y no de ir tirando. Volvemos a la época de los remiendos y de los aprovechamientos.

      La respuesta a cuando nos preguntan ¿ Que tal como estás ? la respuesta es y deberá ser ¡ Voy recogiendo ! en lugar de decir ¡ Voy tirando !

      Que al fin y al cabo es lo que veníamos haciendo. ¡ Ibamos tirando !

  6. Sr.Foix: El problema es que la velocidad incontrolable actual es marcha atrás, por lo demás el silencio que se observa en la calle ultimamente es premonitorio del momento que vivimos, no hay sonrisas, hay miedo en la cara de las personas, desconcierto, alguien debería empezar a inyectar algo de optimismo, pero rápido…

    • Pero que sea alguien con un mínimo de credibilidad Bartolomé, no todo el mundo sirve para crear ese optimísmo.

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