Recuperar la confianza mutua

El president Carles Puigdemont en una sesión en el Parlament de Catalunya

La confusión que se vivió el martes por la tarde en el Parlament de Catalunya no se aviene con la naturaleza de la política. Falta de puntualidad, prisas en los pasillos, desavenencias de última hora, asumir durante diez segundos el mandato de que Catalunya se convirtiera en un Estado independiente en forma de república, suspender la proclamación republicana para abrir un periodo de diálogo, euforias y frustraciones concatenadas, un documento firmado en el salón de actos sólo por los de Junts pel Sí y la CUP…

La política no debería ser esto. Y el paso dado el martes por el president Puigdemont tiene una relevancia política momentánea, transitoria, que de buen seguro ocupará unas líneas en la historia. Pero lo que sí va a entrar en el relato histórico de esta época es cómo, una vez más, Catalunya es un motor de transformación de la realidad política española y, naturalmente, también de la catalana.

Lo que provoca que el nacionalismo españolista tenga por principal enemigo el catalanismo político es porque defiende una idea alternativa de España, un país en el que siendo todos muy diferentes nos podamos sentir cómodos, como aseguraba con frecuencia Ernest Lluch.

Un historiador inglés solía decir que España es un país inacabado porque no ha encontrado la fórmula para vivir en la diferencia, ya sea cultural, lingüística o histórica. Catalunya ha sido la palanca que ha hecho cambiar la estructura política de España a lo largo del último siglo, desde la Setmana Tràgica de 1909 hasta los hechos dramáticos de hoy, que es más que probable que abran la vía para la reforma de la Constitución que intente resolver el descontento tan extendido en la sociedad catalana y la población de otras comunidades.

Es difícil que la manera adoptada por Puigdemont para crear la república catalana sea aceptada por una mayoría de catalanes, por el conjunto de españoles y por Europa. Rajoy ha abierto la corteza del artículo 155, pero la aproximación al llamado problema catalán no puede venir sólo a golpe de leyes. Por supuesto que Rajoy no es el conde duque de Olivares, que dejó dicho que el “primer negocio y el mayor es allanar Catalunya”.

Restablecer la confianza mutua entre los catalanes es un elemento primordial. Desde la pluralidad y desde el respeto. Así como también reconstruir los puentes rotos emocionales y afectivos entre catalanes y españoles. La convivencia no se impone por decreto ni por la fuerza, sino con mucha pe­dagogía, actos de comprensión y ge­nerosidad mutuos, valorando la singularidad y no aplastándola. Lo que los catalanes dicen es, afirmaba Azaña defendiendo el Estatut de 1932: “Que­remos vivir de otra manera dentro del Estado español”. Mientras no se entienda esta realidad tan arraigada de nada o de poco servirán la coerción o las proclamas eufóricas sobre la unidad de España.

Publicado en La Vanguardia el 12 de octubre de 2017

  14 comentarios por “Recuperar la confianza mutua

  1. »Los políticos están entrenados para mentir», dice Mª Jesús Álava Reyes
    La psicóloga explica la desafección de la ciudadanía hacia la política porque los ciudadanos perciben «que no hay consecuencias» cuando un político miente. «No pasa nada. La vida sigue». Achaca la falta de protesta a esa tolerancia: «Para el ejercicio de la política exigimos menos requisitos de los que le pedimos al último aprendiz. Somos de un partido como de un equipo de fútbol». Nos cuesta reconocer el engaño porque sólo conocemos a los candidatos a través de los medios de comunicación. «Cuando no existe una relación personal es más difícil cazar mentiras». Se produce un problema añadido, que «les entrenan para mentir y ocultar sus motivaciones». Y tampoco se atacan entre ellos por las debilidades que pueda sacar a relucir el adversario. «Por eso engañan de forma descarada».

    Sin embargo, hay un perfil que podemos reconocer. «El más agresivo. Intenta activar nuestros sentimientos para que actuemos más desde la emoción que desde el razonamiento». La psicóloga advierte de esa forma de retorcer la realidad. «Hay que permanecer más atentos a lo que hacen que a lo que dicen y tomar distancia pese a la simpatía. ¡Cuidado con los que aparentan estar siempre en posesión de la verdad! Elevan el tono de voz, utilizan frases negativas, imperativos o paradojas, como ‘no queremos apoyar pero tampoco obstaculizar’ o ‘no hacemos esto, pero no pretendemos lo contrario'».

