Dominic Cummings llegó a tener todo el poder en Downing Street hasta que Boris Johnson lo tuvo que despedir por la mala imagen que proyectaba al país.
Las comisiones parlamentarias no suelen tener repercusiones penales, pero sí que aportan información masiva que dibuja conductas y ambientes políticos de las pequeñas o grandes miserias de la gestión de la cosa pública. Hoy me gustaría disponer de unas horas para seguir las preguntas que una comisión de diputados británicos va a formular a Dominic Cummings, que durante años fue el hombre en la sombra, el gurú se llama hoy, de Boris Johnson.
Diseñó la campaña del referéndum del Brexit, puso en circulación todas las mentiras que se creyeron muchos británicos, fue el diseñador de la campaña que dio la mayoría absoluta a Boris Johnson en las elecciones del 2019 y ha sido odiado por muchos.
La película Brexit: the uncivil war está basada en los hechos reales que se atribuyen a este príncipe de las tinieblas que fue forzado a dimitir en noviembre del 2020 y abandonó Downing Street con una gran bolsa negra de basura en la que se supone que llevaba secretos de Estado que si se hacen públicos hoy pueden comprometer seriamente al primer ministro Johnson.
Las comisiones parlamentarias suelen ser aburridas y largas, excepto cuando el personaje cuestionado tiene una gran repercusión mediática y política. Recuerdo el tercer grado que se aplicó sin piedad a Rupert Murdoch, el mayor magnate de las comunicaciones globales, al haberse beneficiado de información obtenida ilegalmente sobornando a policías de Scotland Yard y otros trapicheos oscuros. Su imperio mediático en Gran Bretaña sufrió la pérdida de un más que centenario semanario, News of the World, y la destitución de altos ejecutivos de su grupo.
Cummings vomitará hoy contra Johnson sobre cómo gestionó los primeros meses de la pandemia. Ha atribuido al primer ministro frases como que “es preferible que los cadáveres se amontonen por millares antes de imponer un nuevo estado de alarma en el Reino Unido”.
Las varias horas de interrogatorio se desarrollarán en voz baja, educadamente, pero con una fuerte carga política. Los diputados querrán saber cuántas mentiras fueron elaboradas en su despacho, pero también cómo se consiguió influir en la opinión pública para que los británicos decidieran abandonar la Unión Europea.
El asesor áulico de los políticos tiene que saber moverse con perfil bajo. Cummings quiso que se supiera que mandaba más que los que le habían contratado. Es un síndrome peligroso, en todas las profesiones, cuando alguien actúa como si no tuviera que rendir cuentas a quienes le nombraron, ya fueran los electores o los políticos electos.
No hay cosa que produzca tanta morbosidad como conocer los entresijos, mentiras y apaños que se perpetran en las esferas secretas del poder. Cummings viajó 400 kilómetros con su mujer y su hijo tras haber contraído el coronavirus cuando todos los británicos estaban confinados por el estado de alarma. La percepción de que tenía más poder que el primer ministro le convirtió en un personaje público detestable, maleducado, porque gozaba de la protección de Boris Johnson.
La política está rodeada de personajes que no dan la cara y solo son responsables ante sus amigos, mentores o superiores. Steve Bannon fue artífice de la victoria de Donald Trump en el 2016, pero pronto tuvo que abandonar la Casa Blanca por transmitir la sensación de que su maquiavelismo le situaba por encima del propio presidente. Desde entonces asesora a varios movimientos de extrema derecha en Hungría, Alemania, Suecia, los Países Bajos, Italia, España, Chequia y Polonia.
Los gurús más conocidos que actúan en las sombras de la política de Madrid han sido decisivos en la victoria de Pedro Sánchez para llegar a la Moncloa y en Isabel Díaz Ayuso para cosechar una victoria apoteósica en las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid que fueron un hachazo político al Partido Socialista.
Son Iván Redondo y Miguel Ángel Rodríguez, que, desde la sombra, construyen estrategias, discursos y prioridades para sus respectivos jefes. El asesor suple las carencias o la falta de tiempo de los que dan la cara, corrige, orienta, miente sin que se note, dice dónde hay que dar fuerte al adversario, solo deja el rastro de sus contactos personales, agradece favores y castiga a los traidores. Tiene un poder invisible y es un auténtico artista en los detalles personales a los que es tan fácil sucumbir.
Solo es arrojado escaleras abajo cuando es un estorbo o cuando cunde la sensación de que manda más que el que tiene la responsabilidad del poder.
En Catalunya sé de muchos asesores que pregonan su influencia, pero hay tantas esferas de decisión que es difícil detectar quién tiene la llave maestra que abre todas o muchas de las puertas de las decisiones gubernamentales. Por lo que se ve y se oye, la influencia principal se reparte entre los dos polos de Waterloo y Lledoners. El president Aragonès es fruto del pacto entre Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, que con el mando a distancia gobernarán el país a partir de ahora.
Publicado en La Vanguardia el 26 de mayo de 2021
COMANDAMENT A DISTÀNCIA MONCLOVITA I AMNISTIA
1. ¿El president Pere Aragonés és fruit del pacte entre Oriol Junqueras i Carles Puigdemont que amb els seus comandaments a distància governaran Catalunya a partir d’ara? Millor que sigui així i que Catalunya no sigui governada amb el comandament a distància des de la Moncloa. Es públic i notori que el palau monclovita es borbònic, juancarlista, ultracentralista en els àmbits polític i econòmic. El PSOE del terrible GAL i del repressor 155 ha llençat el republicanisme i el federalisme a la paperera de la història.
2. El règim espanyol, d’adn franquista i malgrat la sistemàtica repressió judicial i policial contra el sobiranisme català democràtic i pacífic, no aconsegueix impedir que Puigdemont, eurodiputat i president exiliat a Waterloo, ni Junqueras, vicepresident prés a Lledoners, tinguin presència en la política catalana. També l’exiliat president Josep Tarradellas, maleit pel franquisme, fou un personatge clau.
3. Waterloo i Lledoners han de deixar clar a la Moncloa i a la Zarzuela que el conflicte entre Espanya i Catalunya passa per plantejar l’autodeterminació i l’amnistia. Sobre el primer punt cal deixar constància de que Puigdemont i Felipe VI estan a favor, qui ho diria!, de l’autodeterminació… del poble del Sàhara Occidental. Sobre el segon punt, cal deixar clar que la Constitució, tan prostituida en boca dels auto denominats constitucionalistes, no cita la paraula amnistia en cap dels seus articles. Per tant, l’amnistia es constitucionalment possible. Així ho defensen destacats juristes com els catedràtics Joan Josep Queralt i Javier Pérez Royo. El text i l’esperit constitucionals permeten l’amnistia si hi ha voluntat política, democràtica, pacificadora, respectuosa amb la Declaració Universal dels Drets Humans i alliberadora del franquisme incrustat en el règim espanyol i les seves institucions.
Los maquiavelos de los partidos de la capital del reino son los que mandan?
Catalunya sera gobernada a distancia desde Bruselas y LLedoners?
Aacabaramos!
El sistema se ha tornado hipocrita, cinico e inservible.
Apreciado Lluis, con tu articulo has dado las tendencias exteriores y has llegado a España y Catalunya.
La pregunta que me hago leyendo tu articulo, es..¿Cuando tienen tiempo de reflexión y análisis individual o en pequeño grupo?
Creo que no tienen tiempo y son actores que interpretan los guiones de esos gurús.
Y mientras sigamos así, la incertidumbre va a más.