Aquella amnistía de 1936

Un millón de personas recibieron al president Lluis Companys a su regreso del penal de El Puerto de Santamaría donde cumplia condena por los hechos de octubre de 1934. Fue amnistiado por el gobierno del Frente Popular en 1936.

He releído las crónicas que Manuel Chaves Nogales, director del diario Ahora de Madrid, publicó en marzo de 1936. El president Lluís Companys regresaba del penal de El Puerto de Santa María, donde cumplía condena por haber protagonizado los hechos de octubre de 1934, que, de facto, suponían un golpe de Estado a la República. Un giro electoral en febrero de 1936 dio la victoria al Frente Popular, que formó un gobierno de izquierdas y en dos semanas amnistió a todos los presos involucrados en los dramáticos acontecimientos del 6 de octubre.

Chaves se maravilla del entusiasmo popular al recorrer cerca de Companys el trayecto desde Castelldefels hasta el Palau de la Generalitat en Barcelona. Un millón de personas en las calles y ni un solo guardia, dice el cronista, al ver a cientos de miles de catalanes aclamando al presidente amnistiado y repuesto en su cargo.

No hay paralelismo alguno entre aquella situación y la de ahora. El regreso triunfal del president Companys abría una nueva etapa política que conduciría a la Guerra Civil, al exilio y a su ejecución por el régimen de Franco en el castillo de Montjuïc el 15 de octubre de 1940. La amnistía de la que se beneficiará Carles Puigdemont será menos épica y menos dramática. Los tiempos son distintos y mientras en aquella Europa se incubaban los totalitarismos nazis y estalinistas, ahora hay un espacio de diálogo, de la primacía de la ley y la defensa de los derechos humanos.

Quisiera resaltar dos reflexiones de Chaves que podrían ser válidas hoy. La primera es “la virtud imponderable de los catalanes en convertir a sus revolucionarios en puros símbolos, ya que no pueden hacer de ellos perfectos estadistas”. La segunda es que el desfile multitudinario vitoreando a Companys revela la gran fuerza espiritual del pueblo catalán, al que le entusiasman las grandes manifestaciones de la ciudadanía. Ironiza con que Catalunya no sabe pasar muchos meses sin provocar alguna parada multitudinaria. Pero entre una y otra, “alguien tendría que preocuparse de rellenar el tiempo con una tarea que tal vez no sea del todo superflua: la de gobernar, administrar, la de hacer por el pueblo algo más que ofrecerle ocasión y pretexto para estos deslumbrantes espectáculos”. El buen gobierno, entonces y ahora, evita disgustos y dramas inútiles.

Publicado en La Vanguardia el 8 de marzo de 2024

  3 comentarios por “Aquella amnistía de 1936

  1. El Papa demana a Zelenski que tingui la «valentia» d'»alçar la bandera blanca» i negociar amb Rússia

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