Putin y los mitos de Rusia

Entender el enigma de Rusia siempre fascinó a Churchill. No hay potencia que haya derrotado a la Rusia eterna desde fuera. Los cambios se han producido siempre desde dentro, bien a través de un golpe de Estado o del reemplazo en el poder por un grupo de militares o por una lucha interna para sustituir una facción por otra. El vacío de poder no se produce nunca en un Estado. Nadie sabe qué puede ocurrir en Rusia ni tampoco cuál será la suerte de Putin y del fugaz golpista Prigozhin, líder de Wagner, y sus miles de soldados que han luchado en las líneas del frente en Ucrania.

Todo lo que ha ocurrido en los últimos 15 meses tiene un aire de improvisación y de falta de estrategia en el Kremlin. Si se pretendía anexionar Ucrania, no se conseguirá aunque ocupen todo el territorio, porque el sentimiento de pertenencia y de patriotismo es mayor que al comienzo de la guerra. Había que debilitar la OTAN y está más fuerte que nunca, con la incorporación de Finlandia y la de Suecia cuando se supere el veto de Erdogan. Europa está más cohesionada hoy que antes de la invasión. La guerra la ha perdido Putin, aunque sofoque a los paramilitares de Wagner, que durante unas horas se dirigían a Moscú sin encontrar resistencia.

En su librito sobre la técnica del golpe de Estado, Curzio Malaparte describe la estrategia de Trotski y Lenin para el golpe que triunfó en octubre de 1917 en San Petersburgo. Lenin sostenía que las masas eran imprescindibles, mientras a Trotski le bastaban mil hombres para apoderarse del Estado. Triunfó la táctica de Trotski, con unos centenares de agitadores y técnicos que se entrenaron inadvertidos durante unos días por las calles de San Petersburgo para, en muy pocas horas, el día indicado, controlar las estaciones de tren, los teléfonos, los puentes sobre el Nevá y asaltar el palacio de Invierno. Las masas no sirven de nada, basta con unos pocos, decía Trotski. La columna de Wagner lo intentó sin éxito.

El golpe de Yeltsin contra Gorbachov en 1991 disolvía la Unión Soviética y la hegemonía del Partido Comunista. El poder pasó a los oligarcas protegidos por Yeltsin, que se enriquecieron con la privatización de parte del Estado. Cuando Putin fue nombrado primer ministro en 1999, pasó a ser presidente interino tras la renuncia de Yeltsin y presidente electo en el año 2000. Los oligarcas que habían expoliado al Estado fueron sustituidos por la élite del antiguo KGB, que es el núcleo duro que ha gobernado Rusia en este siglo.

Uno de los objetivos de Putin ha sido la anexión de todos los territorios exsoviéticos posibles, recurriendo a los mitos y las lecturas románticas que ha hecho de la Rusia eterna. En su magnífica historia de Rusia, Orlando Figes dice que, a menos que cese pronto, Putin destruirá lo mejor de Rusia: aquellas partes de su cultura que durante mil años han contribuido al enriquecimiento de Europa.

La Rusia que salga de la guerra, afirma Figes, será más pobre, más impredecible y estará más aislada en el mundo. Todo ello demuestra lo peligrosos que pueden ser los mitos cuando los emplean dictadores para reinventar un pasado inalcanzable.

Ha sido una guerra innecesaria e inútil. Una observación: ni la izquierda extrema ni la extrema derecha europeas han condenado claramente la temeridad de Putin. Los gobiernos occidentales, también el español, le han plantado cara. Se ha demostrado la ineficacia de un ejército nacional sustituido por mercenarios. La suerte de Putin es incierta, aunque Rusia siempre será imprescindible.

Publicado en La Vanguardia el 28 de junio de 2023

  7 comentarios por “Putin y los mitos de Rusia

  1. Ayer miercoles, Biden comento que Putin tiene perdida la guerra de Irak.
    En manos de esta gente estamos(!)

    • está bien que tengas ganas de chistes. del genocida psicópata criminal de adolf putin nunca has dicho ni mú. lo cual dice mucho de ti. no olvidamos.

  2. Despues de un vistazo a un mapamundi hay que insistir en que este «aislamiento» de Rusia es increible.
    Los que si estamos quedando aislados de verdad somos los europeos de la Union que en tropel nos hemos retratado a traves de nuestros representantes(?) contra Rusia y a favor de Zelenski.
    El jabali sigue herido. Ojo!

  3. El poder está en mans de desecrilibrats que matan i humillan al ésser humà sensa cap sentit ni mite.

  4. Buenos días
    Occidente no ayudó a Gorbachev. Humilló a Rusia y contribuyó a que sea como es. Sigue la lucha por la hegemonía y control del «mundo». Nadie es inocente. El ser humano no es «bueno» por naturaleza. El animal más peligroso para cualquier forma de vida incluyendo al propio ser humano.
    Saludos

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