  2. Em sap greu Sr. Foix…., pregunti a qualsevol dona si és possible recuperar la confiança en el seu marit, un cop ha descobert que l’ha enganyat.

    España no solament ha restringit la constitució, sino que , a més, ha retallat el nostre estatut. Creu possible recuperar la confiança ??

    Creu que una dona maltractada ha de donar-li una altra oportunitat al seu maltractador ?

    JO NO !!! Tanta soberbia em repugna.

    • Cierto. En quién confiar? La política és un arte de apariencias y la prudencia nos muestra que no es fácil saber en quién podemos confiar.

  3. Curioso, por lo que voy leyendo en la red hasta la fecha ningún independentista, nos indica : Nos hemos equivocado , o Nos han engañado, o era inviable, o No nos habíamos mirado bien los números, o pedimos la dimisión de…… por perder 18 meses, de tiempo, de dinero. Algunos dicen si Europa no nos apoya es que no se han enterado bien de que ha ocurrido. Otros se preguntan porque los empresarios no avisaron antes, no se preguntan la razón por la cual al final han tenido que activar sus planes de contingencia de hace 18 meses. Otros dicen que todo esto es una estrategia del líder, para lograr la independencia mas adelante. Otros observan que la acción de ayer es para sacarse la responsabilidad de encima y culpar al otro para así no tener que dimitir y poder seguir ganando tiempo.. Hay personas de buena fe, que se ilusionaron y ahora les ha caído el jarro de agua fría, hay otras personas que si sabían que se tiraban a la piscina, sin importarles los números, para unos era una cuestión de dignidad, para otros de rencor, para otros siempre será por motivos sentimentales. Creo que seguro que lo intentan otra vez, porque parece ser que para ellos no tiene un coste económico,,pero.si en la próxima quieren triunfar deberán hacerlo mucho mejor. En mi caso seguiré dando la lata, con la opción federal porque sigo pensando que puede ser viable ( Y cuidado nadie es perfecto, todos podemos errar, no es mi intención culpabilizar a ningún ciudadano, pero en cambio mi diana es hacia los políticos, por direccionar, y ahora algunos pueden reconocer su errores ,y otros nunca) He matizado el comentario incluido en la anterior entrada, porque ahora creo que expreso un poco mejor)

    • Palabras muy sensatas y descriptivas de lo que está aconteciendo. El problema está en que nadie reniega de su religión y el independentismo catalán se ha predicado para adoctrinar fieles. Como en toda religión que se precie, hay un icono del mal que carga con todas las culpas, propias y agenas, que no es otro que España y sí faltaba a alguien por convencer, Rajoy en el papel de diablo no lo ha hecho nada mal. Resumiendo… el independentismo movilizado de hoy no responde a razones ni razonamientos, está pensado para movilizar en base a la fe ciega de sus adeptos. Palabra del apostol Puigdemon, el mesias Artur Mas o la madre superiora Forcadell

      • Tao Te-King: «Los grandes jefes pasan inadvertidos / Los menos grandes son adulados y queridos / Los menos aún, temidos / Y los pequeños despreciados».

      • No queda más remedio que hablar claro, no tenemos solución, si primero no nos ponemos un limite a las mentiras que estamos dispuestos a tragar. Creo que muchos No son políticos son embaucadores (Engañar a alguien, aprovechándose de su inexperiencia o ingenuidad)

  4. Sr. Foix i companys/es del blog :

    La meva resposta, … Comença : » Mr.Foix, you are in the right. » … I es la que figura a l’article del Sr.Foix, titulat … » Las esteladas europeas » By Lluis Foix * 10/10/2017.

  5. Home, Sr. Foix, aixo de «por supuesto que Rajoy no es el Duque de Olivares» potser es molt suposar. Si mirem el tracte a la llengua, a la cultura o a les inversions en infraestructures, o amb les «mesas petitorias» i amb els boicots aproductes catalans sovint el recorda i potser el supera i tot.

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