Cumbre en Alaska sin Ucrania

Un encuentro para detener la guerra en Ucrania es bienvenido aunque lo protagonicen personajes tan distintos y tan parecidos como Donald Trump y Vladimir Putin. Ni en el primer mandato ni en la mitad del segundo, han salido ataques entrecruzados entre ambos. La deriva autoritaria de Trump casa con el autoritarismo tiránico de Putin.

La cumbre de Alaska del 15 de agosto es positiva porque se trata de detener la muerte absurda de cientos de miles de soldados rusos y ucranianos que han fallecido en actos de combate en más de tres años de guerra entre Rusia y Ucrania. Aunque no participe Volodimir Zelenski, el principal afectado en nombre del país invadido y atacado.

Ha sido la guerra más cruenta y más larga en Europa después de la derrota del nazismo por parte de los aliados occidentales y de la Unión Soviética de Stalin. A Trump le interesa detener el conflicto tras haberse comprometido en terminarlo en 24 horas tras ser investido presidente. Se le ha metido en la cabeza que puede obtener el premio Nobel de la Paz y los gestos son incesantes para presentarse como un presidente que por una parte se pelea con sus aliados y al mismo tiempo busca complicidades con los que han estado fuera de la órbita occidental.

El jurado del premio Nobel de la Paz ya hizo el suficiente ridículo cuando concedió el premio a Barack Obama cuando no llevaba ni un año en la Casa Blanca y no haber hecho nada por la paz mundial.

A Putin le interesa parar la sangría humana, militar, económica y política en Ucrania en una guerra que se empezó a incubar en el mismo momento en que se desmoronó la Rusia zarista, la soviética y el dominio por parte del Kremlin de todos los pueblos que lindan con las fronteras rusas. Fue un general del reinado de la zarina Catalina II el que dijo que Rusia no estaría tranquila hasta que a los dos lados de la frontera no hubiera soldados rusos.

No se sabe la agenda de Alaska. Pero Trump ha insinuado que Zelenski tendrá que ceder territorios ucranianos, Crimea por supuesto, a parte de las cuatro provincias del Donbass que están ocupadas hoy por tropas rusas.

Las guerras no suelen ser por ideas sino por el control de territorios. Es raro el conflicto que no comporte la ocupación de tierras ajenas.

En la ecuación de Alaska falta la tercera parte de la ecuación. Sin Ucrania no puede haber paz duradera por mucho que Trump y Putin lleguen a acuerdos más o menos aceptables por las dos partes. Sin Ucrania es improbable que se alcance un acuerdo estable.

Los cientos de miles de muertos, la emigración y deslocalización de millones de ucranianos no se olvidan porque el atacante ruso y el mediador norteamericano decidan la paz sin contar con Ucrania. La paz por territorios será difícil que la acepte Zelenski o quien sea su sucesor. A no ser que Putin consiga la solución bielorrusa, con un títere del Kremlin gobernando en Kyiv.

Lo que no dicen en la Casa Blanca es que Putin no acepta un alto el fuego que no comporte la sumisión directa o implícita de un país que formó parte de la Rusia eterna durante siglos.

Lo más extraño de toda la apariencia diplomática de Alaska es la ausencia de los países europeos en la resolución de un conflicto que afecta directamente a la seguridad continental. Trump no ha querido contar con Europa y Putin quisiera que el concepto mismo de la Unión Europea desapareciese del mapa de la geopolítica global. Pedro Sánchez y Emanuel Macron no aceptan que Ucrania esté el margen de las negociaciones.

El fantasma de Munich 1938 flota en el ambiente. Si Putin consigue quedarse con toda o parte de Ucrania las posibilidades de que perturbe la seguridad en los países bálticos, en Polonia y en todas las fronteras de tierras que fueron zaristas, soviéticas o bajo el control del Kremlin a través del Pacto de Varsovia, son grandes.

El problema es que la guerra de más de tres años en las llanuras ucranianas no la ha ganado ni perdido Putin ni Zelenski. Ucrania es más fuerte miliarmente de lo que se esperaba y Rusia, más débil de lo que parecía. Trump no hace política sino negocios y Putin es un dictador que quiere anexionar una tierra que no es suya.

  2 comentarios por “Cumbre en Alaska sin Ucrania

  1. Yo creo que la reunion de Alaska hara ganar muchos puntos para el Nobel de la Paz a los dos estadistas(?). Lo de Obama ya dejo este premio a nivel de letrina.
    Zelenski tiene que irse preparando para acudir a castings de lo suyo.
    Un poco de teatrillo tots plegats y a otra cosa.
    Que pena todas las vidas y haciendas perdidas.
    No anem be.

  2. Los EEUU han dejado de ser un aliado de la UE. Es un hecho. Ni bueno ni malo, un hecho. Cuando los hechos cambian… No solo a Putin le gustaría que desapareciera la UE. Incluso dentro de la UE hay paises que patecen desearlo. El Reino Unido se fue. Otro hecho, no están en la UE ni les interesa como entidad politica. Estamos solos y tenemos miedo. No sabemos decir no.

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