
Por caótica que sea su gestión en el Barça, si el equipo gana y juega bien, puede ganar las próximas elecciones. Depende de los resultados.
El motor invisible que sostiene a Joan Laporta son las emociones derivadas del buen fútbol que ha construido Hansi Flick desde que llegó al Barça, de la hegemonía del equipo femenino y de la resignación de socios y aficionados ante la desconsideración con la que son tratados por una junta directiva que simplemente no cuenta con ellos. Si los resultados son favorables hasta la celebración de las elecciones del segundo trimestre de 2026, no hay estropicio que pueda frenar una renovada victoria de Laporta.
No importa que la vuelta al Camp Nou sea aplazada más veces o que la deuda del club se multiplique hasta alcanzar la insolvencia financiera. O que el socio se convierta en un residuo terminal de un pasado ya lejano. Si las emociones se mantienen vivas en los jugadores y en la afición, este Barça va a cambiar su fisonomía sin que se note mucho hasta que el cambio irreversible se haya producido. Para ello se precisa que los jóvenes de La Masia, una herencia del pasado, se diviertan jugando, no se aburguesen y ganen títulos. El factor humano será decisivo.
Que no se estropee Lamine Yamal. Sobrevolar Croacia en helicóptero puede ser demasiado emocionante para un joven de 18 años. Flick ha demostrado saber tratar a un plantel que ha mantenido el prestigio del Barça en la Liga y en Europa. Pedri, Raphinha, Cubarsí, Ferran Torres, De Jong… no son versos sueltos sino que han demostrado su capacidad para formar un gran equipo ganador. Como en aquellos tiempos de Messi, Cruyff, Kubala y Samitier.
Publicado en Mundo Deportivo el 14 de octubre de 2025




Laporta hasta que el quiera porque a la oposicion ni se la ve ni se la espera. Al igual que a pedrito_el_guapo le pasa lo mismo enfrente o tiene un yermo o tiene un muermo.
I_el_zozi? El zozi Sr. Foix que es possi, possis, tranquil. I prenguis la mida pel casc al entrar al novissim estadi.
Turkish delices.
A la vida la gent canvia de parella, de religió i fins i tot de nacionalitat, però mai d’equip de futbol, i menys encara si els resultats acompanyen.