
El Duero, amable y sencillo, verdoso o terroso, surca la españolidad castellana, ajeno a las banderas que todavía cuelgan en cientos de balcones rememorando la gesta de la Roja en Johannesburgo. Se exhiben en todas sus modalidades. Con toro negro y rabioso, con el escudo oficial, con frases ocurrentes, con proclamaciones de españolidad como la…