En aquellas lejanas noches en las que el inefable José María García hacía política hablando de fútbol, se solía oír una de sus célebres sentencias: “El rumor es la antesala de la noticia”. Tuvo gran éxito destripando a los que consideraba un peligro para el fútbol o para el país.
El rumor es puesto en circulación sin que se verifique su veracidad. Debatir sobre rumores es tan peligroso como inútil. Puede ser cierto, falso o una mezcla de medias verdades y mentiras aparentemente creíbles. Los bulos suelen ser una expresión fabricada deliberadamente para engañar, manipular o confundir.
La mentira ha atravesado los siglos con total impunidad. Hace dos días, por ejemplo, Donald Trump dijo que Zelenski había empezado la guerra en Ucrania. Es una mentira. La verdad no merece una consideración especial en estos tiempos rápidos. He leído recientemente que dentro de diez años la mitad de las noticias que circulen por la masa crítica de la información serán falsas. El periodismo solvente tendrá que desbrozar la realidad purgándola de las falsedades evidentes. Sobrevivirá.
Pienso que los ciudadanos del futuro se dividirán entre los bien informados y los informados por rumores, mentiras y medias verdades. Los bulos son el lado oscuro de la democracia y de la convivencia cívica.
El fenómeno no es nuevo. Pero ahora son millones los ciudadanos del mundo que pueden fabricar bulos, mentiras y rumores. El escritor Balzac, bajo el ministro Polignac en 1839, denunciaba la “sociedad funeraria”, las costumbres de catafalco, la ausencia de toda franqueza, de toda verdad, de toda pasión y de toda racionalidad.
Los políticos mienten sin escrúpulos. Aznar en la guerra de Irak y Sánchez con sus promesas incumplidas. Trump y los cerebros del Brexit admitieron en el 2016 que habían mentido, pero que lo importante es que habían ganado.
La democracia es un régimen de opinión que analiza la realidad desde perspectivas distintas. Lo más corrosivo, afirma Timothy Snyder, son las mentiras pequeñas, no comprobadas, que alimentan estados de opinión que no responden a hechos reales. Y entonces es cuando llega la confusión de confusiones, el miedo y el caos. Se abre paso a las teorías conspirativas.
Publicado en La Vanguardia el 17 de abril de 2025
Sr. Foix,
Acabo de ver «The Monsters are Due on Maple Street» de la mítica serie The Twilight Zone de 1959. Echelé un ojo!
«Los políticos mienten sin escrúpulos. Aznar en la guerra de Irak y Sánchez con sus promesas incumplidas.»
Perdone pero no es lo mismo una primesa incumpida que una mentira
Bien cierto lo que afirmas. En este caso concreto: CONFUNDIR a los que lo leemos. Hay quien va a dejar de leer al «amigo americano»
Tots plegats, mienten mas que hablan.
En nada nos pensaremos que somos de la parte de los bien informados i res de res.
A la deriva y al mando un puñado de botarates.
Dijous Sant.
Ciertamente, bilateral era la guerra que en Ucrania había desde hacía años: del gobierno de Zelenski contra minorías rusas, y recíprocamente secesionista obra de éstas contra el gobierno central.
Tendencioso es comoquiera casi todo lo que Tymoty Snyder tiene escrito acerca de Ucrania aun cuando da pinceladas interesantes acerca de pensadores rusos tales cuales Dugin, pinceladas adversas que paradójicamente invitan a leerlos.
Había guerra en Ucrania desde hacía años cuando aconteció la invasión Rusa, guerra de Zelenski contra regiones mayoritariamente rusas incumpliendo lo pactado en Minsk, incumplimiento premeditado según Mérkel misma.
Todo un dechado en lo que a tergiversaciones acerca de historia respecta es Tymoty Snyder, por lo demás.