
La crisis de la BBC sobre un reportaje sobre Trump se ha debatido abiertamente en sus propios canales
Lo más interesante de la grave crisis que atraviesa la BBC es que la ha explicado y debatido en sus propios medios radiofónicos, televisivos y redes sociales. Se ha disculpado por haber emitido un reportaje sobre Trump en la campaña electoral en el que se incluían sus palabras a propósito del asalto al Capitolio el 6 de enero del 2021. El error de la BBC fue haber montado un discurso en el que se mezclaban dos frases pronunciadas en dos momentos separados de su intervención.
La gran importancia de la BBC es que Trump los acusó de manipulación y ahora amenaza con presentar una querella en la que pide una indemnización de mil millones de dólares. El director general de la BBC y la responsable de informativos han presentado su dimisión.
Resulta ahora que aquel asalto al Capitolio de enero del 2021, que era comentado en redes sociales por el propio Trump, lo va a pagar una gran empresa que ofrece un servicio público de calidad, que es independiente y cuyas cuentas son auditadas por el gobierno de turno, que, por cierto, no interviene en el nombramiento de sus directivos ni en la orientación de su programación.
Malos tiempos para el periodismo de calidad que sabe reconocer errores y los debate ante el gran público. El secreto para mantener la independencia de la BBC es el criterio de sus profesionales, pero sobre todo la forma de financiación, que se obtiene básicamente del impuesto que pagan todos los que tienen un aparato de televisión en casa.
La BBC fue fundada en 1922, en el periodo de entreguerras, y siempre ha sido observada con recelo por los gobiernos de turno. Cuando Churchill era ministro de Economía, durante la huelga de mineros de 1926, intentó utilizar la emisora para atacar a los huelguistas. No lo consiguió y desde entonces, salvo el periodo de la Segunda Guerra Mundial, ha sido una referencia del periodismo internacional.
Su existencia, con todas las imperfecciones, es necesaria en la gran batalla cultural que se libra en los medios de comunicación para imponer discursos únicos independientemente de si son construidos sobre informaciones solventes o falsas. Sin unos medios veraces, la deriva autoritaria de muchas democracias acabará imponiendo relatos que no admitirán la discrepancia.
Publicado en La Vanguardia el 13 de noviembre de 2025




Sr Foix, la BBC ha de pagar lo que determine la justicia aunque se vaya al garete.
O es que la inmoral manipulación dirigida no hace ningún daño o ha de perdonarse.
Buenas tardes Sr. Foix,
Supongo que la diferencia está entre el error intencionado y el accidental. De ahí que en la primera posibilidad se hable en estos casos -no solo al que se refiere- de manipulación informativa. El sonsonete en muchas manifestaciones callejeras era aquel de “televisión, manipulación”. Sin embargo, causa sonrojo que quién acuse a la BBC de esto, Donald Trump, sea el mismo que hablaba de los “hechos alternativos” y sus detractores lo acusaran de “la posverdad”, que no es otra cosa que amoldar los hechos objetivos, omitiendo lo que no nos interesa y solo diciendo lo que nos interesa, y pasando también a mentir, buscando una respuesta emocional e irreflexiva, para la obtención de una respuesta favorable a nuestras intenciones, sean estas de índole que sean.
Caso de estudio. Durante los atentados del 11M en Madrid de 2004 el gobierno de Aznar mintió descaradamente para obtener una victoria electoral, atribuyendo la autoría de estos hechos a la ETA, coaccionando Aznar personalmente a los directores de los grandes periódicos españoles para que mantuvieran esta autoría. El cálculo electoral fue este: si habían sido los terroristas islámicos el voto culparía a Aznar por la Guerra de Iraq, votando en contra de Rajoy, y si había sido la ETA le respaldaría. Parece que no se planteó la posibilidad de que diciendo la verdad desde un gobierno la población suele apoyar a este mismo gobierno dando igual quién sea el responsable.
La Cadena Ser y El País lo denunciaron, cometiendo también algunos errores cuando informaban, porque la información era confusa y difícil de obtener, también expresando opiniones contrarias al gobierno, pero libres, a fin de cuentas. Muchos votantes del Partido Popular, luego VOX, piensan que el Grupo Prisa engañó a los españoles para que el PSOE obtuviera la victoria electoral, cuando la realidad es que estos hechos no hicieron otra cosa que terminar de movilizar el voto de una izquierda, el famoso vuelco electoral, que ya tenía muchos reproches con ese gobierno de la derecha, que no creo que sea necesario que recuerde.
Realmente en aquel momento en el que se hablaba de suspensión de las elecciones muchos votantes de izquierda pensaron que estábamos asistiendo a un intento de golpe de Estado por par de la derecha. Y muchos en la derecha aún lo piensan: “Zapatero llegó a la Moncloa en un tren de cercanías” no solo fue un lema satírico de un reconocido locutor de radio, sino una interminable campaña política en ciertos medios de comunicación, que buscaba no solo responsabilizar a la ETA de estos atentados sino a una connivencia con Marruecos, Francia y el PSOE. Esta fue la famosa “teoría de la conspiración”.
Por lo que se la BBC es un medio solvente y profesional pero su independencia y su búsqueda de la objetividad no debe nunca confundirse con la neutralidad. Donald Trump está en contra de muchos medios de comunicación porque le son hostiles, de ahí que haga exactamente lo mismo que él denuncia. Realmente para ir contra Trump no hace falta manipular nada porque quién se oponga a sus políticas ya hace a una idea. Debería disponer de su propio criterio, y quién secunda a Trump, lo mismo. Una mejor educación y un conocimiento del mundo en el que vivimos a través de un sistema educativo decente y unos medios de comunicación profesionales deberían ser el antídoto frente a los mentirosos. Pero hoy con las redes sociales tenemos tanto una virtud, democratizándose la información, saltándose los controles tradicionales, pero precisamente por eso mismo un riesgo muy elevado de subversión por quién controle los flujos en esas mismas redes sociales.
Cómo siempre queda bien quiero aferrarme a esta máxima, que además sé que comparte y que no se quién la dijo en un primer momento: «las opiniones son libres pero los hechos son sagrados».
Saludos cordiales,
Francesc
1º Modo inveterado de manipular torticeramente palabras ajenas consiste en unir frases separadas como si hubieran sido dichas juntas.
2º. No ser dependiente del gobierno sí que es compatible con no ser independiente: basta que ambas instancias sean dependientes de una tercera. Según Hanna Arendt misma, tanto el gobierno cuantola «leal oposición» británicas no representaban sino matices de políticamente lo mismo, lo cual le parecía muy bien, y, extrayendo consecuencias que ella no mencionaba, de lo subyaciente además a la BBC, la cual nunca, absolutamente nunca, ha sido independiente de la clase dirigente británica.
3º. Se trata de dimisiones plenamente consecuentes con la pérdida de prestigio que la tosca manipulación de autos entraña contra el principal instrumento de influencia mediática de la clase dirigente británica.
Esta vez no acabo de entender al sr Foix , defendiendo un medio que manipula un video . No lo habrá hecho desde Churchill , pero tampoco todos los secretarios de organzación que ha tenido el PSOE son corruptos … No entiendo la defensa