Laura Borràs en Westminster

Los debates en la Cámara de los Comunes son más dramáticos de lo habitual desde que la oposición pide la dimisión de Boris Johnson por haber mentido sobre varias fiestas organizadas en Downing Street durante la pandemia. Con una dialéctica encendida se arrojan las palabras unos a otros sin piedad. Gritan, gesticulan, entran y salen de una sala que no tiene asientos para todos, callan cuando el speaker pide orden o que alguien retire un insulto. Hacen política con la palabra y con las ideas contrapuestas de los diputados. El Parlamento es el respiradero de la vida nacional donde se puede decir todo.

Seguir esos debates en directo por la BBC se convierte en un espectáculo divertido pero también pedagógico. Es en el Parlamento donde se hace la política porque es la representación más directa de los ciudadanos y el lugar más idóneo donde se ejerce el control al Gobierno.

Mientras aquí Laura Borràs, la presidenta, pretende suspender toda actividad parlamentaria, en Londres se celebran sesiones dialécticamente explosivas para intentar echar al primer ministro, al que se acusa de engañar a los británicos.

He seguido centenares de sesiones en la Cámara de los Comunes, en un tiempo presencialmente y ahora por televisión. Se trata de que todo grupo o diputado pueda decir lo que quiera. Fue un ataque de gran sutileza el de Theresa May, predecesora de Boris Johnson, cuando dijo cómo era posible que un gobierno no cumpliera las leyes que él mismo había aprobado. Le pedía que se fuera. Diputados conservadores se pronunciaron en contra de Johnson y los nacionalistas escoceses pedían su dimisión sin más. Es un Parlamento muy reglado pero muy libre, abierto, controvertido y casi siempre pintoresco.

No me imagino a Laura Borràs controlando aquel gallinero de voces aparentemente enloquecidas. No podría suspender las actividades de la Cámara. Se reirían de ella. En términos democráticos y parlamentarios es inaceptable que la presidenta del Parlament se avenga a suspender las reuniones previstas en la Cámara porque los partidos que representan la mayoría han abandonado las dependencias. Tenemos un Parlament rígido e incapaz de dar curso a las posiciones plurales que representan a la sociedad catalana. La presidenta hace más de juez que de árbitro.

Publicado en La Vanguardia el 4 de febrero de 2022

  7 comentarios por “Laura Borràs en Westminster

  1. No se como los políticos no perciben que los gestos grandielocuentes, casi histriónicos, pueden resultar ridículos, sabiendo, además, que no sirven para nada. No voy a pedir la dimisión de Borràs como estan exigiendo algunas personas, pero una retirada a tiempo seguro que la favorecería.

  2. LAURA BORRÀS I PAU CASALS NO ESTÀN A WESTMINSTER

    1.- Laura Borràs i Pau Casals (1876-1973) no estàn a Westminster. La presidenta de l’assetjat Parlament està a Barcelona, Catalunya. Una nació catalana en que s’imposa el sistema judicial espanyol desacreditat a la Unió Europea i la repressió contra el moviment per la independència de Catalunya (2009-2021). Així es demostra en el llibre “Causa general” del periodista Jordi Panyella.

    2.- L’autor cita unes paraules de Borràs. “Cap tribunal, ni cap presó, ens farà renunciar a les nostres idees” va proclamar des del micròfon de la presidència del Parlament, lluint a la solapa de la jaqueta una gran papallona de color groc.

    3.- Laura Borràs no ha suspès cap activitat parlamentaria, diguin el que diguin els de VOX i similars. L’activitat del Parlament va ser alterada i suspesa degut a l’aplicació del 155 gràcies a un pacte PP / PSOE amb el suport de partits amb adn franquista com Cs i VOX. L’activitat del Parlament també ha estat alterada ara per una decisió de la Junta Electoral Central que pren l’escó al diputat Pau Juvilla, malalt de càncer, elegit pel poble, i malgrat que la JEC no és un tribunal, que la seva decisió ha estat recorreguda i que no hi ha sentència ferma.

    4.- Tan de bo el Parlament de Catalunya fos com la Cambra dels Comuns del Regne Unit. Tan de bo la vigent legislació espanyola respectés els drets de tots els diputats, la seva llibertat d’expressió, la voluntat dels catalans expressada les urnes, les crítiques a la Corona…

    5.- Laura Borràs s’ha fet seves diverses vegades les paraules de Pau Casals a les Nacions Unides (24 octubre 1971). Aquest un extracte del discurs: “Jo sóc català. Catalunya és avui una regió d’Espanya, però què ha estat Catalunya? Catalunya ha estat la nació més gran del món. Jo us n’explicaré el per què. Catalunya va tenir el primer Parlament, molt abans que Anglaterra. Catalunya va tenir les primeres Nacions Unides. Al segle XI totes les autoritats de Catalunya es van reunir en una ciutat de França, aleshores Catalunya, per a parlar de pau, al segle XI. Pau al món i contra, contra, contra les guerres, la inhumanitat de les guerres. Això és Catalunya”.

    Potser avui, Pau Casals si fos diputat del Parlament es quedaria sense escó per decisió de qualsevol tribunal espanyol.

  3. Una radical, como Laura Borràs, no puede ser presidenta de un Parlament. Más que sevir a los ciudadanos, los partidos colocan a sus servidores en puestos clave. Como en este caso.

  4. Sr. Foix:

    Al menos en mi caso, me ayudaría que nos facilitara el medio para poder ver esos debates en la BBC. En la plataforma que tengo hay un canal BBC pero no he podido ver, o no sé como hacerlo, esos debates.

    Gracias

  5. En Londres se reirian de Laura Borras. Aqui ella se rie de todos nosotros.

    • Tiene razón Sr. Dogbert

      La presidenta del parlament se debe a todo el pueblo catalán no a su partido y a la coalición que gobierna. Esto ya lo hemos visto antes, resulta cansino y desmoralizador. La moral de una sociedad es muy importante ¿Qué hacen para mejorarla? ¿Cuándo explicarán a todos los catalanes y catalanas como conseguirán su objetivo con los costes asociados para que tengamos más criterio político? ¿En la situación mundial actual qué es posible y que no lo es? O simplemente se espera un golpe de suerte?

    • Una radical, como Laura Borràs, no puede ser presidenta de un Parlament. Más que sevir a los ciudadanos, los partidos colocan a sus servidores en puestos clave. Como en este caso.

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