Convivencia y perdón

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe

El siglo pasado fue atravesado por la muerte, el mal, la humillación de los vencidos y, en algunos ­casos, por la expresión pública del sentido de la culpa y la petición de perdón. Se cumplen 70 años del fin de la Guerra Mundial. El imperio japonés fue el ­último en rendirse tras las dos bombas atómicas, arrojadas por órdenes del presidente Truman, que destruyeron las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. El mal perpetrado por las guerras de todos los tiempos es irreparable, tanto por el daño causado entre beligerantes como por la humillación y la muerte de personas que nada tenían que ver con el conflicto.

El discurso del viernes pasado del primer ministro japonés, Shinzo Abe, fue seguido con atención por China y Corea del Sur que fueron víctimas de la invasión y agresión del imperio japonés que causó 15 millones de muertos chinos, la mayor pérdida de seres humanos de la Segunda Guerra Mundial, después de la Unión Soviética. Desde 1937 a 1945 los japoneses invadieron parte de China, Corea y varios países del Sudeste Asiático llegando al control de Filipinas.

El discurso de Shinzo Abe no tenía el espíritu de la genuflexión de Willy Brandt en Varsovia en 1970 ante el monumento a las barbaridades de los nazis cometidas en Polonia. Ni tampoco respondía a las reflexiones de Helmut Schmidt que en sus memorias afirma que «la principal causa de las diferencias entre alemanes y japoneses es que a los japoneses les ha faltado el sentido de la culpabilidad».

Abe expresó «profundo pesar» sobre las acciones de su país durante la última guerra mundial. Manifestó las disculpas y las expresiones de remordimiento que han sido formuladas por anteriores primeros ministros desde que, en 1995 y en boca de su antecesor Tomiichi Murayama, se proclamó por primera vez que Japón ofrecía «disculpas sentidas» y «profundo remordimiento» por la «agresión colonial» de Japón. No apareció la palabra perdón en la boca del primer ministro que a diferencia de dos de sus antecesores ni siquiera aportó una valoración personal al hablar en tercera persona y en nombre del país al referirse al «sufrimiento insoportable» como consecuencia de la guerra.

Los conocedores de la lengua japonesa indican que hay muchas maneras de pedir perdón y que se podrían dar por válidas las expresiones que vienen a decir lo mismo de forma análoga. No es cuestión de palabras sino de actitudes que no han borrado el testimonio silencioso de millones de muertos como consecuencia de la invasión japonesa. Recuerdo un gran grito colectivo que escuché una noche al acercarme al hotel en Pekín. La selección nacional china había marcado un gol al equipo nacional de Japón.

Un ochenta por ciento de japoneses nacieron después de la guerra. Abe habló también para ellos diciendo que las futuras generaciones no tendrán nada que ver con la guerra terminada hace 70 años. Es cierto que la responsabilidad es de quien comete una acción criminal que no puede traspasarse a sus antecesores o a sus descendientes. Pero una desgracia bélica de aquellas magnitudes requiere introducir claramente la palabra perdón para ganarse, por lo menos, el comienzo del reconocimiento del agraviado. Hay que tener en cuenta que los hechos históricos pueden ser perdonados pero no olvidados.

En la portada del semanario The Economist de esta semana aparece el presidente chino, Xi Jinping, con un rifle en la mano terminado en forma de pluma estilográfica con el que se indica cómo China reescribe su pasado para controlar el futuro. A principios de septiembre se celebrará en Pekín un gran desfile militar para conmemorar el final de la invasión japonesa. No será una ceremonia solemne, sino una exhibición de fuerza como nunca se ha producido en las calles de la capital china para conmemorar el fin de la guerra.

En China no consta oficialmente que en la resistencia armada contra la invasión japonesa participaron también las fuerzas nacionalistas del Kuomintang de Chiang Kai-shek que fue derrotado por el ejército popular de Mao Zedong y se refugió en la isla de Taiwan formando un Estado separado de China. El Partido Comunista Chino, con más de 80 millones de afiliados, quiere seguir controlando el contrasentido de un capitalismo gestionado por el Partido Comunista. Incomprensible.

China exhibe su fuerza militar para demostrar su poderío económica y político. Consciente o no, pretende erigirse en la potencia supletoria de Estados Unidos en el Pacífico. Si hace falta se escribe un relato histórico alternativo. Japón se está rearmando y China mucho más. No ha habido espíritu de conciliación entre Tokio y Pekín como ha existido en Europa entre París y Berlín. Una de las razones de esta hostilidad de fondo es no haberse puesto de acuerdo en los hechos ocurridos, no aceptarlos ni haber pedido perdón por los agravios cometidos. La convivencia es imposible sin el perdón.

