
El fútbol no es una ciencia exacta y los errores son inevitables y frecuentes. El árbitro y sus ayudantes no se equivocan nunca. Y si lo hacen no lo reconocen. No recuerdo una decisión que se haya revocado si afectaba el resultado, como consecuencia de una falta injusta, un penalti no señalado o un gol…