Menos retórica y más gobernar

La falta de agua es un problema prioritario para la Europa meridional. Gobernar un país no es discursear a diestro y siniestro sino gestionar lo grande y lo pequeño.

Cuando Putin decidió la invasión de Ucrania en febrero del 2022 se abría –él no lo sabía– una nueva era sobre la producción, el reparto y el uso de la energía en el mundo. El recorte del gas y el petróleo procedentes de Rusia no han constipado a Europa, que ha superado los fríos invernales a cambio de ajustes voluntarios o impuestos al consumo, debido al precio desorbitado de la energía casera y empresarial.

No se contaba que el problema no sería la escasez de la energía sino la falta de agua con una sequía larga que afecta a toda la Europa meridional y cuyas consecuencias pueden ser dramáticas en muchas partes, pero especialmente en Catalunya, Andalucía y Canarias.

Se celebró una cumbre de la sequía, no sé por qué no se designó la cumbre del agua, y los partidos no se pusieron de acuerdo. El problema principal de Catalunya, según el president Aragonès, es el agua. Pero el discurso prioritario sigue siendo la independencia, ahora pactando un referéndum con el Estado que es lo mismo que admitir que no se hará. Pero será el tema de las campañas que vienen.

La falta de agua arruina al sector agroalimentario, encarece los comestibles y convierte la fruta y las verduras en un lujo. ¿Qué se puede hacer? Catalunya, según un editorial de este diario del pasado día 15, pierde el 24% de su agua potable debido a filtraciones en su sistema de canalización, lo que equivale a 34 hectómetros cúbicos que bastarían para llenar el ahora lánguido pantano de Sau.

Observo una aversión a la gran obra pública que acaba perjudicando al ciudadano de a pie. El presupuesto se aprobó con la promesa exigida por los socialistas de Salvador Illa de construir un tramo de la B-40 entre Sabadell y Terrassa y, además, la ampliación del aeropuerto de El Prat. No me consta que se haya avanzado nada en estos dos proyectos.

La ideología de los policías medioambientales que son los que mandan en el país desde la administración, al margen de los gobiernos que cambian de color político y van y vienen según deciden las urnas, tiene en mente un país idílico, ajardinado, con la misma fauna del Edén, sin que se toque nada, que no se quemen los sarmientos de la poda, que se cultive la tierra con el arado y que no se sequen las malas hierbas con productos que no dañan el ambiente. No es del todo así, pero casi.

La gran burguesía catalana del siglo XIX impulsó grandes proyectos de los que todavía vivimos hoy. Los Girona, oriundos de Tàrrega, según la historiadora Lluïsa Pla Toldrà, fundaron el Banco de Barcelona, construyeron el Canal de Urgell, la red ferroviaria con capital autóctono, edificaron el Liceu, la Universitat de Barcelona y la fachada neogótica de la catedral de Barcelona. Trazaron carreteras y puentes. La Mancomunitat de Prat de la Riba diseñó a partir de 1914 las estructuras básicas que han configurado el progreso y la transformación social del país.

¿Qué gran obra pública tiene entre manos o proyecta la Generalitat ahora? No lo sé. Ojalá, por lo menos, ejecutara las partidas que están aprobadas en los presupuestos del Estado y en los de Catalunya. A finales del año pasado la Generalitat tenía pendiente de ejecutar el 45% de las inversiones presupuestadas.

Gobernar un país no es discursear a diestro y siniestro sino ocuparse de las cosas pequeñas y de las grandes. Si el agua es una prioridad, ¿no se puede llegar a acuerdos a corto y a medio plazo que palíen los estragos de una sequía que castigará a los más débiles y dejará yermas muchas tierras cultivables? Menos retórica barata y más labor de gobierno.

Publicado en La Vanguardia el 19 de abril de 2023

  3 comentarios por “Menos retórica y más gobernar

  1. Hace ya mucho tiempo y por lo tanto ha llovido mucho, que el Gobierno de España no aceptó construir el trasvase del Ródano a Cataluña. La dotación era solamente el 2 % del sobrante del caudal del rio y la obra se financiaba en buenas condiciones ya que abastecía también al Rosellón francés.
    El paso por los Pirineos era entubado i en túnel paralelo al del AVE y TGV.
    No, no he dicho nunca España nos roba………

  2. Cada dia. si si cada dia, el ministerio de defensa de las españas consume, gasta, malgasta (cuarenta y cinco (45) millones de euros. Una ruina, un desastre, una verguenza, un dislate… i no pasa res.
    i ara corremi tots i el pacte de claredat i la construccio de mils de vivendes socials de avui per abans de ahir… i no pasa res.
    I em tantes cosas que no pasa res Sr. Foix!
    Para correrlos a gorrazos a todos. Pero no pasa res. Siguen con su verborrea cansina (bilingue) y los medios serviles y culpables de tot plegat por colaboracionismo manifiesto siguen a lo suyo (a lo de ellos) que no es lo nuestro.
    La cabaña ovina de este pais no para de crecer.

  3. Buenos días,
    Tiene usted razón en la necesidad de gobernar y no divagar con futuribles inciertos. La independencia tiene un peso importante en la sociedad catalana y los gobiernos de ERC y Junts, ahora ERC, no la pueden obviar. Ello no es excusa para dejar de gestionar el presente en el que la Generalitat puede hacer más y mejor.

    La sequía es un proceso natural de la cuenca del Mediterráneo. Ahora está agravada por el cambio climático que es un hecho empírico. Esta situación se conocía en los modelos de predicción del panel internacional del cambio climático. No se tomaron medidas porque no eran populares y afectaban a un modelo económico que se basa en premisas erróneas como el crecimiento continuo y la búsqueda del beneficio a corto plazo.

    Es cierto que existen pérdidas de agua en los sistemas de conducción y conexión, se pueden optimizar, aunque no eliminar al 100%. Sabemos que no existe ningún sistema o tecnología que tenga una eficiencia del 100%. Pero, sí como usted comenta reducir las pérdidas. Esto cuesta dinero y hay que quitarlo de otras partidas, este es uno de los problemas. En ocasiones, los políticos nos tratan como si fuéramos incapaces de entender la realidad.

    Las instituciones científicas actúan bajo un control de la política y de los intereses económicos, es decir no se atreven a criticar las decisiones erróneas del poder porque dependen de él. Solo algunos exponen los hechos a los que nadie hace mucho caso. Y no me refiero a los ecologistas, sino a la aplicación del método científico que, en general, contradice a las decisiones económicas y políticas al chocar estas con la realidad de los hechos que no se adaptan a los deseos humanos: ese jardín idílico del que nos habla. La agricultura es una tecnología y como tal debe ser estructurada: ciencia y precaución.

    Saludos,

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