
Lamine Yamal debe poner más de su parte para convertirse en un referente del fútbol mundial. No se comporta ni se cuida como el referente que puede llegar a ser.
Ha sido el Clásico de las palabras pronunciadas antes y después del partido. De los gestos también. Se ha hablado más de lo que dijo Lamine Yamal antes del encuentro que del discreto juego que practicó a lo largo del partido. En las dos conversaciones breves que he mantenido con Jan Laporta desde el mes de junio le he insistido en que cuidaran a Lamine, la gran promesa del fútbol global.
Tiene 18 años y puede seguir la estela de Leo Messi o la de Ronaldinho. Una trayectoria larga y brillante o bien un tiempo de épica que se agosta anticipadamente. Depende de él pero también del entorno del club para acompañarle en la gestión de su fama, su patrimonio y su talento. En el Barça tiene referentes como Pedri, Cubarsí, Fermín, Olmo, Casadó, Ferran…
El Clásico tuvo más de teatralidad emocional que de buen fútbol. El Madrid ganaba después de cuatro derrotas consecutivas. Xabi Alonso salía vivo. El árbitro no pitó un penalti a Araujo en el minuto final. Pero la reacción de Carvajal, Courtois y Vinicius, hombres hechos y derechos, al ir a buscar a un chaval de 18 años se convirtió en una trifulca vengativa en la que tuvo que mediar la policía. Por hablar, que no por jugar.
Sería más provechoso para los dos gigantes del futbol español que revisaran su estilo, su preparación física, mental y psicológica. Y sus formas. Este Clásico del Santiago Bernabéu será recordado por la rabieta infantil de Vinicius en su tempestuosa sustitución y por el acoso gestual y verbal a un muchacho que ha mal despertado del sueño adolescente.
Publicado en Mundo Deportivo el 28 de octubre de 2025




Perla sin cultivar. Se vera pero no pinta bien.
Tant de bo li facin cas.
4, 3, 2, x. Els anys de durada de carrera il·lusionant dels últims cracs blaugranes. La x es la de Yamal
Tant de bo li facin cas.