Las palabras y las bombas

Las declaraciones de Putin sobre Borrell son irreales, ucrónicas, banales. Existe otra Rusia, callada y reprimida, que no es la que representan Putin y sus vasallos.

Un gran conservador como Edmund Burke, inspirador del pragmatismo británico, decía que olvidar la historia es abrir la puerta al disparate. Depende, claro está, de cómo se utilice la historia. Vladímir Putin se ha remontado a la guerra civil española para decir, sin inmutarse, que si Josep Borrell, el alto representante de la UE, hubiera vivido en aquellos días, habría cogido las armas, pero al lado de Franco.

El presidente ruso respondía a unas declaraciones en las que Borrell se había referido a la Rusia fascista. En tiempos de guerra no solo peligra la verdad, sino que desaparecen los matices y, por supuesto, el sentido del humor. Las palabras y el relato pueden ser tan mortíferos como las bombas.

George Orwell escribía en su obra 1984 que “el que controla el pasado controla el futuro y el que controla el presente controla el pasado”. Enigmática frase para resumir cómo la historia es utilizada para justificar las políticas actuales. Decía ayer Marta Rebón en estas páginas que tanto Gorbachov como Putin miraron al pasado: el primero para pasar página y el segundo para quedarse atrapado en él. La guerra de Ucrania es justificada en un pasado que ya no existe y que no volverá. La Rusia imperial, zarista, bolchevique o de Putin, es cosa vieja y su futuro, impredecible. El discurso de Putin y la manera cómo ha planteado la guerra es rancio, colonial, antiguo, incluso en cómo ha desplegado la ocupación armada de Ucrania.

En su homenot de Prat de la Riba, decía Josep Pla que la historia de ayer, los hombres de ayer, no pueden ser resucitados con la historia de hoy, las ideas de hoy y con los hombres de hoy. Sería una incorrección imperdonable que la historia fuera tratada con los criterios del romanticismo.

Podríamos quedar todos atrapados en nuestros propios fantasmas imaginarios, fruto de interpretaciones ucrónicas como las referidas a Borrell o la de pensar que más allá de Putin no es posible una Rusia moderna, abierta y libre que ha producido genios en la literatura, la música, la resistencia al autoritarismo y también la que fue decisiva para vencer al nazismo. Esta Rusia existe, callada y reprimida, y no es precisamente la que representan Putin y sus fieles servidores.

Publicado en La Vanguardia el 9 de septiembre de 2022

  1 comentario por “Las palabras y las bombas

  1. En le úlimo parrafo el Sr. Lluis Foix, nos deduce la respuesta ó opinión sobre su artículo de hoy,

    Por mi parte lo acepto todo y digo ,,, no more comment.,

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