Publicado en La Vanguardia el 19 de agosto de 2015

  18 comentarios por “Convivencia y perdón

  1. Sr.Foix: hace días Vd hablaba de cargar pilas y oxígeno para la que nos esperaba a la vuelta de vacaciones… y veo que habrá nuevas elecciones en Grecia…

  2. Sr. Foix: Cuando la radio nos anunció que los Estados Unidos habían hecho explotar una bomba atómica sobre Hirosima y luego otra sobre Nagasaki nos alegramos profundamente porque vimos que la guerra mundial se terminó de golpe. Ahora lo vemos y lo juzgamo diferente, pero seguramente que si volviera otra guerra como aquella, volveríamos a alegrarnos de que se terminara, de una forma u otra.
    La humanidad es así. No tenemos remedio.

    Antes fué el Nazismo Itleriano, ahora el Nazismo del EI…y hace siglos la Inquisición… impuesta por la Reina Isabel la Católica, ect… ¿ Quién da mas ?

  3. Sr. Foix y BartoloméC, francis black y Magi de Cal Corona…mi padre cuando estaba en el frente de Teruel, oía que sus compañeros, soldados aragoneses, que luchaban en defensa de el gobierno legalmente constituido…( la Republica Española )… decían: » Bienaventurados los malos, cuando son más que los buenos, porque Dios protege a los malos cuando son más que los buenos.»

    En fin…No comment…

      • BartoloméC, asi lo esperamos y comfiamos. Pero los hechos están ahi y de momento siguen y siguen…

  4. Sr.Foix: tenemos la costumbre histórica de considerar que los perdedores de las guerras son los culpables de todos los males ocurridos y que son ellos quienes han de pedir perdón…los ganadores imponen sus condiciones y cuentan la historia según sus deseos…la realidad es que las guerras son el resultado de un proceso de estupideces varias, de sinsentidos, de manipulación de las masas por los iluminados de turno y de intereses bastardos multiples, que conllevan a situaciones de no retorno que acaban pagando siempre las personas más inocentes con sus vidas…todos deberíamos pedir perdón cuando se producen guerras, todos sin excepción…

    • El gran paso de la humanidad sería no contemplar la opción de la violencia, ni a nivel personal ni colectivo, pero en cualquier discusión la violencia sigue presente.Un poli al final tiene la violencia de su lado (el monopolio de la violencia del estado), se le da legitimación pero no deja de ser violencia.

    • D’acord completament, Bartolomé. Sempre guanyen els bons, tant a la vida real com a le pel·lícules. En els films de l’Oest, els indis, que tiren fletxes contra canons i els hi prenien les cases, eren els dolents … I no vull posar cap exemple de les guerres ibèriques per no encendre el foc …

    • Siempre que consideremos, Bartolomé , que alguien sale ganador. Todo el mundo pierde……

      • Sí en el terreno ético y lo que llamamos humano. Pero, los países ganadores deciden la vida de los perdedores. Aquí es donde se puede observar la grandeza, cuando el ganador tiene la posibilidad de crear la paz futura o la de preparar otra nueva guerra con sus decisiones. Como seres humanos todos perdemos, y como especie también.

    • Estoy de acuerdo. Los ganadores escriben la historia como se suele decir y no cuentan sus propias barbaridades y crímenes. En el caso de la II Guerra Mundial tanto Alemania como Japón iniciaron la guerra. Antes de ello tanto el Reíno Unido como Alemania pactaron con Alemania para evitar la guerra, incluso en la Guerra Civil de España se mantuvieron de facto neutrales. La URSS atacó junto a Alemania a Polonia, lo que la convierte en agresora en la fase inicial. Según Antony Beevor la brutalidad en el campo de batalla fue similar en todos los bandos; la brutalidad con la población civil similar. Ahora bien, si se nos pregunta quien preferiríamos que hubiera ganado la II Guerra Mundial la respuesta está clara.

      Hoy en día, el mundo está en guerra. Hay varias, esto parece mostrar que somos una especie violenta y que todavía no hemos superado nuestra conducta animal depredadora y el deseo de quitar a nuestro hermano el trozo de comida para nuestro beneficio. Nos aferramos al comportamiento «natural» cuando deberíamos transcender nuestra animalidad y construir un ser «humano» sin las limitaciones de nuestro violento cerebro. No creamos que por odiar la guerra, si se dieran las circunstancias no fuéramos capaces de un comportamiento agresivo: muchos soldados no lo eran, pero una vez con el uniforme y la brutalidad…

        • Eso espero, y deseo de todo corazón. Las guerras no han servido para nada y algún día deberíamos poner fin a esta barbarie, esperemos que pronto.

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